Primera parte de la entrevista a Samir Amin realizada para la revista india “Frontline”, por Jipson John y Jitheesh P. M. La segunda parte será publicada en nuestra revista el próximo jueves 31 de Mayo del 2018
Entrevista
Usted define la globalización contemporánea como una parte integrante del capitalismo monopolista generalizado de nuestra época. ¿Cómo rastrea y localiza la historia de esta globalización?
La globalización no es nada nuevo. Es una dimensión antigua e importante del capitalismo. Ustedes en India lo saben mejor que nadie. Fueron conquistados y colonizados por los británicos desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Eso también fue globalización, era la manera que en esa época te integrabas al sistema capitalista global. La colonización fue una forma de globalización. Pero el pueblo de la India no se cruzo de brazos . Luchó contra él Imperio Británico y reconquistó su independencia. Lo hizo bajo el liderazgo nacional-populista de Gandhi y Nehru que no eran ni revolucionarios ni socialistas.
El partido del Congreso, fundado a fines del siglo XIX, desarrolló su organización en el siglo XX reconquistando la independencia en 1947, pero la independencia tuvo dos grandes costos. Primero, se perdió una parte importante de India en la parte occidental y oriental del país; ahora es Pakistán y Bangladesh,. Ese fue el resultado de un acto criminal del colonialismo. Lo segundo es que la Independencia fue dirigida por la burguesía de la India, con el partido del Congreso a la cabeza de una amplia alianza popular que incluía a los trabajadores
La Independencia en 1947, tuvo un patrón de globalización que incluyó a la clase trabajadora y que yo llamaría globalización negociada. Esta globalización tuvo se expresión en la Conferencia de Bandung de 1955 . En esa conferencia, realizada en Indonesia, los representantes de los pueblos de China, India, Indonesia y otros países se encontraron por primera vez. Ocurrió unos pocos años después que el Partido Comunista Chino ingresara en Beijing ,después que India reconquistara su independencia y después que Indonesia se independizara de los colonialistas holandeses.
Generalmente se afirma que la globalización después de la Segunda Guerra Mundial fue una competencia bipolar entre los Estados Unidos y la Unión Soviética y, que esa bipolaridad política estuvo acompañada por la llamada Guerra Fría entre estas dos naciones . Esa visión de la historia es básicamente incompleta y por lo tanto incorrecta.
Sostengo que la globalización instalada después de la Segunda Guerra Mundial, desde 1945 hasta 1990, es lo que he llamado globalización negociada. No una globalización entre dos potencias , los EE. UU, y la URSS. No fue así , al contrario participaron varios actores internacionales, fueron al menos cuatro las “familias” de socios: un primer actor compuesto por la alianza imperialista de EE. UU., con Europa Occidental, Japón, Australia y Canadá. Un segundo actor integrado por la Unión Soviética con sus aliados de Europa del Este. El tercer actor fue China, que, a pesar de pertenecer al llamado campo socialista, tenía desde 1950 una política claramente independiente.
El cuarto actor fueron los países que se reunieron en Bandung y, que crearon el Movimiento de Países No Alineados (MNA) . Este era un grupo de países compuesto por países de origen asiático y la mayoría de los países recién independizados de África. Más tarde se unieron a este bloque las colonias portuguesas y Sudáfrica. Cuba fue el único país de América Latina que se unió al grupo.
En esos años la India, al Egipto de Nasser, a Argelia y a otros países de Asia y África eran lo que llamo “regímenes nacionales-populistas”. Por lo tanto, en esa época teníamos otro patrón de globalización, era una globalización multipolar, negociada entre cuatro alianzas conformadas por grupos de naciones diversos .
Desde el punto de vista de los pueblos de Asia y África, ese fue un momento en que el imperialismo se vio obligado a hacer concesiones y aceptar los programas nacional-populares de la India y de otros países asiáticos y africanos. Los países del Sur no capitularan a sus reivindicaciones y a las demandas de la globalización. En realidad fueron los países imperialistas los que se vieron obligados a ajustarse a nuestras demandas.
