Carlos Martínez , politólogo
La derecha española toma la vía venezolana de oposición . Ha comenzado declarando a Sánchez traidor e ilegítimo y realizando una manifestación para echar al «tirano de la Moncloa».
Otra parte de la derecha, la incrustada en el aparato del PSOE le sigue el juego, con más miedo que vergüenza y dañando a su propio partido. Este es el panorama de la derecha, que conforma el nacionalismo españolista, que no español, pues no es la mismo cosa.
El Gobierno surgido de la mayoría de la moción de censura se tambalea por las vacilaciones de Pedro Sánchez. Su gobierno constantemente amagar pero no cumple con los prometido.
Sánchez sólo puede fortalecerse si fortalece la mayoría de la moción de censura y no puede seguir actuando como si tuviera la mayoría parlamentaria, que es lo que hace. Por su parte los sectores independentistas catalanes debieran también darse cuenta que para conseguir sus aspiraciones, o parte de ellas, necesitan la solidaridad y el apoyo de la clase trabajadora de todo el estado español. Que los trabajadores simpaticen con el derecho a decidir de los pueblos exige pedagogía y es necesario, en paralelo, desmontar la obra antisocial de Rajoy y del PP en su conjunto.
Sánchez debe entender que el juicio contra políticos catalanes por delitos graves en España, no lo son en el resto de Europa. Tal como están las cosas el juicio terminará por demostrar la baja calidad de nuestra democracia liberal. Este juicio será letal . Va a desprestigiar la democracia local, ya muy tocada ante las opiniones públicas, no solo europeas.
Ya lo hemos advertido más de una vez. La judicatura española es profundamente reaccionaria . Esto se palpa no solo en este asunto, sino también en su actitud con las mujeres o con los corruptos de derechas. Lo cierto es que la judicatura y la derecha hacen una interpretación sólo represiva de la actual Constitución.
La derecha española es franquista, Vox no le hace falta. Todos son lo mismo. En realidad esta derecha no es democrática . Y en algún momento tendrá que decir claramente que desea hacer con Cataluña .
Seguramente su opción oculta es una intervención militar y una represión masiva. Diez mil policías y guardias civiles – enviados para evitar un referéndum no negociado – no fueron capaces de controlar las urnas del 1 de Octubre. Fue tal la incapacidad de la policía que el Gobierno de Rajoy debió retirar el dispositivo policial después de haber fracasado estrepitosamente.
Un 155 más duro, tan solo puede funcionar si se suspenden las garantías democráticas con la intervención de la Legión y los paracaidistas. De hecho el 155 de Rajoy fracasó. En las siguientes elecciones catalanas el resultado siguió siendo igual que antes del referéndum. Esto tiene una sóla lectura: la actual política de la derecha nos puede conducir a la violencia y posiblemente a una guerra contra parte del pueblo de Cataluña.
Pedro Sánchez le debe lealtad al pueblo trabajador que luchó contra Rajoy, sus recortes y sus agresiones laborales y sociales. La mayoría obtenida por la moción de censura fue la consecuencia de las luchas de las mujeres, los pensionistas y las resistencias del precariado.
La capacidad de movilización del PSOE es prácticamente nula sin el respaldo de los movimientos sociales y sindicales y sin las personas con conciencia social y dignidad.
Por tanto, ante la derecha solo queda la movilización del pueblo. Pero esto no se conseguirá sino se termina con la frustración que producen gobiernos que se rinden a los intereses económicos y la Corona .
Las derechas nunca perdonarán los avances sociales, por pequeños que sean. La gran patronal con el apoyo de todas las derechas, tan sólo desea libertad total para explotar a sus trabajadores y no pagar impuestos.
El poder de las familias franquistas sigue presente dominando y marcando la política. Este gobierno surgido de la moción de censura, debe actuar consecuentemente y cumplir con sus compromisos . ¡Queremos hechos ya!
Los trabajadores no va a secundar los movimientos de la derecha. Sin embargo esto es totalmente insuficiente . Hoy con urgencia se necesita que la clase obrera y los sectores oprimidos, precarizados, empobrecidos y las víctimas de la violencia machista se doten de una organización socialista propia y libre. Una organización que no tenga ataduras con la banca y que no sustente a la Corona.