James Petras, sociólogo estadounidense. Ha sido profesor de la Binghamton University de Nueva York , la Universidad de Pensilvania y la Universidad Saint May de Canadá
Durante algún tiempo, los críticos de las políticas del presidente Trump le han atribuido algún trastorno mental; maníaco-depresivo incontrolado, narciso y otras patologías.
La cuestión de la salud mental de Trump plantea una pregunta más profunda: ¿por qué sus patologías siempre toman una dirección política específica?
Además, las decisiones de Trump tienen una lógica política y antecedentes históricos; se basan en la creencia de la “razón” del poder imperial.
Examinaremos la razón por la cual Trump ha adoptado tres decisiones estratégicas que tienen consecuencias a nivel mundial, a saber: la suspensión del acuerdo nuclear con Irán, la declaración de una guerra comercial con China; y la reunión con Corea del Norte.
En resumen, exploraremos los motivos políticos de sus decisiones; lo que espera ganar; y cuál es su juego si no logra el resultado esperado y sus adversarios toman represalias.
Marco estratégico de Trump
La suposición subyacente del pensamiento estratégico de Trump es que «el poder funciona»: cuanto más intransigente sea su postura, mayor será su creencia en un mundo unipolar basado en el poder de los Estados Unidos.
Como corolario, Trump interpreta que cualquier aliado, adversario o competidor, que busque negociaciones, o reciprocidad es «débil» y debe ser presionado y obligado a conceder mayores concesiones y sacrificios, hasta el objetivo final de la rendición y sumisión. En otras palabras, la política de fuerza de Trump solo reconoce la fuerza contraria: las limitaciones en las políticas de Trump solo se producirán cuando las pérdidas económicas y militares tangibles y los costos en vidas estadounidenses socaven el dominio imperial estadounidense.
Razones por las cuales Trump rompió el acuerdo de paz con Irán
Las concesiones unilaterales de Irán; intercambiar defensa militar por oportunidades de mercado, alentó a Trump a creer que podría intimidar militarmente a Irán cerrando todos sus mercados.
Trump ve al presidente Rohani como un vendedor de alfombras, no como un estratega militar. Trump cree que una restricción económica llevará al presidente Rohani a sacrificar a sus aliados en Siria, Líbano (Hezbollah), Yemen (Houthi), Palestina (Hamas) e Irak (Shia) y desmantelará su estrategia de defensa .
Trump persigue el objetivo estratégico de debilitar a Irán y preparar un cambio de régimen, convirtiendo a Irán en un estado cliente, como lo fue antes de la revolución de 1979 bajo el Sha.
La segunda razón para la política de Trump es fortalecer el poder militar de Israel en el Medio Oriente. El régimen de Trump está profundamente influenciado por la el poder sionista (ZPC) en los EE. UU., apodada comúnmente como ‘El Lobby’.
Trump reconoce y se somete a los dictados sionistas-israelíes porque los sionistas tienen un poder sin precedentes en los medios, bienes raíces, finanzas y seguros (FIRE). Trump reconoce el poder que tiene el ZPC para comprar votos en el Congreso, controlar ambos partidos políticos y elegir los nombramientos en el poder ejecutivo.
Trump es el típico autoritario: ataca a la garganta de los ciudadanos débiles, y se pone de rodillas ante el poderoso Lobby del ZPC, el ejército y Wall Street. La sumisión de Trump al poder sionista refuerza e incluso dicta su decisión de romper el acuerdo de paz con Irán.
La voluntad de Trump es presionar a Francia, Alemania, el Reino Unido y Rusia. Su objetivo es que estas naciones acuerdos comerciales multimillonarios con Irán obligando de esta manera a que Teherán acepte parte de la agenda de desarme y su aislamiento. Trump cree que puede obligar a las multinacionales de la Unión Europea a desobedecer a sus gobiernos y atenerse a las sanciones.
Razones para la guerra comercial de Trump con China
Antes de la presidencia de Trump, especialmente bajo el presidente Obama, Estados Unidos lanzó una guerra comercial y un «pivote militar» contra China. Obama propuso el Pacto Trans-Pacífico para excluir a China y dirigió una fuerza armada aérea y naval hacia el Mar del Sur de China. Obama estableció un sistema de vigilancia de alta potencia en Corea del Sur y apoyó los ejercicios de guerra en la frontera de Corea del Norte. La política de Trump ha profundizado y radicalizado las políticas de Obama.
Trump extendió la política belicosa de Obama hacia Corea del Norte, exigiendo la desnuclearización de su programa de defensa. El presidente Kim de Corea del Norte y el presidente Moon de Corea del Sur llegaron a un acuerdo para abrir negociaciones hacia un acuerdo de paz que ponga fin a casi 60 años de hostilidad.
Sin embargo, el presidente Trump se unió al dialogo afirmando que los intentos de paz de Corea del Norte se debieron a sus amenazas de guerra e intimidación. Insistió que cualquier acuerdo de paz y el fin de las sanciones económicas solo se lograría mediante el desarme nuclear unilateral de Corra del Norte , el mantenimiento de las fuerzas estadounidenses en la península y la supervisión de inspectores aprobados por los Estados Unidos.