Fue una globalización negociada entre los países imperialistas por un lado, y los países del bloque socialista, incluida la Unión Soviética y China, y la mayoría de los países del Sur, por el otro.
La globalización negociada de ese período, que usualmente se ubica en los 30 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, tenía tres pilares: uno pilar era el patrón occidental, especialmente el europeo, el norteamericano y también japonés, A este patrón se le ha llamado comúnmente estado de bienestar, una consecuencia de las exitosas luchas de la clase obrera ( en especial en Europa) después de la derrota del fascismo y el nazismo por el Ejército Rojo.
El segundo pilar fue una variedad de “experiencias socialistas” : el patrón soviético, el patrón chino, también los patrones vietnamita y cubano de socialismo. El tercer pilar esta conformado por la India, del Partido del Congreso dirigido por Nehru, y después por Indira Gandhi. Es también la época del Egipto de Nasser y de avances con un horizonte socialista en muchos de los países del Medio Oriente [Asia occidental] y África.
Estos tres pilares de la globalización pactada alcanzó su límite histórico, y se rompió gradualmente como realidad geopolítica. Algunos colapsos fueron brutales, como el de la Unión Soviética en 1991, pues no solo se dividió el país en 15 repúblicas, sino que una gran parte miró a Europa para ingresar a la Unión Europea y a la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte]
Sin embargo, con el cambio de ciclo también también fue derrotada la socialdemocracia en Occidente. Me refiero a que la derrota de los comunistas en el Este no fue una victoria para la socialdemocracia en Occidente, porque esta vertiente política de Occidente, se convirtió al social-liberalismo. Tanto es así, que ahora en Europa occidental no hay diferencias entre un gobierno socialdemócrata y un gobierno del partido conservador. Todos son social- liberales. También esto significa que ambas fuerzas han forjado una fuerte alianza con las políticas de capital monopólico global.
El tercer pilar (nuestro pilar)también se fraccionó de diferentes maneras. En algunos casos el golpe tiene fechas reconocibles. En el caso de la India se aceptaron las condiciones y patrones de la globalización liberal bajo el gobierno de Indira Gandhi y, este proceso prosiguió bajo sus sucesores. Ocurrió de manera similar en Egipto. Después de la muerte de Nasser, Anwar Sadat dijo que Egipto no tenía nada que ver con esa «mierda» llamada socialismo, y que volveríamos al capitalismo en alianza con los EE. UU.
Los chinos siguieron un camino diferente después de la muerte de Mao. Adoptaron el nuevo patrón de globalización pero con cierta especificidad. No solo la especificidad de mantener en el poder al Partido Comunista, sino también especificidades económico-sociales que diferencian a China , por ejemplo de los procesos seguidos por la India. La enorme diferencia entre China e India es que China hizo una revolución radical; India aún no lo ha hecho.
Con el colapso de los tres sistemas; el socialdemócrata de Occidente, el sistema soviético en la URSS y el nuestro, el de los países no alineados, provocaron un cambio de la correlación de fuerzas a nivel mundial. Este cambio proporcionó las condiciones para que el imperialismo pasara a la ofensiva e impusiera un nuevo patrón de globalización.
¿Cuáles son las características del nuevo patrón de globalización, cuál es su modus operandi?
La creciente ofensiva neoliberal no solo está relacionada con la derrota de los socialistas o de los comunistas o del llamado populismo nacional, sino que también está relacionada con cambios a favor del capitalismo monopolista en los países imperialistas de Europa, Estados Unidos y Japón.
En realidad el capitalismo monopolista no es nada nuevo. El capitalismo monopolista comenzó a fines del siglo XIX según lo estudiaron socialdemócratas como John A. Hobson y Rudolf Hilferding . Pero fueron las conclusiones políticas de Lenin las que en su momento permitieron articular la lucha contra el capital monopolista y su cadena de servilismo y, colocar en la agenda revoluciones inspiradas en los ideales socialistas.
