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Manlio Dinucci, geografo y politólogo italiano
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Como consecuencia de la epidemia de corona-virus el Comando Militar de los EEUU en Europa ha declarado recientemente: «nuestra primera preocupación es proteger la salud de nuestras fuerzas y la de nuestros Aliados. Por lo tanto, anunciamos que hemos reducido el número de soldados del ejercicio Defender Europa 20. Pero el ejercicio continúa”.
Hace unos días, el Comando Militar había revelado: «desde enero el Ejército de los Estados Unidos ha enviado 6.000 soldados a Europa, con 12.000 piezas de armamento personal y tanques” . La movilización, señalaron «se ha completado con el traslado de soldados y equipo, desde varios las zonas de entrenamiento en Alemania y Polonia y con los 9.000 efectivos estadounidenses estacionadas en Europa«.
El objetivo declarado por Estados Unidos no sólo es «desplegar una fuerza de combate creíble en Europa en apoyo de la OTAN», contra una supuesta «agresión rusa», también es sembrar la tensión y alimentar la idea del enemigo.
El “juego de guerra “ supone un enfrentamiento armado entre la OTAN y Rusia que inevitablemente sería de carácter nuclear. Para este el escenario las fuerzas norteamericanas en Europa se están entrenando.
En una audiencia en el Senado el 25 de febrero pasado el General Tod D. Wolters, Comandante Supremo de las Fuerzas de Estados Unidos en Europa, declaró : «las fuerzas nucleares, son la garantía suprema de la seguridad de los Aliados, y apoyarán todas las operaciones militares en Europa»(1) Esto significa que el Defender Europa 20 es un ejercicio no sólo de fuerzas convencionales (no nucleares) sino también de fuerzas nucleares.
El 18 de marzo el grupo de tareas de los EE.UU., informó que dos bombarderos nucleares B-2 Spirit, despegaron desde Fairford (Inglaterra) hacia Islandia y el Atlántico Norte, junto con tres cazas F-35 noruegos. Estos dos tipos de aviones fueron diseñados para las nuevas bombas nucleares B61-12, que pronto se instalarán en Italia y en otros países europeos, para reemplazar a los actuales bombas B-61.
En el ejercicio la OTAN desplegara aviones cargados con ojivas nucleares
Cuando el Senador Fischer le pregunto al General Wolters qué piensa sobre no usar primero las armas nucleares, el militar respondió: «Senador, soy partidario de una política flexible para el primer uso«. Utilizando este criterio “flexible” EE.UU., y la OTAN, están reconociendo que están dispuestos a utilizar su armamento en un ataque nuclear por sorpresa.
Ante tan grave declaración, los generales rusos se han visto obligados a declararse en alerta máxima. Mientras tanto los gobiernos, los parlamentos y los medios de comunicación europeos han cubierto con un manto de silencio las noticias de la “Operación Defender”.
En la misma audiencia, el general Wolters afirmó:
«Desde 2015, la Alianza ha dado mayor importancia a la aplicación de las capacidades nucleares. El Mando Europeo de los Estados Unidos apoya plenamente las recomendaciones, contenidas en la Revisión de la Postura Nuclear 2018, que autoriza el despliegue de misiles balísticos de baja potencia W76-2».
Aclaramos . Las ojivas nucleares de baja potencia W76-2, ya instaladas en misiles lanzados desde submarinos también puede instalarse en misiles terrestres cerca del territorio enemigo.
Su uso es particularmente peligroso porque estas armas nucleares menos poderosas aumentan la tentación de usarlas primero. Para expertos estadounidenses competentes estos misiles nucleares “ podrían provocar su utilización por parte de algún comandante porque sabe que la lluvia de partículas radiactivas sería limitada”.
En realidad sería como tirar una cerilla encendida en un barril de pólvora.