[otw_shortcode_quote border_style=»dashed» background_pattern=»otw-pattern-1″]El PSOE siempre ha sido -y sigue siendo- uno de los partidos del “establishment “ y el imperialismo español. Es el partido de la entrada en la OTAN, de los GAL, de la corrupción endógena, de la desindustrialización y las reformas laborales, de la defensa a ultranza de la reaccionaria monarquía borbónica.[/otw_shortcode_quote]
Diego Lotito ( Izquierda diario)
“Han pasado ocho días. Llegado este día, España anuncia que reconoce oficialmente como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó. La legitimidad democrática de Guaidó emana de su condición de presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, órgano surgido tras las últimas elecciones libres reconocidas como tal por la comunidad internacional”.
Con el reconocimiento al autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, el PSOE ratifica su complicidad con la ofensiva del imperialismo norteamericano y la derecha continental contra el país latinoamericano en un ejercicio de cinismo imperialista sin límites.
Sánchez se plega así a la política de Pablo Casado del PP, Albert Rivera de Ciudadanos y Santiago Abascal de la ultraderecha de Vox, que fueron los primeros en exigir al gobierno del PSOE que siga el camino de Trump y reconozca a Guaidó como “presidente legítimo” de Venezuela. Es decir, seguir la política del imperialismo norteamericano y la derecha golpista venezolana cuyo programa no es otro que fortalecer el saqueo a los recursos del país latinoamericano, haciéndole pagar al pueblo más y mayores miserias con medidas de ajuste neoliberal y privatizaciones.
El presidente del Gobierno se erije en adalid de la “democracia” al mismo tiempo que defiende que el Estado español siga manteniendo relaciones diplomáticas y vendiendo armas a la monarquía saudí en “defensa de los intereses de España”. Un régimen autocrático y ultra reaccionario, responsable de una ofensiva militar contra el pueblo de Yemen -que ha provocado más de 10.000 muertos y al menos 50.000 heridos- y tiene la democrática práctica de descuartizar y hacer desaparecer a periodistas opositores como Khashoggi.
Ni el Gobierno español ni el Parlamento Europeo, que hace pocos días también reconoció al autoproclamado Guaidó como presidente de Venezuela, han osado jamás darle un “ultimátum” a Arabia Saudí. Al contrario: Francia, Reino Unido y Alemania son los principales vendedores de armas a ese país, seguidos de Italia, Bulgaria y el Estado español.
Pedro Sánchez exige al gobierno de Maduro “la convocatoria de elecciones presidenciales libres, democráticas, con garantías y sin exclusiones”, cuando niega el derecho a la autodeterminación al pueblo catalán, justifica la brutal represión ejercida durante el referéndum del 1-0 y mantiene encarcelados como presos políticos a sus principales líderes, en una causa escandalosa en la que la casta judicial adicta al régimen español pretende sentenciarlos a 20 años de prisión por haber puesto urnas para que el pueblo catalán decidiera libremente su destino.
El gobierno del PSOE se presenta como garante de la “democracia” y la “libertad” cuando ha sido uno de los pilares fundamentales del régimen heredero de la dictadura franquista y considera una institución sacrosanta a una monarquía hereditaria, corrupta y medieval, que no ha sido votada por nadie y es cada vez más repudiada por amplios sectores de la población.
Más allá de su retórica y el lavado de cara que le viene haciendo Unidos Podemos, el PSOE siempre ha sido -y sigue siendo- uno de los grandes partidos del “establishment “ y el imperialismo español. El partido de la entrada en la OTAN, de los GAL, de la corrupción endógena, de la desindustrialización y las reformas laborales, de la defensa a ultranza de la reaccionaria monarquía borbónica.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, aún no se ha pronunciado sobre el hecho, a diferencia de su socio electoral en Unidos Podemos, Alberto Garzón. En su cuenta de Twitter, el coordinador federal de Izquierda Unida escribió que “Vuelve el espíritu de las Azores y vuelven a sonar tambores de guerra al ritmo que marca EEUU y el olor a petróleo. Esta vez un tambor no lo toca Aznar sino Pedro Sánchez. Con la misma actitud soberbia, contraria a derecho internacional y, además, torpe.”
En otro mensaje, se pregunta “¿Quién ha asesorado a Pedro Sánchez para recomendarle que es mejor seguir a Trump y sus aliados (entre los que están Casado, Rivera y Abascal) antes que a México, Uruguay, laboristas británicos, el Vaticano o los gobiernos de Grecia e Italia? ¿Felipe González?”
La pregunta que debería hacerse el líder de IU, sin embargo, es ¿por qué junto a Podemos siguen sosteniendo el gobierno del PSOE en el parlamento y promoviendo un “gobierno progresista” con los social liberales para el 2020?
O ¿por qué siguen bregando por una alianza “de izquierdas” con Manuela Carmena en Madrid, después de que esta saliera también a reconocer a Guaidó hace pocos días, justificando la ofensiva imperialista en Venezuela?
En estos momentos de crisis aguda y ofensiva golpista en Venezuela, es necesario expresar un contundente repudio al golpe orquestado por el imperialismo norteamericano y la derecha. Esto no implica, sin embargo, un apoyo político al gobierno de Nicolás Maduro, como sostienen acríticamente sectores de la izquierda española. Por el contrario, hace falta señalar que es el propio gobierno y el régimen cívico-militar de Maduro es el que ha llevado al pueblo venezolano a esta situación.
Sólo una política independiente de la clase trabajadora y los sectores populares, enfrentando resueltamente el plan imperialista en curso, desarrollando sus organismos de lucha y planteándose la conquista de un verdadero gobierno de los trabajadores, puede dar una salida progresiva a la crisis profunda que vive el país latinoamericano. Pero esta no será posible sin derrotar a la derecha pro imperialista, que de imponerse sólo agravará las penurias de las masas venezolanas.
En el Estado español, un país imperialista que históricamente ha expoliado los recursos de América Latina, es urgente que los partidos de la izquierda, los sindicatos y movimientos sociales impulsen la movilización antiimperialista. Unidos Podemos debe dejar de lado toda ambigüedad y especulación electoral y llamar a una gran movilización en todo el Estado contra la intentona golpista y la injerencia imperialista en Venezuela.