Todas esas revoluciones de inspiración socialista tuvieron lugar en la periferia del sistema imperialista global. Comenzaron en la semi-periferia, por el eslabón más débil , Rusia, y luego en periferias reales como China, Vietnam y Cuba. Pero nada sucedió en Occidente. No hubo revoluciones socialistas en la agenda de los pueblos de EE. UU., Europa occidental o Japón.
En lo que respecta al capital monopolista este modelo se ha instalado a través de etapas. La primera etapa del capital monopolista fue desde fines del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial; un largo período de más de medio siglo. Durante ese período, el capital monopolista era de carácter nacional. Hubo imperialismo británico, imperialismo estadounidense, imperialismo alemán, imperialismo japonés, imperialismo francés, etc. Y no solo conquistaron y subyugaron las periferias, sino que también lucharon entre ellos. La lucha entre ellos condujo a dos Guerras Mundiales.
Lo que ha cambiado es que después de la Segunda Guerra Mundial ( de manera aparentemente repentina) el capital monopolista de Occidente pasó a una nueva etapa en la década de 1970, que yo llamaría la etapa de capital monopólico generalizado .
Dos cosas pasaron; Uno, el capital monopolista fue lo suficientemente exitoso como para someter otras formas de producción social a través de subcontratar, lo que en la practica significa que el valor producido por la actividad humana es absorbido por el capital monopólico en forma de renta imperialista . Esto es lo que ocurre con nuestra países en esta nueva globalización. Nuestros países son invitados de segunda como subcontratistas del imperialismo.
Eso es obvio en el caso de India. Tomemos el caso de la ciudad de Bengala. Se ha desarrollado como la región de subcontratación más prometedora para el capital monopolista internacional ; de Gran Bretaña, de los EE. UU., de Europa y de Japón.
¿Cuáles son los desafíos planteados por esta globalización para los países del Sur?
El desafío para todos nosotros es luchar por la alternativa. Tenemos que salir de este patrón de globalización. La globalización tiene que ser conceptuada desde el punto de vista de las ciencias sociales. En sus primeros época, fue una globalización colonial para la India y otras naciones. Después de vuestra victoria, la victoria del pueblo de la India junto con la victoria del pueblo Chino y de otros pueblos del Sur Global , logramos negociar la globalización . Ahora, hemos vuelto a la llamada globalización liberal, que de manera unilateral han impuesto Estados Unidos, Europa y Japón.
El desafío que tenemos ante nosotros es no no aceptar este patrón de globalización. No podemos abrigar ninguna ilusión con esta globalización. Para los países africanos, esta globalización significa el saqueo de sus recursos naturales, de petróleo, gas, minerales y también tierras cultivables. En la India, al igual que para muchos otros países de América Latina y el sur de Asia, es el dominio de las transnacionales.
Esto incluye aprovechar nuestra mano de obra barata, mediante la transferencia de los valores creados en nuestros países como beneficios de renta monopólica del sistema imperialista. Este es el desafío que tenemos ante nosotros.
John Bellamy Foster escribe que solo nos quedan dos opciones: el socialismo o la extinción como civilización. ya que el capitalismo ha llegado a un callejón sin salida. Usted ha escrito que el capitalismo se ha vuelto obsoleto. ¿Estás diciendo que el fin del capitalismo está en el horizonte? ¿Qué hace que el capitalismo sea un sistema social obsoleto?
Ahora vivimos una crisis estructural del capitalismo. A mediados de la década de 1970, las tasas de crecimiento de los centros capitalistas desarrollados cayeron a la mitad de lo que habían sido en los últimos 30 años. Y nunca se han recuperado. Esto significa que la crisis es continúa y se profundiza un año tras otro. Los anuncios que estamos saliendo de la crisis porque la tasa de crecimiento en Alemania o en otros lugares está aumentando de 1.2 a 1.3 es simplemente ridícula.
