Pepe Escobar, periodista de Asia Times ,especialista en geopolítica
Dos cumbres -el apretón de manos transfronterizo que agitó al mundo entre Kim Jong-un ( Corea Del Norte) y Moon Jae- in (Corea del Sur) en Panmunjom y el cordial paseo del Presidente Chino – Xi Jin Ping junto al Primer Ministro de la India, Narendra Modi , por el lago en Wuhan- pueden haber dado la impresión que la integración de Eurasia está entrando en un camino más tranquilo.
Realmente no es así . Detrás de todas estas acciones diplomáticas hay un conflicto creado por occidente en torno el acuerdo nuclear real y operativo con Irán, conocido por el acrónimo JCPOA. Este es el meollo de todo.
Fiel a la lenta evolución de la hoja de ruta de integración de Eurasia, Rusia y China están a la vanguardia del apoyo a Irán. China es el principal socio comercial de Irán, especialmente por sus importaciones de energía. Irán, por su parte, es un importante importador de alimentos de Rusia.
Las empresas chinas están desarrollando masivos en los campos petroleros de Yadavaran y North Azadegan. La National Petroleum Corporation (CNPC) de China adquirió una participación de un significativo 30% en un proyecto para desarrollar South Pars, el campo de gas natural más grande del mundo. Un acuerdo de $ 3 mil millones está actualizando las refinerías de petróleo de Irán, incluido un contrato entre SinoPec y la Compañía Nacional de Petróleo Iraní (NIOC) para expandir la refinería de petróleo de Abadan, de décadas de antigüedad.
En el viaje a Irán inmediatamente después de la firma del tratado “JCPOA” en 2015, el presidente Xi Jinping respaldó un ambicioso plan para aumentar el comercio bilateral en más de diez veces ( unos US $ 600 mil millones) para la próxima década.
Para Pekín, Irán es un centro absolutamente clave en las Nuevas Rutas de la Seda, (llamada también Iniciativa Belt and Road –BRI-). Un proyecto clave de BRI es el ferrocarril de alta velocidad de $ 2.5 mil millones y 926 kilómetros de Teherán a Mashhad; para eso, China ha ofrecido un préstamo de $ 1,600 millones, el primer proyecto con respaldo extranjero en Irán, después de la firma del acuerdo nuclear (JCPOA).
Mientras tanto en Bruselas se discute sobre la imposibilidad que los bancos europeos financien acuerdos con Irán, debido a la obsesión feroz por las sanciones establecidas por Washington. Este obcecación abrió el camino para que China aportará hasta 15 mil millones de dólares en líneas de crédito.
Hasta el momento, el Export-Import Bank of China ha financiado 26 proyectos en Irán, desde la construcción de carreteras y la minería hasta la producción de acero, por un total aproximado de $ 8,500 millones. La Corporación de Seguros de Crédito y Exportación de China – Sinosure – firmó un memorando de entendimiento para ayudar a las compañías chinas a invertir en proyectos iraníes.
La National Machinery Industry Corp de China firmó un contrato de $ 845 millones para construir un ferrocarril de 410 km en el oeste de Irán que conecta Teherán, Hamedan y Sanandaj. Además perduran los rumores que China, puede incluso reemplazar a la pobre India en el desarrollo del puerto estratégico de Chabahar en el Mar Arábigo, el punto de partida propuesto de la mini ruta de seda de la India hacia Afganistán, sin pasar por Pakistán.
Entonces, en medio del este bombardeo empresarial, Pekín no está precisamente entusiasmado con el hecho que el Departamento de Justicia de los EE. UU a fijado su atención en Huawei , esencialmente debido a las fuertes ventas de teléfonos inteligentes (con buena relación calidad-precio) en el mercado iraní.
Rusia coincide, con la ofensiva empresarial de China en Irán.
A la hora de comprar aeronaves de pasajeros, Aseman Airlines no eligió adquirir aviones estadounidenses o europeos, decidió comprar 20 Sukhoi SuperJet 100, mientras que Iran Air Tours, una filial de Iran Air, también ordenó otros 20. Las ofertas, por valor de más de $ 2 mil millones, fueron certificadas en el Eurasia Airshow 2018 en el Aeropuerto Internacional de Antalya en Turquía la semana pasada, bajo la supervisión del viceministro de Industria y Comercio de Rusia, Oleg Bocharov.
Tanto Irán como Rusia están luchando contra las sanciones de Estados Unidos. A pesar de las fricciones históricas, Irán y Rusia se acercan cada vez más . Teherán proporciona una profundidad estratégica crucial para la presencia de Moscú en Asia Sudoccidental. Y Moscú apoya inequívocamente el acuerdo “JCPOA”. Moscú-Teherán se dirige a una asociación estratégica.
Según el ministro ruso de Energía, Alexander Novak, el acuerdo de petróleo p2014 Moscú-Teherán , sin pasar por el dólar estadounidense, finalmente está en vigor, con Rusia comprando inicialmente 100.000 barriles de crudo iraní por día.
