[otw_shortcode_quote border=»bordered» border_style=»bordered» background_pattern=»otw-pattern-4″]El sistema financiero global es una bomba de relojería. La pregunta no es si explotará, sino cuándo explotará.[/otw_shortcode_quote]
Chris Hedges, periodista ganador del Premio Pulitzer y redactor de The New York Times
Desde la crisis financiera de 2008, los bancos centrales del mundo, incluida la Reserva Federal estadounidense, han inyectado en el sistema financiero mundial billones de dólares de dinero fabricado. Este dinero fabricado ha creado una deuda mundial de $ 325 trillones, más de tres veces el PIB mundial.
El dinero fabricado – acaparado por bancos y corporaciones – fue prestados por la banca a tasas de interés depredadoras, y utilizado para pagar los intereses de una deuda impagable o gastados en la recompra de acciones, proporcionando millones de dólares para las élites de la oligarquía.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]El dinero fabricado no se invirtió en la economía real. No se fabricaron ni se vendieron más productos.[/perfectpullquote]
La clase trabajadora no obtuvo ingresos sostenibles, beneficios o mayores pensiones. Tampoco se emprendieron nuevos proyectos de infraestructura.
¿Qué desencadenará la próxima crisis? ¿Los $ 13.2 trillones en deuda insostenibles de los estadounidenses? ¿Los $ 1.5 trillones en deuda estudiantil insostenible? Los miles de millones que Wall Street ha invertido en una industria de fracking, que ha perdido más $ 280 mil millones con sus operaciones? Nadie lo sabe.
Lo que es cierto es que un nuevo colapso financiero global es inevitable y dejará chico el colapso del 2008. Esta vez, con tasas de interés cercanas a cero, las élites no tienen un plan de escape. La estructura financiera se desintegrará. La economía global entrará en una espiral destructiva.
Y, me temo que la ira de una población empobrecida potenciará a los populistas de derecha que ahora solo se dedican a gesticular contra las élites globales mientras pregonan el regreso a una mítica edad de oro cuando los inmigrantes, las mujeres y las personas de color estaban en “su lugar” ; se trata en realidad de un neo-fascismo cristianizado.
Para la economista Nomi Prins la crisis financiera de 2008 : “ convirtió a los bancos centrales en meros agentes al servicio de un poder económico que saqueó el tesoro público, amasó billones de dólares y convirtió a los poderosos en una clase omnipotente económica y políticamente.
En el libro «Cómo los banqueros centrales dispusieron del mundo» Nomi Prins explica cómo los banqueros centrales y a las instituciones financieras internacionales manipularon los mercados: “Han usado dinero falso para inflar sus activos mediante burbujas. Esas ganancias de corto plazo nos llevarán a un peligroso precipicio financiero”.
Para Nomi Prins : “Antes de la crisis, la Reserva Federal de los Estados Unidos, que se supone es el principal regulador hizo un trabajo horrendo , por eso que tuvimos la crisis financiera del 2008 . La Reserva Federal se convirtió en desregulador en lugar de ser un regulador. A raíz de la crisis financiera, la solución para solucionar la crisis y salvar a la economía de una gran depresión o recesión, fue fabricar billones y billones de dólares en el espacio electrónico «
La Reserva Federal entregó aproximadamente $ 29 trillones de este dinero fabricado (falso) a los bancos estadounidenses, según investigadores de la Universidad de Missouri .
¡Veintinueve trillones de dólares! Con este dinero podríamos haber brindado salud universal, reparar nuestra infraestructura, hacer una transición a energías limpias, perdonar la deuda estudiantil y dar matrículas gratuitas, aumentar los salarios, rescatar a los propietarios de viviendas desahuciadas, constituir bancos públicos para invertir con tasas de interés bajo en nuestras comunidades, proporcionar un ingreso mínimo garantizado y organizar un programa de empleo masivo para desempleados y subempleados.
En Estados Unidos, dieciséis millones de niños no se irían a la cama con hambre. Las personas sin hogar y los enfermos mentales ( 553,742 estadounidenses) no dormirían en las calles o no estarían encerradas en nuestras cárceles. La economía reviviría.
En cambio, se entregaron 29 trillones de dólares en dinero fabricado a una mafia financiera que están a punto de hacer que la mayor parte de ese dinero se evapore y nos sumerge en una depresión que rivalizará con la crisis mundial de 1929 .
Los economistas Kevin Zeese y Margaret Flowers han calculado que «con una sexta parte del dinero entregado a la Banca se podrían tomar algunas de estas medidas; Proporcionar un ingreso básico anual de 12,000 dólares , duplicar la entrada a la Seguridad Social (costaría 662 mil millones de dólares ),ofrecer una bonificación de 10,000 dólares a todos los maestros de escuelas públicas (costaría $ 11 mil millones), implantar la Universidad gratuita para todos los graduados de la escuela secundaria ( costaría $ 318 mil millones), crear la educación preescolar universal (costaría $ 38 mil millones)y ofrecer un Sistema de Salud Universal (un Medicare para todos) que nos permitiría ahorrar millones de dólares en prevención de enfermedades».
