W. T. Whitney, médico pediatra , activista social estadounidense
El autor John Steinbeck en 1962 preguntó: «¿Por qué debe el progreso parecerse tanto a la destrucción?» (1) De hecho, la producción de objetos en constante expansión -en otras palabras, el progreso- promueve la destrucción que hoy toma la forma del cambio climático. Los responsables de la tesis de la producción ilimitada dominan en los gobiernos y en la sociedad, por lo que el cambio climático sigue avanzando. La historia podría haber sido diferente si el capitalismo nunca hubiera existido.
El presidente cubano, Fidel Castro, lo dijo el 12 de junio de 1992 se dirigió a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida como la «Cumbre de la Tierra», en Río de Janeiro.
Castro declaró: «una especie biológica importante, la humanidad, está en riesgo de desaparecer debido a la eliminación rápida y progresiva de su hábitat natural. Estamos tomando conciencia de este problema cuando ya es demasiado tarde para evitarlo » y agregó “las sociedades de consumo … consumen dos tercios de todos los metales y tres cuartas partes de la energía producida en todo el mundo. Han envenenado los mares y los ríos … Han saturado la atmósfera con gases, alterando las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya estamos empezando a sufrir … Mañana será demasiado tarde para hacer lo que deberíamos haber hecho hace mucho tiempo”
En la Cumbre de la Tierra de ese día, 154 naciones firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Sin embargo, ahora 16 años después, según un artículo científico de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos ; «la Tierra está acercándose a un umbral planetario que podría llevarnos a un drástico cambio climático. Este cambio ha impulsado reacciones bio-geofísicas intrínsecas, tan fuertes como difíciles de influir por la acción humana «.
Titulares en todo el mundo han hecho sonar las alarmas: «Incluso si se alcanzan los objetivos de reducción de emisiones, la Tierra sigue dirigiéndose hacia el estado ‘invernadero'» (Huffington Post); «Podemos estar cerca de un cambio climático fuera de control» (ZME Science); «La Tierra corre el riesgo de caer en un irreversible estado de » invernadero «debido al uso de combustibles fósiles» (The Japan Times); «El cambio climático puede volverse imparable en un par de décadas» (The Times of London).
En el libro “La primavera silenciosa” (1962), Rachel Carson advirtió que la perturbación de los equilibrio de la naturaleza realizada por los humanos nos llevará al desastre.
“La naturaleza impone límites a sus propios mecanismos de reciclaje. Y como existe interdependencia entre las especies con el uso indiscriminado de pesticidas hemos interrumpido los procesos biológicos naturales, envenenando a humanos, a animales y a la tierra… El mundo moderno adora a los dioses de la velocidad, la cantidad y de la ganancia rápida y fácil. De esta idolatría han surgido males monstruosos «. (2)
La quema de combustibles que contienen carbono ha liberado gases que, al acumularse en la atmósfera, han socavado el equilibrio entre la retención de calor y las condiciones que favorecen la vida.
En el valioso libro “Lo que todo ecologista debe saber sobre el capitalismo” (Monthly Review Press), Fred Magdoff y John Bellamy Foster explican : «el cambio climático … es solo una de una serie de reacciones que se han provocado al traspasar los límites planetarios»… “El capitalismo no reconoce límites a su propia expansión: en el sistema capitalista no hay cantidad de beneficios, ni cantidad de riqueza, ni cantidad de consumo que sea ‘suficiente’ o ‘demasiado'».
Un artículo reciente de New York Times Sunday Magazine ha ampliado la discusión a la gran audiencia. En «Perdiendo la Tierra» su autor Nathaniel Rich informa que entre 1979 y 1989, se había llegado a un consenso en los círculos gubernamentales y científicos porque el problema parecía grave.
Rich relata ,en detalle, las conferencias e informes científicos, la participación de las compañías petroleras, las audiencias en el Congreso y los titulares de primera plana. Todos los estudiosos y gobiernos estuvieron de acuerdo que era necesario actuar rápidamente .
Sin embargo, después de 1989, el consenso desapareció misteriosamente. Ese año, altos funcionarios de docenas de países se reunieron en los Países Bajos bajo los auspicios del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. No pudieron ponerse de acuerdo para reducir las emisiones de carbono. Cuando los delegados decepcionados salían de su última reunión, un reportero preguntó a un delegado sueco: «¿Qué está pasando?»… «Su gobierno está jodiendo esto» fue la respuesta.
Más allá de su antojadiza mención a la «naturaleza humana», Rich no identifica las causas de la debacle. Aun así, su artículo ofrece alguna información que sugiere una explicación.
En apariencia el gobierno de los Estados Unidos avanzaba hacia un plan para reducir las emisiones, pero la realidad es que funcionarios de la Casa Blanca habían intentado censurar el testimonio del prestigioso científico climático James Hanson.
En realidad los estadounidenses enviaron una delegación a la reunión de los Países Bajos, pero solo para ejercer su «liderazgo». Los científicos de las compañías petroleras estaban defendiendo los intereses de sus corporaciones cooperaban. Por tanto, en adelante, Exxon «diría que las conclusiones científicas no eran seguras». Los capitalistas estaban al mando.
