NO TENEMOS SIGLOS POR DELANTE PARA QUE UN GRAN CAMBIO SALVE A LA HUMANIDAD Y AL PLANETA
Nigel C. Gibson, filósofo británico, especialista en Frantz Fanon
En todo el mundo, la pandemia ha arrojado nuevas luces sobre viejas desigualdades. Y ahora los que son sumamente vulnerables no tienen asistencia sanitaria.
La velocidad con que la rebelión se está moviendo en Estados Unidos es sorprendente. A muchos recuerda la observación de Lenin, «hay semanas en las que pasan décadas».
Vivimos tiempos extraordinarios, pensando en este momento necesitamos conocer a Fanon. Tenemos que trabajar para escucharlo.
Uno de los conceptos centrales del pensamiento de Fanon es la idea de «la racionalidad de la rebelión». En el libro “Un Colonialismo Moribundo” explica como aprendió a escuchar los síntomas de la resistencia en su trabajo diario: «Es necesario analizar, paciente y lúcidamente, cada una de las reacciones del colonizado, y cuando no entendemos sus reacciones debemos recordar que estamos en el corazón de la tormenta».
En otras palabras, la comprensión de los momentos históricos requiere una escucha cuidadosa y consciente del significado y del contexto. El primer paso importante es reconocer que no entendemos todo y que habitualmente tratamos de encajar las reacciones populares con criterios pre-establecidos.
Fanon insiste en la reflexión autocrítica para permitir la escucha como un primer paso hacia la comprensión. La comprensión, por lo tanto, requiere tanto de la escucha crítica como del desarrollo de nuevos conceptos a través de los cuales escuchar. En “Los Condenados de la Tierra”, este concepto está conectado con la idea de la racionalidad de la rebelión
Una idea de rebelión para la acción como para el pensamiento. Y también, como una crítica al viejo liderazgo y a la vieja política, que quiere cerrar el pensamiento con demandas reformistas construidas por viejos conceptos.
Con Fanon el pensamiento se vuelve vivo y los conceptos son «elaborados» en las luchas concretas. Se trata de una nueva forma de actividad política basada en la acción real «viviendo dentro de la historia» donde el pueblo “toma la delantera con sus razones y sus músculos en la lucha por la justicia».
Este pensamiento desafía a los intelectuales, ayuda a la auto-clarificación del movimiento y desarrolla lo que el propio movimiento está revelando. Para Fanon el movimiento saca a la luz «facetas inesperadas y contradicciones camufladas” . Aspectos tales como “ la falta de preparación de la élite y la ausencia de vínculos idóneos incapacitan a la élite para comprender y racionalizar la práctica popular».
Las elites “traicionan la acción de las masas” o la tratan de controlar o suprimir. Significa la continuación, por otros medios, del régimen de la necropolítica.
El Tiempo y la rebelión
Encerrado, aplastado, negado el espacio, la comida y el agua limpia, el espacio colonial dominado por los blancos es un mundo aparentemente inmóvil y maniqueo.
Mientras que el espacio es absolutamente esencial para el análisis de Fanon también lo es el tiempo. Como dice en el libro “Piel Negra, Máscaras Blancas» el problema es el tiempo».
Frantz Fanon se niega a considerar el presente como definitivo y busca las nociones de futuro en el presente, o como él lo expresa maravillosamente, siendo la revolución argelina «no la conquista del cielo futuro» sino “las acciones radicales y la conciencia del pueblo ahora”.
La idea del tiempo futuro en el presente es similar a la descripción de Karl Marx del tiempo como «el espacio para el desarrollo humano».
En «Los Condenados de la Tierra», se pregunta sobre el tiempo de la rebelión. «En esta atmósfera de violencia… que está justo debajo de la piel… ¿Qué es lo que hace que la tapa se reviente?» Es imposible de predecirlo, pero en retrospectiva, es un «evento», porque si miramos hacia atrás los últimos meses la concatenación de hechos hace parecer obvio el “evento”.
