Editorial del diario chino Global Times
Las fuerzas aéreas de China y Rusia realizaron una segunda patrulla aérea conjunta el martes recién pasado. El Ejército Popular de Liberación envió cuatro bombarderos H-6K y Rusia envió dos bombarderos Tu-95 para patrullar el espacio aéreo del Mar de Japón y del Mar de China Oriental.
Estados Unidos, sus aliados de Asia y el Pacífico han expresado su “preocupación” a pesar que es habitual que Estados Unidos- y su red de alianzas globales- llevan a cabo permanentemente ejercicios militares conjuntos en todos los rincones del planeta. Para un arrogante Pentágono las interacciones militares entre China y Rusia constituirían una «amenaza».
China y Rusia son “socios estratégicos integrales para una nueva era”. En otras palabras, ambos países han acordado ser “socios y no aliados». Esta coordinación integral responde no solo a los intereses de sus pueblos sino también es fundamental para asegurar un equilibrio estratégico global.
El plan belicista estadounidense se ha demostrado sumamente destructivo para la estabilidad en la región Asia -Pacífico y también para otras zonas como el Oriente Medio. Este unilateralismo -cada vez más salvaje-y la renovada agresión económica a China y Rusia han hecho que la coordinación estratégica, incluyendo el aspecto militar, sea cada vez más valioso y urgente para ambas naciones.
En los últimos años, cuando se habla de “riesgo de enfrentamiento” es porque Estados Unidos ha apuntado directamente con sus armas a China y a Rusia. Esto se ha apreciado con claridad por los ejercicios y el despliegue militar estadounidense en la región Indo-Pacífico y en el Este de Europa. El unilateralismo norteamericano no busca solucionar las disputas mediante un diálogo pacífico, su diseño político-económico-militar está pensado para mantener la hegemonía estadounidense y “contener” a Rusia y China utilizando la amenaza bélica como arma .
La política hegemónica de Estados Unidos no sólo ha saboteado sistemáticamente las normas básicas de las relaciones internacionales, tambien lo esta conduciendo a inevitables tensiones con otras grandes potencias.
UN ACUERDO ESTRATEGICO DEFENSIVO
China y Rusia no tienen intención de formar una alianza militar. Ambos países tienen otras prioridades; están comprometidos con el desarrollo pacífico de sus respectivas economías y, consecuentemente piensan que una alianza militar tendría un impacto negativo en esta etapa. A pesar de esto China y Rusia están bien dispuestos en fortalecer la cooperación estratégica integral, incluida la cooperación militar. La presión ejercida por Estados Unidos y sus principales aliados ha proporcionado un importante impulso a esta tendencia.
La “Asociación Estratégica Integral entre China y Rusia para una Nueva Era” es muy sólida. Los dos países son potencias importantes y mientras cooperen y enfrenten conjuntamente los desafíos, estarán generando una disuasión eficaz para frenar la agresiva conducta internacional estadounidense. De muchas maneras la Asociación China-Rusia se está comportando como una muralla protectora. También se ha transformado en un contundente seguro para que la comunidad internacional pueda vivir en paz.
La coordinación integral China-Rusia es estratégicamente defensiva. No apunta a la expansión, al contrario, no persigue imponer ningún tipo de hegemonía, ni establecer relaciones desiguales con terceras naciones.
China y Rusia no quieren un mundo dividido. El sistema de alianzas de Estados Unidos es un legado de la Guerra Fría que debería ser abandonado del escenario mundial. Pero lo que ha estado sucediendo es todo lo contrario: la red de alianzas militares -con EEUU en el centro- está ganando impulso en la región Asia- Pacífico.
En esta coyuntura crítica, China y Rusia se han esforzado por mantener una asociación en lugar de formar una alianza, una fuerte asociación para mantener la paz mundial.
Washington debe tener claro que debe abstenerse de las ostentosas demostraciones de fuerza armada que hace en todas partes. La paz, la equidad y la justicia no deben ser rehén de Estados Unidos. Washington no es juez de nada.
China y Rusia acatan escrupulosamente las reglas internacionales, pero también saben que la fuerza nacional es la columna vertebral de la paz y la justicia. La cooperación entre China y Rusia puede corregir el tremendo impacto negativo ejercido sin contrapeso por la hegemonía estadounidense.
Cuanto más mandón sea Estados Unidos, más decididamente se coordinarán China y Rusia.