Esta es una crisis sistémica. Es una crisis en L .No es la clásica crisis de U, que es el tipo crisis normal en el capitalismo. Una crisis en L implica que el sistema no puede salir de la recesión. Significa que el sistema debe ser cambiado. Los cambios menores son insuficientes e ineficaces , se requieren cambios estructurales. Hemos llegado al punto en que el capitalismo está en pleno declive. Pero su caída es un momento muy peligroso. Porque, por supuesto, el capitalismo no esperará en silencio su muerte. Se hará cada vez más salvaje para mantener su poder, para mantener la supremacía de los centros imperiales. Aquí está en la raíz del problema. No sé a qué se refieren las personas cuando dicen que «los peligros de la guerra son mayores que nunca». En realidad la guerra comenzó en 1991.
También hubo una guerra en Europa con el colapso de Yugoslavia. Y ahora, en mi opinión, veremos que el sistema europeo comenzará a implosionar . Se puede advertir con los resultados negativos de las políticas de austeridad, porque la austeridad no solo es negativa para las personas, también es negativa para el propio capitalismo debido a que no logra volver a crecer. El crecimiento de los países centrales del imperialismo no está ocurriendo en absoluto.
Simultáneamente, empiezan a producirse respuestas políticas inesperadas para el sistema, como el Brexit o el caso de España y Cataluña. Habrá más respuestas de este tipo, o aún peores como la existencia de gobiernos chovinistas ultra-reaccionarios en Europa del Este.
Por tanto, las situaciones caóticas están inscritas en la lógica de un sistema en plena descomposición.
Creciente desigualdad
Uno de los fenómenos más importantes y alarmantes de la globalización neoliberal ha sido el crecimiento de una desigualdad sin precedentes en la historia. Economistas como Thomas Piketty han documentado empíricamente su magnitud. Piketty dice que un impuesto universal al patrimonio o un los impuestos progresivos son mecanismos que pueden controlar las desigualdades. ¿Cree que esta solución es posible en el capitalismo?
Los datos de Piketty son correctos o al menos son los mejores que se pueden encontrar. Sin embargo, después de haber presentado los síntomas sus análisis y recetas son débiles, por decir lo menos (la desigualdad creció rápidamente en los últimos 50 años).
El hecho que la desigualdad esté creciendo en todas partes necesita ser explicado. ¿Hay una única razón para esto? ¿ La creciente desigualdad es similar para todos los países?¿ Hay diferentes patrones de desigualdad?
Por ejemplo, el Informe (La desigualdad mundial , 2018 ) de Thomas Piketty, Gabriel Zucman, Emmanuel Sáez, Lucas Chancel y Facundo Alvaredo no hace una distinción que considero crucial. No hace la diferencia entre casos de desigualdad que han ido acompañados por el crecimiento del ingreso para casi toda la población.
Una comparación entre China y la India es muy significativa a este respecto. En China, el crecimiento de los ingresos ha sido una realidad para casi toda la población, incluso si este crecimiento es mayor para algunos ha habido crecimiento para la mayoría.
Por lo tanto, en China, la desigualdad ha estado acompañada por una formidable reducción de la pobreza. Este no es el caso de la India, Brasil y casi todos los demás países del Sur. En estos países, el crecimiento (y, en algunos casos, un significativo alto crecimiento) ha beneficiado solo a una minoría (el 1% en algunos casos como Guinea Ecuatorial hasta el 20% en casos como la India). Este crecimiento no ha beneficiado a las mayorías, que incluso han sido pauperizadas.
Algunos indicadores son insuficientes para mostrar esa diferencia, el llamado coeficiente de Gini queda corto. China e India pueden tener el mismo coeficiente Gini, y sin embargo, pero los en apariencia, la desigualdad creciente en la India es tremenda comparada con China.
La segunda cosa es que las recomendaciones del equipo de Piketty son limitadas y un tanto ingenuas. Los impuestos progresivos son ciertamente bienvenidos, pero tiene un efecto limitado. Siempre deben estar respaldados por cambios importantes en las políticas económicas generales. La tributación progresiva junto con una continuación de una política «liberal» permitirá que el capital (que hoy es el capital monopólico) siga opere libremente . Esta política al fin dará muy pocos resultados. Además, será resistida por aquellos clases sociales y gobernantes que están al servicio y sostienen el capital monopolista.
