Por Diana Johnstone, desde París (Consorcio de Noticias)
La Unión Europea fracasó en su prueba de solidaridad que le demandaba la crisis por la epidemia de la COVID..
Cuando la pandemia golpeó esta primavera quedó claro que no existe un «pueblo europeo» sino un laberinto de normas y reglamentos económicos impuestos a unos pueblos que están separados en 27 Estados.
Precisamente, las naciones latinas, Italia, España y Francia, que ya padecen un sobreendeudamiento debido en gran parte a estar atrapados en el sistema monetario del euro (totalmente fuera de su control) se vieron particularmente afectados por Covid-19. Hoy, sabemos que lo más probable es que las consecuencias económicas llega a ser devastadoras.
Líderes comprometidos con la «construcción europea», como el presidente francés Emmanuel Macron, estaba cada vez más alarmado. La insatisfacción con la UE crecía rápidamente, especialmente en Italia y en Francia.
Macron no ha llegado a ninguna parte con su promesa de obtener una UE más generosa financieramente. La política alemana por la austeridad financiera es rígida.
Pero la canciller Ángela Merkel esta vez reconoció que para salvar a la Unión Europea debía escuchar los gritos de ayuda económica del Sur. Finalmente acordó con Macron patrocinar un «esfuerzo de recuperación» para beneficiar a los países que sufren pérdidas económicas debido a la pandemia.
El mayor gasto involucrado requería la aprobación de los 27 Estados miembros, muchos de los cuales se opusieronen primera instancia. En julio, el proyecto se presentó al Consejo Europeo, organismo que reúne a los jefes de los gobiernos miembros de la UE.
El Consejo está presidido actualmente por el político belga Charles Michel, quien por cierto es primer ministro interino de Bélgica desde que el gobierno de su país colapsó en diciembre de 2018 por el tema de la inmigración. Desde entonces, ha sido imposible formar un gobierno, debido esencialmente a diferencias entre los partidos de habla holandesa de Flandes y los partidos de habla francesa de Valonia.
Es curioso, pero las instituciones de la UE que se supone deben construir una sola nación europea están situadas precisamente en Bélgica, donde los nacionalistas flamencos se mueven inexorablemente hacia la independencia de los francófonos.
El conflicto germano-latino en Europa tiene raíces profundas. Así como los flamencos se resisten a compartir los gastos sociales con los » derrochadores valones”, cuatro naciones «frugales» autodenominadas, los Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia, rechazaron la propuesta de compartir la deuda con las naciones mediterráneas.
Después de cuatro días y noches de feroces disputas, amenazas y concesiones, el 21 de Julio Charles Michel y la presidenta de la Comisión de la UE, Úrsula von der Leyen, anunciaron un acuerdo que llamaron «histórico».
Por primera vez, la Comisión recibió el mandato de endeudarse con bancos comerciales. Esto es una Unión, al más puro estilo capitalista. Sin embargo los campeones – cada vez más aislados – del federalismo europeo elogiaron el acuerdo como un paso significativo hacia los Estados Unidos de Europa.
¿Traerá el acuerdo la recuperación económica europea?
El «acuerdo histórico» del 21 de julio comprendió tanto el presupuesto normal de la UE, de un billón de euros para los próximos siete años ( financiado como de costumbre por las contribuciones de los Estados miembros) y un paquete de recuperación de emergencia a corto plazo de 750 mil millones de euros, financiado por la Comisión .
Esta suma se dividirá entre subvenciones de 390 mil millones y préstamos por 360 mil millones de euros a los países que hayan sufrido un declive económico debido a la crisis de salud pública. A Italia se destinó a 172 mil millones y a España a 140 mil millones.
Apunte 1. Como Macron fue el principal campeón de este acuerdo, podría reclamarlo como una gran victoria política. El préstamo de 750 mil millones de euros se pagará en 2058 y, según cálculos complejos, lo que pagaráFrancia ascenderá a 82 mil millones de euros, mientras los beneficios sólo serán de 39 mil millones de euros. Eso no es mucho más que los 29 mil millones destinados a Alemania, que no sufrió tanto por Covid-19. La victoria política de Macron tiene un alto precio para los contribuyentes de su país.