Rich cuenta que todo el proceso de “ toma de decisiones “ estuvo en manos de un pequeño grupo de personas con información privilegiada: algunos científicos (incluido uno de Exxon), miembros de comisiones gubernamentales, un par de congresistas y publicista ambiental Rafe Pomerance. Está claro que la falta de participación pública en la toma de decisiones en un tema que nos afecta a todos demuestra un grave déficit democrático.
Naomi Klein ha explicado que ocurrió en realidad : «finales de los 80 fue la cima absoluto de la cruzada neoliberal, un momento de total dominio ideológico para el proyecto económico y social que deliberadamente se propuso denigrar la acción colectiva de los seres humanos «. Rich, no fue ajeno a ese momento.
Klein en su libro “Esto lo cambia todo” (2014) culpa al capitalismo por permitir que el cambio climático avanzara. Sin embargo todavía los nuevos movimientos sociales han eludido la construcción de una alternativa socialista.
Respondiendo a Rich, Naomi Klein expone «la única oportunidad para la supervivencia de la humanidad » radica en «una nueva forma de eco-socialismo democrático, un movimiento que con humildad aprenda de las enseñanzas indígenas sobre los deberes que tienen las futuras generaciones » y agrega : “ el socialismo industrial fue un desastre para el medio ambiente.”
Pero, ¿cuál en realidad es el asunto esencial?
El capitalismo ha contribuido de manera fundamental en el avance del cambio climático, por tanto la resistencia al cambio climático debe ser anticapitalista y, en este sentido, debe ser socialista. Y como se trata de un tema de vital importancia- la supervivencia humana – se requiere un tipo de socialismo cuya teoría se plantee acabar con el capitalismo en lugar de reformarlo.
Estas ideas son propias del marxismo. Para los marxistas el fin del capitalismo es una consecuencia de sus propias contradicciones. El cambio climático es una contradicción.
El sello distintivo de los capitalistas es su voracidad por expropiar todo. Han expropiado el trabajo de los asalariados . Han expropiado la tierra para sacar provecho del subsuelo . Han despojado de derechos a las mujeres y a todos aquellos a quienes consideran desechables.
Los capitalistas impiden el equilibrio de la naturaleza por su saqueo inmisericorde . Ya el propio Karl Marx – al examinar la brecha entre ciudades y el campo durante la revolución industrial- denunció que los medios tradicionales para reponer la fertilidad del suelo estaban desapareciendo por el abuso que practicaban la nuevas empresa capitalistas de los terrenos agrícolas
Para los marxistas, los cambios en la historia son consecuencia de la lucha entre las clases sociales. El cambio climático es una consecuencia del desarrollo capitalista y hoy amenaza la supervivencia de toda la humanidad. Por tanto todos , clases trabajadoras y el pueblo en general deberían estar listos para luchar contra quienes, con la intención de obtener ganancias, niegan la existencia del cambio climático e impiden los esfuerzos para detenerlo .
Según recientes encuestas en Estados Unidos (3) los jóvenes en estos días se sienten atraídos por el socialismo. Preocupados por el cambio climático, están maduros para absorber las enseñanzas del movimiento marxista. Se darán cuenta de que las medidas intermedias no son suficientes. En un informe publicado por la Academia Nacional de Ciencias el prominente eco-socialista Ian Angus ha escrito escribe que «los cambios lineales incrementales en el sistema socioeconómico actual no son suficientes para estabilizar el Sistema-Tierra. Es probable que se requieran transformaciones generalizadas, rápidas y fundamentales «.
O, como lo sugiere Richard Smith, de Socialistas Democráticos de América; «no podemos suprimir las emisiones con las actuales empresas … Necesitamos socializar estas empresas, nacionalizarlas, comprarlas y llevarlas a manos del público».
El desafío para los marxistas es gigantesco. Los problemas ambientales todavía no están en la agenda de la preocupación ciudadana. La preocupación se reducen a organizaciones pequeñas y, a menudo, en desacuerdo entre sí.
Pero el futuro pesa mucho y en realidad es imperativo que los marxistas de los Estados Unidos asuman el trabajo de enseñar y agitar la lucha contra el cambio climático, antes que sea demasiado tarde. Los estudios están a la mano, especialmente en los trabajos de los intelectuales asociados al Monthly Review, Climate and Capitalism y la coalición System Change Not Climate Change .
Quiero terminar con un llamamiento nuestra gente. Como los gobiernos no parecen estar comprometidos con la supervivencia humana, necesitamos un liderazgo revolucionario que tenga la claridad de ideas de un Fidel Castro.
Notas.
- John Steinbeck, viaja con Charley: Search of America , (Viking Press, NY, 1962), p. 181
- Tomado del Prefacio de Rachel Carson a Animal Machines , por Ruth Harrison (1964)
- Ver, por ejemplo, «The New Socialists», The New York Times, 26 de agosto de 2018.