Explica el evento como una apertura al tiempo histórico, un tiempo en el que los oprimidos se convierten en protagonistas, y el futuro de repente se convierte en una cuestión de disputa: “Antes de la rebelión por un lado estaba la vida y la actividad del colono, y por el otro la continua agonía del colonizado. Desde 1954… en la sociedad argelina, ya no se serán como antes”. Para Fanon el levantamiento del 1 de noviembre de 1954, fue una declaración de intenciones que llevó a un cambio radical de conciencia entre los colonizados.
Ahora cuando los manifestantes, derriban las estatuas de los comerciante de esclavos hay una racionalidad de la revuelta que intimida al mundo de los poderosos. Cuando los manifestantes desfiguran las estatuas de los «héroes nacionales» como George Washington en los EEUU y Winston Churchill en el Reino Unido, expresan un momento de descolonización que recuerda a las primeras páginas de Fanon en «Los Condenados de la Tierra».
En ese texto, habla de dignidad y de otra noción del tiempo, una noción que integra, humaniza y socializa al individuo. Crítico con la traición de las élites nacionalistas, dice «la vara de medir del tiempo ya no debe ser la del momento de la próxima cosecha.
Fanon relaciona esto con el «trabajo de humanización». Hoy en día, su idea toma un significado que es universal y urgente en este tiempo de extinción de pandemia global y crisis climática .
Es una noción de tiempo, liberada de la exclusión del tiempo capitalista dominado por el trabajo muerto. El tiempo para Fanon está conectado con la vida, la autodeterminación y el desarrollo de una subjetividad que surge en la lucha. Pero, esto no es automático. La espontaneidad de las acciones populares no es simplemente espontánea, sino el resultado de un pensamiento y una organización
La noción de tiempo de Fanon es también extremadamente sensible a la situación psicológica en la que se encuentra la gente, incluye el peso del trauma colectivo y las perspectivas de salud que sólo el tiempo revelará completamente. Es consciente que el proceso de crear personalidades liberadas va a llevar tiempo, no hay ningún proceso mágico, y ningún líder, lo hará por nosotros.
Esta forma de medir el tiempo se hace eco de la idea de Marx sobre el tiempo y su crítica a la mercantilización del capitalismo y la disposición del tiempo humano. ¿Qué es el tiempo para el capitalismo sino la oportunidad de obtener beneficios?
Marx escribe, con regocijo, en The Times de Londres acerca del grito de indignación de un dueño de plantación antillano ante los negros libres de Jamaica, que producen «sólo lo estrictamente necesario para su propio consumo”. Marx añade: “Han dejado de ser esclavos…para ellos el capital no existe como tal, porque la riqueza como tal, sólo puede existir sobre la base del trabajo forzoso directo, la esclavitud o el trabajo forzado indirecto, el trabajo asalariado”.
Repensando todo
Fanon propugna un sentido y una apertura al futuro, en un modo práctico, crítico y cuestionador. Concluye su primer libro, Piel Negra, Máscaras Blancas, con una alegato.
¡Oh mi cuerpo, haz de mí siempre un hombre que cuestione!
En “Los Condenados de la Tierra”, hay un cuestionamiento radical desde el interior del movimiento revolucionario. «Tal vez necesitemos repensar todo..será necesario empezar todo de nuevo: cambiar la naturaleza de las exportaciones… cuidar el suelo y los recursos minerales, los ríos y, ¿por qué no?, la productividad del sol». Su visión tiene una dimensión ecológica esencial para la vida y la dignidad humana.
¿De qué se trata realmente la lucha? Se trata de alcanzar un nuevo humanismo basado en la autodeterminación, se trata de terminar con las relaciones sociales alienadas de una sociedad racista y colonizada. «Si no se modifican las condiciones del trabajo se necesitarán siglos para humanizar este mundo que ha sido forzado hasta el nivel animal por las potencias imperiales».
Fanon nos habla de las formas de trabajo forzado llamada libertad en el capitalismo neoliberal y neocolonial que consumen la vida y el ambiente. Ahora nosotros sabemos que no tenemos siglos por delante para que una gran cambio salve a la humanidad y al planeta . El tiempo es ahora.