Lo mismo puede decirse con respecto a los salarios mínimos. Por supuesto, esta medida es bienvenida, pero tendrá poco efecto en medio de una política económica liberal. Los salarios sufrirán por la inflación, reduciéndose en la practica, como lo hemos visto más de una vez. Este es el argumento dado por los liberales para rechazar la mera idea de tener salarios mínimos a través de la legislación.
Un acceso más equitativo a la educación y la salud debe ser el objetivo de cualquier sistema legítimo de gobierno. Además, es un requisito previo para cualquier intento serio de «emerger». Pero tal elección implica un aumento del gasto público, y el liberalismo considera que ese aumento es inaceptable. Avanzar hacia la oferta de «mejores empleos» es, por lo tanto, simplemente una frase vacía si no está respaldada por políticas sistemáticas de industrialización y de modernización de la economía y de la agricultura.
Los liberales insisten en la necesidad de reducir la deuda pública. Y Piketty y los autores del informe respaldan esa opinión. Sin embargo, deberían explicar el crecimiento de la deuda pública ¿ porque se aplica esa política ? El crecimiento de la deuda es simplemente el resultado inevitable de las políticas liberales. Sobretodo porque ofrece excesivos privilegios a la inversión financiera.
En tercer lugar, los coordinadores del proyecto son todos economistas liberales, como lo demuestran sus otros escritos. Ellos no discuten dos cuestiones que considero decisivas: 1) creen en las virtudes de un libre mercado tan poco regulado como sea posible de la interferencia de los poderes públicos y 2) creen que no hay alternativa a un patrón de globalización abierta permitiendo que el capital se mueva lo más libremente posible de un país a otro, como una condición previa para el desarrollo mundial y 3), finalmente, creen , contradiciendo la realidad histórica, que los países pobres se pondrán al día con los más desarrollados.
En el mejor de los casos, son «reformistas» del tipo Joseph Stiglitz. Creen firmemente que los países pobres pueden «ponerse al día» con los más desarrollados profundizando su integración en el sistema del capitalismo global. Sin embargo, cinco siglos de historia de desarrollo desigual continuo y, hoy en día cada vez, más grande deberían conducir al menos a cuestionar esta hipótesis.
Entonces, ¿cuáles son sus sugerencias para detener el alarmante crecimiento de la desigualdad?
Sostengo que el liberalismo condena cualquier intento de formular políticas realistas para un auténtico desarrollo (es decir, un desarrollo en beneficio de todo el pueblo). El desarrollo que produce es solamente superficial, por decir lo menos.
Cualquier sociedad y pueblo que aspire a «emerger» no puede evitar 1) ingresar a un largo proceso de construcción de un moderno sistema industrial que este integrado con la demanda popular interna, 2) modernizar la agricultura familiar y garantizar la soberanía alimentaria y, 3) planificar estos dos objetivos a través de una política coherentemente NO liberal. Todo esto implica avanzar gradualmente en el largo camino hacia el socialismo.
Tales políticas exigen, por un lado, regular el mercado y, por otro, controlar la globalización, es decir, luchar por conquistar otro patrón de globalización, reduciendo al máximo los efectos negativos de las actuales hegemonías. Exactamente lo que los autores del informe, socios de Piketty, NO proponen. Solo políticas como las que propongo pueden crear las condiciones para erradicar la pobreza y, reducir las desigualdades.
China, en parte, está en ese camino; otros países del sur global no lo están. En ausencia de una crítica radical al liberalismo, las conversaciones sobre la pobreza y la desigualdad siguen siendo retóricas y son una ilusión. El informe de Piketty y asociados no va más allá de una critica retórica.
En general, se argumenta que en los años neoliberales hay una retirada del estado, un retroceso del estado de bienestar y de las políticas pro-personas. ¿Cómo funciona el estado en el neoliberalismo?