La declaración de Trump de una guerra comercial contra China condujo a su creencia que las amenazas militares llevaron a la «capitulación» de Corea del Norte, obligándola a prometer poner fin a su programa nuclear.
Trump impuso una tasa aduanera sobre más de 100 mil millones de dólares a las exportaciones chinas para reducir el desequilibrio comercial de Estados Unidos en 200 mil millones de dólares en dos años. Además Exigió a China terminar con el ‘espionaje’ industrial, el ‘hurto’ tecnológico (todas acusaciones falsas) y un cumplimiento de la tasa, monitoreado trimestralmente por los EE. UU.
Trump exigió que China no tome represalias con aranceles o restricciones o enfrentaría sanciones mayores.
Trump amenazó con responder a cualquier arancel recíproco de Pekín, con mayores aranceles y restricciones a los bienes y servicios chinos.
El objetivo de Trump es convertir a Corea del Norte en un satélite militar que invada la frontera norte de China y acometer una guerra comercial que lleve a China a una crisis económica.
Trump cree que en la medida que China disminuya como potencia económica mundial, Estados Unidos crecerá y dominará la economía asiática y mundial.
Trump cree que una guerra comercial exitosa conducirá a una guerra militar exitosa. Trump cree que una China sumisa, basada en su aislamiento de un mercado estadounidense «dinámico», mejorará la posición de Washington para lograr una dominación mundial sin oposición.
Las tesis erróneas de Trump
La agenda política de Trump es profundamente defectuosa.
Romper el acuerdo nuclear e imponer duras sanciones ha aislado a Trump de sus aliados europeos y asiáticos.
Su intervención militar encendería una guerra regional que destruiría los campos petroleros saudíes. Además forzará a Irán a pertrecharse de un escudo nuclear contra una agresión estadounidense-israelí , llevando a la zona a una guerra prolongada, costosa y en última instancia perdida.
Las políticas de Trump unificarán a todos los iraníes, liberales y nacionalistas, y socavará a los colaboradores estadounidenses.
Todo el mundo musulmán unificará fuerzas y llevará el conflicto por Asia, África y Medio Oriente.
El bombardeo de Tel Aviv conducirá a contraataques de Israel.
Los precios del petróleo se dispararán, los mercados financieros colapsarán, las industrias irán a la bancarrota.
Las sanciones de Trump y la agresión militar contra Irán conducirán a una destrucción económica mutua.
La guerra comercial de Trump con China provocará la interrupción de la cadena de suministro que sostiene a la economía estadounidense, afectando especialmente a las 500 multinacionales estadounidenses que dependen de la economía china para exportar a los EE. UU.
China aumentará el consumo interno, diversificará sus mercados y sus socios comerciales y reforzará su alianza militar con Rusia.
China tiene una mayor capacidad de resistencia y capacidad para superar una interrupción comercial a corto plazo y recuperar su papel dominante como una potencia económica mundial.
Wall Street sufrirá un colapso financiero catastrófico y enviará a los Estados Unidos a una depresión que afectará a todo occidente.
Las negociaciones de Trump con Corea del Norte no llevarán a nada mientras exija el desarme nuclear unilateral, el control militar de Estados Unidos sobre la península y mantenga la intención de un aislamiento político de China.
Kim insistirá en el final de las sanciones y en un tratado de defensa mutua con China.
Kim ofrecerá finalizar las pruebas nucleares, pero no las armas nucleares. Después que Trump haya renegado del acuerdo con Irán, Kim sabe muy bien que los acuerdos con los EE. UU., no son confiables.
Conclusión
Los gestos fuertes y amenazantes de Trump son un peligro real para la paz mundial. Pero sus hipótesis sobre las consecuencias de su política son profundamente erróneas.
No hay base para pensar que sus sanciones derrocarán al régimen iraní; que Israel sobrevivirá indemne de una guerra con Irán: que una guerra petrolera no socavará la economía de los Estados Unidos; que Europa permitirá que sus empresas sean excluidas del mercado de Irán.
La guerra comercial de Trump con China está muerta. No hay sitios de producción alternativos para multinacionales estadounidenses.
Trump no puede dejar a China fuera del mercado mundial, ya que la nación asiática tienen fuertes vínculos con los cinco continentes.
Trump no puede someter a Corea del Norte y obligarla a sacrificar su soberanía sobre la base de promesas económicas vacías.
Trump se dirige a derrotas en todos los aspectos. Pero puede llevar al pueblo estadounidense al abismo nuclear en el proceso.
Epílogo
¿Las amenazas de guerra de Trump son parte de una estrategia de fanfarroneo diseñada para intimidar, con el fin de obtener ventajas políticas?
¿Está Trump interpretando la táctica de «loco» (de Nixon-Kissinger) en el que el Secretario de Estado le dice a sus adversarios que acepten las demandas «razonables» o se enfrenten exigencias mayores del Presidente? No lo creo.
Nixon a diferencia de Trump no fue llevado por la nariz por Israel. Nixon, a diferencia de Trump, no fue dirigido por asesores de guerra pro-nucleares. Nixon, en contraste con Trump, abrió los EE. UU., a comerciar con China y firmó acuerdos de reducción nuclear con Rusia.
En la practica Nixon promovió la coexistencia pacífica.
Trump es un maestro de las derrotas.