Rusia e Irán están coordinando estrechamente su política energética. Han firmado seis acuerdos para colaborar en acuerdos energéticos estratégicos por un valor de hasta $ 30 mil millones. Según el colaborador del presidente Putin, Yuri Ushakov, la inversión rusa en el desarrollo de los campos de petróleo y gas en Irán podrían alcanzar más de $ 50 mil millones.
Irán se convertirá en miembro formal de la Unión Económica de Eurasia presidida por Rusia (EAEU) antes de fin de año. Y con un sólido respaldo ruso, Irán será aceptado como miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) para 2019.
Estados Unidos : Irán es culpable porque lo decimos nosotros
Apenas asumido como nuevo secretario de Estado Mike Pompeo ,en su primer viaje al extranjero (a Arabia Saudita e Israel) informó a sus aliados sobre la inminente retirada de USA del acuerdo nuclear con Irán ( JCPOA) para el próximo 12 de mayo. Esto implicará también un nuevo conjunto de pesadas sanciones de EE. UU a Irán .
Arabia Saudita, a través del Príncipe heredero, Mohammad bin Salman, (MBS), estará presente en el frente anti-Irán. En paralelo, la administración Trump puede exigirlo, pero Saldam no renunciará el fallido bloqueo de Qatar o el desastre humanitario que es la guerra en Yemen.
Lo que es seguro es que no habrá un frente concertado del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) contra Irán. Qatar, Omán y Kuwait porque lo consideran contraproducente. Eso deja solo a Arabia Saudita y los Emiratos más el irrelevante y apenas disfrazado vasallo saudí de Bahréin.
En el frente europeo, el presidente francés Emmanuel Macron se quiere convertir en una especie de Rey no oficial de Europa, aprovechando a Trump como el ejecutor de restricciones al programa de misiles balísticos de Irán, así como diciéndole a Irán que se mantenga alejado de Siria, Irak y Yemen.
Macron ha hecho una directa – y absurda – conexión entre el abandono que Teherán hizo de su programa de enriquecimiento nuclear ( incluida la destrucción de las reservas de uranio enriquecido y la de ser el culpable de ayudar a Bagdad y Damasco para derrotar al Daesh y otros grupos terroristas salafistas .
No es de extrañar que Teherán -así como Moscú y Pekín- miren con recelo los últimos acuerdos de ventas de armas de EE. UU a Riad, así como las fuertes inversiones de Arabia Saudita en Occidente que es un intento del eje Washington-París para renegociar el tratado de control nuclear con los iraníes.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, ha sido inflexible. el JCPOA fue el producto de una enérgica negociación de siete países durante muchos años: «La pregunta es, ¿será posible repetir ese exitoso trabajo en la situación actual? » La respuesta es “ciertamente no”
Por lo tanto, la sospecha ampliamente difundida en Moscú, Pekín e incluso Bruselas es que el JCPOA irrita a Trump porque se trata esencialmente de un acuerdo multilateral, no de «América Primero», y de un tratado que involucra directamente al gobierno de Obama.
En realidad el pivote de la administración de Obama hacia Asia, que dependía de resolver el expediente nuclear iraní, terminó desencadenando una cadena de eventos geopolíticos no deseados.
Las facciones de Neocon en Washington nunca admitirán normalizar las relaciones iraníes con Occidente; y sin embargo, Irán no solo está haciendo negocios con Europa, sino que se ha acercado a sus socios económicos eurasiáticos.
Crear artificialmente una crisis con Corea del Norte, para tratar de atrapar a Beijing, ha llevado a la cumbre Kim-Moon y aparentemente ha calmado a las potencias occidentales que se dedicaron por una largo tiempo a «bombardear demonizando a la Republica Democrática Popular de Corea». Esto, sin mencionar que Corea del Norte, antes de la cumbre Kim-Trump, ha sido monitoreada cuidadosamente Estados Unidos.
La conclusión es que la asociación entre Rusia y China no permitirá una renegociación del JCPOA, por varias serias razones.
En el frente de misiles balísticos, la prioridad de Moscú será vender sistemas de misiles S-300 y S-400 a Teherán. Aunque Rusia y China podría estar de acuerdo con el plazo de 10 años para la expiración del JCPOA , no van a obligar a Teherán a aceptarlo.
En el frente sirio, Damasco es considerado como un aliado indispensable tanto de Moscú como para Pekín. China invertirá en la reconstrucción y modernización de Siria, porque es un nodo clave en el suroeste de Asia para las nuevas Rutas de la Seda . Además Rusia-China consideran que Damasco es esencial en la lucha contra los jihadistas salafistas porque estos grupos terroristas puedan verse tentados a causar estragos en Chechenia y Xinjiang.
Hace una semana, en una reunión ministerial de la OCS, Rusia-China emitió un comunicado conjunto de apoyo de acuerdo nuclear ya firmado por Occidente con Irán . En el fondo de esta batalla la administración de Trump está luchando contra los pilares de la integración de Eurasia