La realidad es que el capital monopolista, incluso en los países imperialistas, necesita la maquinaria del estado. Han domesticado al estado para servir a sus intereses exclusivos. Se puedes apreciar en la forma en que el presidente Donald Trump utiliza el gobierno en los EE. UU. También puedes verlo en los llamados estados de consenso nacional como Gran Bretaña, Francia y Alemania. Entonces decir que las fuerzas del mercado han reemplazado al estado no tiene sentido.
La opción de la desvinculación
Cómo salir de la crisis de la globalización neoliberal es una cuestión importante. Usted sugiere una desvinculación de la globalización para cualquier política económica alternativa. ¿Cómo podríamos desvincularnos del vórtice de la globalización? Si nos atrevemos a desvincularnos, entonces es obvio que el capital se irá de esa economía. ¿Cómo podríamos enfrentar esa amenaza? ¿Cuáles serían las sugerencias prácticas para un país que se atreve a desvincularse del neoliberalismo?
Como saben, Delink es un eslogan. Lo uso como un lema. Los problemas reales de desvinculación son siempre relativos. No puedes desvincular totalmente, o al cien por cien. Pero un país gigantesco como China, la India y algunos otros pueden en gran medida , desvincularse en un 50 o 70 por ciento. La Unión Soviética y China en la época de Mao se habían desvinculado el 80 o el 90 por ciento pero nunca totalmente. Siempre , comerciaron con países occidentales y con otros. Delink no significa que te olvides del resto del mundo y pases a la luna. Nadie puede hacer eso, y no sería racional hacerlo. Desvincularse solo significa obligar al imperialismo a aceptar tus condiciones o una parte de esas condiciones. Cuando el Banco Mundial habla de ajustes, siempre tiene una visión unilateral del ajuste.
En el caso de su país, lo que vemos es que la India se ajusta a las imposiciones de los Estados Unidos. Pero la India podría elegir el camino para no acoplarse al imperialismo. Esto es lo que intentó Nehru en su período. Esto es lo que Indira Gandhi intentó con éxito en su primer mandato. Esto no es lo que intenta hacer el actual gobierno de la India de Modi. Entonces tienes que volver a desvincularte. Y la India puede. Tienes espacio para eso. Por supuesto, es cierto que algunos países pequeños de África o de América Central o en algunas áreas de Asia tendrían más dificultades para desvincularse que otros.
Pero si recreamos la solidaridad política entre los países de Asia, África y América Latina, entonces no seremos minoritarios. Representamos el 85 por ciento de la humanidad. Y representaremos más del 85 por ciento en unas pocas décadas. Entonces no somos tan débiles, podemos desvincularnos con éxito con diversos grados de acuerdo. No solo con nuestro tamaño sino también creando un bloque político alternativo, que reemplace la sujeción a los bloques imperialistas centrales que en la actualidad someten a nuestros países.
Muchas personas en occidente sostienen que el colonialismo y la globalización – con la integración de las economías periféricas del Tercer Mundo al mercado mundial – acarrearon modernidad a nuestras sociedades. El ex primer ministro indio Manmohan Singh agradeció a Gran Bretaña por introducir los ferrocarriles en la India. Incluso gente como Slavoj Zizek teme que desvincularse daría como resultado a una regresión feudal. ¿Cuál es el camino alternativo a la modernidad capitalista? ¿Podrían las sociedades modernizarse sin pasar por la etapa del desarrollo capitalista?
Cuando el Sr. Singh agradeció a los británicos por la introducción de los ferrocarriles (y otras cosas) expresó una parte muy pequeña de la realidad. Simultáneamente, los británicos destruyeron la industria india, que en ese momento era más avanzada que la británica.
Entre otras cosas el gobierno de los británicos convirtió en nuevos terratenientes a los zamindars, que a la sazón no eran propietarios de la tierra pero cobraban tributos a los campesinos y a varios gobiernos soberanos dentro la India . Así se formó la clase de los grandes terratenientes en la provincia de Bengala en el este, en la provincia de Punjab en el noroeste y también en regiones del oeste y del norte de la India. Los británicos también se apropiaron de grandes extensiones de tierras. Singh debería recordar que los británicos no solo introdujeron los ferrocarriles sino también la brutalidad, la destrucción y la opresión.