Una cláusula de emergencia en la Ley de la Reserva Federal de 1913 permite a la Reserva Federal (Fed) proporcionar liquidez a un sistema bancario en apuros. Pero la Reserva Federal no se detuvo con la creación de unos cientos de miles de millones de dólares. Inundó los mercados financieros con niveles inadmisibles de dinero fabricado. Esto tuvo como efecto hacer creer que la economía hubiera revivido.
La Fed redujo las tasas de interés a casi cero. Algunos bancos centrales en Europa instituyeron tasas de interés negativas , lo que significa , ni más ni menos, que el Banco Central pagaría a aquellos oligarcas que tenían acceso a esos préstamos.
La Reserva Federal, con la llamada “contabilidad creativa”, incluso permitió a los bancos utilizar estos préstamos sin intereses para comprar bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Los bancos vendieron los bonos a la Reserva Federal y recibieron un cuarto de porcentaje de los intereses que le corresponden al estado.
[perfectpullquote align=»left» bordertop=»false» cite=»» link=»» color=»» class=»» size=»»]En resumen, a los bancos se les prestó dinero prácticamente sin intereses por parte de la Fed y luego se les pagó intereses sobre el dinero que pidieron prestado. La Fed también compró activos hipotecarios sin valor y otros activos tóxicos de los bancos.[/perfectpullquote]
Dado que las autoridades de la Fed podían fabricar tanto dinero como quisieran, no importaba cómo lo gastaran. Según Prins. «Los banqueros han manipulado el sistema. Como había dinero fabricado a nivel gubernamental lo utilizaron para aumentar sus activos financieros, incluidas las acciones. Y como el dinero era muy barato utilizaron los préstamos para beneficiarse a nivel corporativo».
«¿ Quien va a pagar la estafa?» se pregunta la economista , la respuesta es » la nación, todos nosotros. “Ellos obtuvieron el dinero que debería haber ido a programas sociales y después impusieron la austeridad «.
Dada la asombrosa cantidad de dinero fabricado que hay que pagar, los bancos tienen “catervas de deudores” cada vez mayores. Por esto, si usted se retrasa en pagar su tarjeta de crédito, la tasa de interés en Estados Unidos puede subirle al 28 por ciento.
Por esta misma razón si usted se declara quiebra por no encontrar trabajo debe igualmente cancelar su préstamo estudiantil. Ahora en Estados Unidos el 40 por ciento de un millón de estudiantes no podrán pagar sus préstamos este año y se espera que de todos los prestatarios incumplan los préstamos estudiantiles para 2023.
La austeridad no perdona a la mayoría de la población en todo occidente . Los salarios se han estancado o disminuido, mientras los aranceles bancarios, el coste de la vida , la atención médica, los productos farmacéuticos y los servicios básicos se disparan.
El peaje de una deuda forzada sigue creciendo para alimentar a la bestia hasta que ( al igual que con la crisis de las hipotecas) este sistema depredador reviente. Llegará un día, como en todas las burbujas financieras, que las ganancias proyectadas de forma optimista como el fracking ya no serán una excusa para seguir inyectando dinero en empresas agobiadas por deudas que no pueden pagar.
Según Bethany McLean que escribe sobre la industria del fracking en The New York Times ; «las 60 firmas de exploración y producción más grandes no están generando suficiente dinero para cubrir sus gastos operativos y de capital. En conjunto, desde mediados de 2012 hasta mediados de 2017, tuvieron un flujo de caja negativo de $ 9 mil millones por trimestre».
El sistema financiero global es una bomba de relojería. La pregunta no es si explotará, sino cuándo explotará. Y una vez que lo haga, la incapacidad de los especuladores globales para usar el dinero fabricado provocará una debacle. Crecerá desempleo masivo, aumentarán los precios de las importaciones y de los servicios básicos, y finalmente el otrora poderoso dólar se devaluará abandonando su posición de moneda de reserva mundial.
Este tsunami financiero transformará a los Estados Unidos, no solo en una democracia fallida, sino también en un estado policial autoritario.
La vida será mucho más difícil para los trabajadores indocumentados, los musulmanes, los pobres de color, las mujeres, los críticos anticapitalistas y antiimperialistas. Probablemente muchos serán calificados como agentes de potencias extranjeras y perseguidos. Las élites, en un intento desesperado de aferrarse a su poder y riqueza obscena, destruirán lo que queda de los Estados Unidos.