Apunte 2. La supuesta generosidad hacia los países necesitados fue acompañada por un gran favor financiero para los países «frugales» (ricos). Su pérdida por tener que contribuir al préstamo de la Comisión se compensará con reducciones considerables en los montos que Austria, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Alemania deben contribuir al presupuesto de la UE en los próximos siete años … esto aumentará automáticamente la contribución de Francia, Italia y España
Apunte 3. Las subvenciones y préstamos que se distribuirán en los próximos años vienen con fuertes contrapartidas. Oficialmente, el esfuerzo de Recuperación «debe apuntar a las regiones y sectores más afectados por la crisis». En apariencia, la ayuda sería para industria turística en Italia y España. Pero esta no es la forma en que funciona el Acuerdo. Los países receptores no pueden utilizar el dinero de la manera que ellos mismos consideren adecuado a sus necesidades. Por el contrario, los planes deben presentarse a la Comisión cumpliendociertos criterios. El requisito previo para una evaluación positiva» serán » programas concretos para una efectiva transición verde y digital» será «
Lo que realmente significa es que el famosos paquete de recuperación de 750 mil millones no servirá para terminar con carencias de la salud pública reveladas por la pandemia. Todo lo contrario: las condiciones impuestasincluyen el cumplimiento de la exigencia de austeridad presupuestaria – a expensas de los servicios sociales – impuesto por el acuerdo “histórico”.
En realidad la financiación se destinará a proyectos avanzados que la burocracia de la UE considere necesarios para aumentar la competitividad internacional de las corporaciones de la Unión Europea . Son los sectores de crecimiento capitalista del futuro: las energías renovables y la inteligencia artificial.
Esto significa más subsidios para las corporaciones privadas que realizan investigaciones en estos campos. Sin duda, se multiplicarán de molinos de viento cuya construcción está vaciando playas de arena para construir pilares de cemento que nadie sabe cómo desechar una vez que estos son obsoletos (lo que no lleva mucho tiempo).
La inteligencia artificial no hará nada por las personas que han perdido sus empleos en Italia y España. Por el contrario, el efecto más notable de la inteligencia artificial es la destrucción de puesto de trabajos, en particular,mediante la sustitución de seres humanos razonables por sistemas automáticos estúpidos que pueden responder a todas las preguntas, excepto la que se desean hacer.
Ciertamente, existe una necesidad de una transición energética. Pero esto no es lo que los eurócratas dicen estar abordando. En cuanto a la inteligencia artificial, nadie ha preguntado a la gente si eso es lo que quieren. Una apuesta segura es que la dichosa IA está final de la lista de deseos de la gente trabajadora.
El paquete de recuperación de la UE ilustra una vez más que la UE es una burocracia al servicio del capital, especialmente del capital financiero. Las decisiones que se toman a expensas de los servicios públicos, tienen fin de promover los proyectos reivindicados por poderosos grupos de presión financiera. No es de extrañar que los mercados bursátiles europeos hayan acogido con satisfacción el acuerdo.
Pero el Acuerdo no hace absolutamente nada para liberar a Italia, España y Francia de la trampa de deuda del euro. Debido al sistema- euro, los países con problemas no pueden recurrir a sus propios bancos centrales para financiar la recuperación. Entonces sólo le queda bajar la cabeza y aceptar “obras de caridad” con condiciones.
El sentimiento a favor de restaurar la soberanía nacional crece en Francia En Italia, se organiza movimiento con un objetivo: “abandonar la UE y el Euro”. Pero las mayoría de las naciones europeas aún no tienen la energía suficiente para tomar medidas audaces, incluso para su propia supervivencia. Entonces, cuando no hay política activa gobiernan las finanzas y la burocracia.