Por tanto necesitamos saber qué tipo de modernidad queremos. Una modernidad capitalista o una modernidad socialista; ambos son formas de modernidad. No podemos hablar simplemente de modernidad y decir con liviandad que la integración global trae la modernidad. Ha traído tal vez el teléfono móvil a la India, pero también ha traído la pauperización del 80 por ciento de la población y esto no es una cosa pequeña.
Entonces tenemos que calificar la modernidad. ¿Qué es lo que queremos? Por supuesto, queremos modernidad. Pero desvincularse no significará volver a la India antigua, a la India colonial. Lo que necesitamos es un nuevo patrón de modernidad para la India y para otras naciones.
En su ensayo «El retorno del fascismo en el capitalismo contemporáneo», argumenta que la crisis del capitalismo contemporáneo crea condiciones para el regreso del fascismo. Con el surgimiento de fuerzas de ultra-derecha en diferentes partes del mundo esto parece evidente ¿Está hablando a una repetición del fascismo clásico?
El sistema de la llamada globalización neoliberal no es sostenible. Crea mucha resistencia, una resistencia heroica en países del sur, en realidad China también está lidiando con esta forma de globalización. Ha creado un gran problema para la gente de los EE. UU., Japón y también Europa. Por lo tanto, no es sostenible. Y como no es sostenible, el sistema mira al fascismo como una respuesta a su creciente debilidad. Por eso el fascismo ha reaparecido en Occidente. Y también se está exportando a nuestros países.
El terrorismo en nombre del Islam es una forma de fascismo religioso. Y también reacciones hinduistas de carácter fundamentalista hay en la India. Toda estas reacciones son un tipo de proto-fascismo, un fascismo blando. Aclaro, esto a pesar que India es un país donde su gente sigue al hinduismo respetando a los que no son hinduistas . Tenemos la misma situación en casi todos los países del mundo islámico, empezando por Pakistán, pasando por Iraq, Siria, Egipto, Argelia, Marruecos y otros. Esta forma xenófoba de hacer política también está penetrando en muchos otros países.
* Traducción Emilio Pizocaro
Nota acerca de Samir Amin
Samir Amin es uno de los pensadores radicales más importantes del mundo hoy en día. Al menos durante las últimas cinco décadas, ha sido fuente de inspiración para aquellos que sueñan con un mundo alternativo y mejor.
Amin es un pensador marxista – de profunda originalidad teórica- que continúa equipándonos intelectualmente para comprender, analizar y criticar la naturaleza del capitalismo actual, la desigual entre Norte ySur, las continuas agresiones del imperialismo, el estado de las ideologías que sostienen el capitalismo, etc.
Amin nació en El Cairo, Egipto, en 1931. Realizó su educación superior en el Institut d’Etudes Politiques de Paris recibiendo su diploma en 1952. Obtuvo su doctorado con el trabajo «Los orígenes del subdesarrollo y la acumulación capitalista” en 1957 en la Sorbona en París y obtuvo un Master en Estadística Matemática del Instituto Nacional de Francia para la Estadística y los Estudios Económicos.
Amin trabajó en la agencia de planificación de Egipto desde 1957 a 1960, hasta que la persecución a los comunistas del régimen de Nasser lo obligó a dejar su país. Desde 1960 hasta 1963, estuvo adscrito al Ministerio de Planificación en Mali. Después de convertirse profesor titular en Francia (1966) Amin eligió enseñar en París-Vincennes y Dakar, Senegal, donde reside desde hace más de 40 años.
Eurocentrismo
Publicado en 1988, el «Eurocentrismo» de Samir Amin sigue siendo un clásico de erudición y de estudio crítico. Como marxista especialista en el Sur Global , Amin comenzó sus exploraciones intelectuales analizando el «desarrollo del subdesarrollo» en los países del Tercer Mundo, bajo el capitalismo. Sus investigaciones explican este patrón de desarrollo al capitalismo. Según Amin, la economía mundial bajo el capitalismo funciona de manera jerárquica, desigual y explotadora; con los países del Norte (el «Primer Mundo») dominando y desarrollándose a costa de la pauperización de los países del Sur (el Tercer Mundo).
