Margaret Kimberley, periodista estadounidense
Lo más aterrador para los estadounidenses es saber que este país no está preparado para proteger a las personas de la epidemia provocada por el COVID-19.
El asunto podría ser divertido si no fuera tan peligroso. Primero, el régimen de la austeridad eliminó el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), responsable de combatir las enfermedades infecciosas. Condenar a Donald Trump es la parte fácil. Analizar las consecuencias inhumanas inherentes al capitalismo en EEUU es mucho más difícil.
Se nos dice constantemente que el socialismo no funciona. Pero es la China socialista – donde comenzó el virus- la que más ha avanzado en la derrota de la propagación infecciosa. Por el contrario, en los Estados Unidos no existen ni los sistemas ni la infraestructura para lograr lo mismo. La generación del siglo XXI tiene ahora una evidencia más que el capitalismo no funciona cuando se deben satisfacer las necesidades de la mayoría .
La propaganda de los medios ha afirmado por años que en los Estados Unidos existe el mejor sistema de atención médica. Nada más falso y engañoso. En este país la sanidad es abiertamente deficiente.
No cabe duda que un sistema médico con fines de lucro recauda mucho dinero para las compañías de seguros y las grandes farmacéuticas. Pero para la mayoría de población el sistema es absolutamente inhumano . Otros países lo hacen mucho mejor por mucho menos dinero.
En estados Unidos las necesidades más básicas de pacientes y trabajadores de la salud están en serio peligro. De hecho en estos momentos el personal sanitario esta reclamando por no haber recibido ni capacitación ni medios para atender a los pacientes con COVID-19.
Mientras que Italia, otra nación capitalista, no es capaz de enfrentar con éxito los casos de COVID-19, la China socialista está a punto de derrotar las infecciones , reduciendo a casi cero los nuevos contagios. Mientras los estadounidenses no encuentran un simple desinfectante para las manos, el gobierno chino construyó en menos de diez días nuevos hospitales .
Una economía basada en las ganancias es la causa de fondo. El llamado país más poderoso del mundo tiene un sistema que favorece a los depredadores. No importa que este de por medio la salud de millones de personas, lo importante para el capitalismo siempre serán los beneficios.
En estos momentos el estado fallido norteamericano no tiene los medios suficientes para diagnosticar COVID-19 . Los que logran hacerse la prueba deben pagar hasta $ 3,000 por lo que debería ser un derecho.
Casi todas las soluciones para abordar esta crisis imponen nuevas cargas a las personas. La economía del mercado y el trabajo precario no le permite a los trabajadores cuidarse si se sienten enfermos. El alto precio de la atención médica es un impedimento para tratar las enfermedades.
No es de extrañar que los estadounidenses caigan en el pánico cuando aparece una nueva enfermedad contagiosa. Si hasta Joe Biden – el candidato de la elite del Partido Demócrata – ha declarado que vetaría cualquier ley que proporcione atención médica gratuita para todos.
Como el sistema no puede proporcionar suficiente desinfectante para manos, el gobernador de Nueva York , Andrew Cuomo, ha anunciado que los presos producirán este antiséptico. Los reclusos del Penal “Great Meadow” recibirán entre 16 y 65 centavos de dólar por su trabajo. Una solución típica en los Estados Unidos.
La nación que recortó los recursos públicos que habrían mitigado los efectos dela epidemia ahora aplica, sin ninguna vergüenza, la sacrosanta ley del lucro y utiliza el trabajo esclavo de los presos para hacer lo que el sistema no puede hacer.
Donald Trump se refirió a las naciones del sur del mundo como «países de mierda». En realidad el país de mierda es el que él gobierna. Estados Unidos fabrica armas e invade naciones. Su policía mata a más personas que en ninguna otra parte y tiene el record mundial de gente tras las rejas. Y como estamos viendo el costo de la atención médica no solo es la más cara, también es la peor del mundo.
Estados Unidos tiene un estado fallido . Es un país que no se preocupa por su gente Lo que está pasando con es COVID-19 lo deja muy claro .