Walter Formento y Wim Dierckxsens
En la cumbre del Grupo de Lima el vicepresidente Pence – que representa los intereses del continentalismo estadounidense con fuerte influencia en el pentágono, el comando sur y el FMI – trató a Juan Guaido’ como si fuera un alfil de su tablero de ajedrez.
El vice de Estados Unidos reprochó a Guaidó que no se produjera la deserción masiva de militares que había prometido. Al parecer el equipo Pence/Bolton/Pompeo temen que la oposición venezolana se desplome por la falta de “avances concretos” contra Maduro.
Más tarde, en la cumbre regional de Bogotá nuevamente encabezó Mike Pence, ha dejado al vicepresidente con el amargo sabor de la derrota. Pence está saboreando un fracaso que podría tener repercusiones en la interna de su partido y lo colocan en una posición de gran debilidad frente a Trump.
El fiasco del operativo de ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela, que se suponía iba a marcar el principio del fin del régimen de Nicolás Maduro. resultó todo lo contrario. Después de la intentona golpista se ha fortalecido la legitimidad del gobierno bolivariano y se ha debilitado la posición de los aliados de EEUU en Suramérica y en el mundo.
En este marco Pence le espetó al “presidente encargado”, un duro diagnóstico por todo lo que había fallando en el “asalto” contra Venezuela. El mayor descontento de Pence fue porque el espectáculo de la frontera demostró que las fuerzas armadas mantienen su unidad monolítica y continúan apoyando al gobierno de Maduro.
Guaidó había prometido al gobierno estadounidense que si una mayoría de líderes del mundo lo reconocían como la máxima autoridad de Venezuela, al menos la mitad de los oficiales del ejército iban a desertar. No ocurrió nada parecido, aunque los Estados Unidos lograron que 50 mandatarios reconocieran al “presidente encargado”.
El complot hizo agua por todos lados. Las fuerzas armadas bolivarianas demostrarán su capacidad cuando en una maniobra de inteligencia fingieron que desertaban para poder enterarse de qué, cuando y donde se preparaban las acciones desestabilizadoras.
El punto máximo llego cuando la mayoría Grupo de Lima (grupo compuesto por los países que apoyan la caída del gobierno Venezolano) rechazó una acción militar en presencia del propio Pence.
La intervención del vicepresidente brasileño fue determinante. En su discurso se opuso a las acciones militares contra un país de Sudamérica.
Por otra parte, también pesó y no poco , que los millonarios venezolanos que viven en el exterior, aportaron poco o nada a la hora de confrontar a Maduro. Los golpistas esperaba más dinero para financiar la deserción de policías y militares, un acontecimiento que nunca ocurrió .
Guaidó había apostado todas sus fichas a que Pence anunciara el uso de la fuerza militar. Y todavía en la mayoría de sus declaraciones sigue pidiendo una invasión de EEUU y no una solución diplomática. Esta batalla también la perdió Guaidó porque Mike Pence decidió enfriar sus expectativas.
En realidad, en algún momento el vicepresidente de Imperio llegó a considerar una opción militar de mínimos para dar a Guaidó el control de una parte del territorio de Venezuela. Pero esa opción fue también descartada. ¿la razón? Estados Unidos viene de haber sufrido una importante derrota por haber implementado ese tipo de estrategias de fragmentación territorial en Siria y Libia.
En cambio, el autodenominado Grupo de Lima ha solicitado la designación de un experto del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para evaluar lo que califican como una “crisis humanitaria” en el país suramericano.
Alfred-Maurice de Zayas, experto Independiente de la ONU ha afirmado en un documento que la ONU violaría su propia Carta si reconociera a Guaidó y que es el gobierno de EEUU el que está cometiendo crímenes de lesa humanidad .
La malnutrición y la falta de medicamentos pueden atribuirse directamente a las sanciones impuestas por EEUU a la República Bolivariana. Según la legislación internacional las sanciones de este tipo están en la categoría de crímenes de lesa humanidad. Además, según los expertos, las naciones que apoyan tales medidas, contra la población de un país , también pueden ser imputadas por cometer un delito de estas características.
No se puede estrangular primero la economía venezolana y luego reclamar que el país necesita aceptar asistencia humanitaria de su torturador (Vea, Manuel Palma, Experto independiente de la ONU: “EE.UU. comete crímenes de lesa humanidad contra Venezuela”, https://actualidad.rt.com, 28 feb 2019).
Está por ver si Trump espera el resultado final en la comisión de la ONU. Una comisión de expertos que hipotéticamente podrían acusar a los EEUU por cometer crímenes de lesa humanidad.
En estas circunstancias no seria extraño que Trump haga cambios en su gabinete para debilitar las políticas del Tea Party Republicano y que al final imponga su propia posición.
De pronto puede ocurrir algo impensado hoy por hoy : que el presidente de EEUU invite a conversar a Maduro tal como invitó a su homólogo de Corea del Norte después de despedir a Tillerson como Secretario de Estado.
Si se produce un desenlace que apueste por el diálogo el establishment financiero del Partido Demócrata, de Nancy Pelosi, también sufrirá una contundente derrota en su política intervencionista.