Para Amin, este patrón de desarrollo capitalista los países del Norte han tenido que recurrir a mecanismos de control imperialista con los países Sur. «El imperialismo no es un escenario, ni siquiera la etapa superior del capitalismo. El imperialismo es inherente a la expansión del capitalismo «, ha argumenta Amin. Él llama al imperialismo contemporáneo el «imperialismo de la tríada» y sostiene que este imperialismo empobrece sistemáticamente a la gente en el Sur Global. Esta proposición teórica, rechaza el argumento de quienes sostiene que el imperialismo no existe , porque lo que hay ahora sería una suerte de «el imperio».
Como pionero de la teoría de la dependencia, desde la década de 1970, Amin ha demostrado con gran perspicacia cómo el flujo de recursos de los países de la periferia enriquecen a los países centrales del Norte. Él llama a la expropiación del excedente de la periferia «renta imperialista». Sustenta que esta explotación imperialista del Sur estimuló el surgimiento de luchas de liberación en el sur en el siglo XX, y espera que también se repita este proceso liberador contra el dominio del capital financiero monopolista en el siglo XXI.
Esta fase del capital financiero monopolista entró en escena en los años setenta. Según Amin, la financiarización surge como un contraataque a la tendencia al estancamiento de la acumulación capitalista.
Amin explica que desde 1971 el sistema capitalista mundial ha entrado en otra larga crisis, probablemente la última ya que el capitalismo ha llegado a un callejón sin salida. Según él, en su historia, el capitalismo ha tenido dos largas crisis: la primera desde 1871 hasta 1945, y la segunda crisis ha comenzado en 1971 y la seguimos viviendo en en día. Su conclusión y advertencia al mundo es que el capitalismo se ha convertido en un «sistema social obsoleto».
Es esta situación concreta, en la actual etapa obsoleta del sistema capitalista, obliga mantener viva la necesidad del socialismo, como una opción inevitable para el desarrollo de la humanidad. Amin declara que si vamos a salir de este «túnel largo», será con el socialismo, con una sociedad que trascienda «el legado de desarrollo desigual inherente al capitalismo» ofreciendo a «todos los seres humanos del planeta un dominio superior del desarrollo social «.
Amin es el autor de una gran cantidad de libros sobre diferentes temas, incluida la economía política, el socialismo, el Islam político y la cultura. “Eurocentrismo” , publicado en 1988, es un trabajo pionero que “impugna la visión eurocéntrica dominante de la historia mundial, porque esta visión plantea de manera estrecha e incorrecta una progresión desde el mundo clásico griego y romano al feudalismo cristiano y al sistema capitalista europeo”.
Amin presenta una re-interpretación radical de la historia que enfatiza en el papel histórico desempeñado por el mundo árabe islámico y los pueblos de Asia . El libro “Eurocentrismo” sigue siendo un clásico en los estudios críticos. Otros libros importantes de Amin son; The Liberal Virus (2004), The Implosion of Contemporary Capitalism (2013),La ley del valor mundial (2010) ¿Acabar con la crisis del capitalismo o acabar con el capitalismo? (2010).
En esta larga entrevista realizada en Dakar, Samir Amin, de 86 años, habla sobre una amplia gama de temas: globalización; capital monopólico generalizado; el alarmante crecimiento de la desigualdad; el papel del estado en la era neoliberal; globalización y desvinculación; capitalismo y modernidad; el regreso del fascismo en el mundo capitalista contemporáneo; el ascenso de la izquierda; la necesidad del internacionalismo; los movimientos de la sociedad civil; las luchas revolucionarias del presente; el modelo chino de desarrollo económico, el paisaje político contemporáneo en el mundo árabe; la crítica al eurocentrismo; la teoría de dependencia; la relevancia del marxismo; y los Foros Mundiales.