ALFREDO JALIFE-RAHME, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MÉXICO
BlackRock, transnacional para el «manejo de inversiones» con un capital que se ha elevado en forma estratosférica a 8,7 billones de dólares, logró colocar en forma espectacular en el gobierno de Biden y Kamala a tres de sus funcionarios más importantes.
El súper-banco BlackRock -que comparte los primeros sitiales con Vanguard, Fidelity y State Street – se benefició enormemente por el manejo de los Bonos del Tesoro que le asignó de forma discrecional el israelí-estadounidense y exsecretario del Tesoro, Steve Mnuchin, quien al parecer fue estimulado por el talmúdico Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
No es gratuito que el súper-banco BlackRock haya sido uno de los principales beneficiados durante la pandemia del COVID-19. De hecho, BlackRock fue denunciado por haber manejado ilícitamente la compra de deuda corporativa de la Reserva Federal en los primeros días del flagelo muncial.
Cabe señalar que el mega-banco de inversiones Goldman Sachs – que es 5 veces menor que BlackRock en «Activos Bajo Manejo» gozó también del maná de Trump, de los Clinton y de Obama.
No por casualidad, Steve Mnuchin (ex Secretario del Tesoro), Gary David Cohn ( asesor económico de Trump) y Steve Bannon (consejero principal de Trump) provienen de Goldman Sachs.
Pues bien, ahora todo indica que el súper-banco BlackRock ha desplazado del poder al mega-banco Goldman Sachs.
Por tanto, no es ocioso recordar que Larry Fink, mandamás de BlackRock, fue el candidato para la Secretaría del Tesoro, en caso de un triunfo de Hillary Clinton. Su supuesto papel era arreglar el marasmo económico que había legado Obama con la severa crisis del 2008 que arrojó una destrucción de capital por nada menos que 60 billones de dólares.
El Fondo buitre BlackRock colocó en el gobierno a sus empleados estrella: Mike Pyle, Brian Deese y Wally Adeyemo.
El funcionario de mayor jerarquía de BlackRock, Mike Pyle – estratega en jefe de las Inversiones Globales – ha sido nombrado «economista en jefe» de la vicepresidenta Kamala Harris.
Brian Deese es el nuevo director del Consejo Económico Nacional, y el nigeriano-estadounidense Wally Adeyemo es el Vicesecretario del Tesoro.
Muchos en Washington se están preguntando ¿Con estos nombramientos BlackRock están pensando que Kamala Harris (de 56 años) puede llegar a sustituir al presidente Joe Biden (de 78 años) a quien se le podrían aplicar la Enmienda 25 por disfunción cognoscitiva?
Cabe señalar que Kamala Harris está casada con Douglas Emhoff, miembro del bufete de abogados trasnacional DLA Piper, la tercera firma legal en EEUU, del que forma parte el expresidente español y fanático monetarista neoliberal José María Aznar.
Tal como están las cosas en Washington una cosa es segura: Kamala Harris, es la primera vicepresidenta que goza de tanto poder.
En este escenario lo que asombra es la capacidad de anticipación política de Larry Fink (el mandamás de BlackRock) quien, en 2016 formó un «gobierno en la sombra” con operadores del Partido Demócrata y algunos «genios» de política económica. Según la revista Sludge, la gracia de Mike Pyle, uno de los “genios” de Fink, es que es “el máximo experto estadounidense en políticas neoliberales».
¿Cómo pueden las mismas políticas neoliberales tener diferentes resultados ayer con Obama y hoy con Biden y Kamala Harris? Al menos, sostienen en Wall Street que se trate de una política económica que se proponga destruir las finanzas de China, Europa y Rusia.
Para Sludge, Mike Pyle es un personaje que hace de bisagra entre Obama y la dupla Clinton/Kamala:“que curiosamente a pesar de ser el principal asesor económico del gobierno no despachará con Biden sino con Kamala Harris, la potencial sucesora de Biden»,
Hace ya un tiempo The American Prospect reportó que Mike Pyle fue miembro del «gobierno en la sombra» de Larry Fink .Su elección demuestra simplemente la «influencia de los Clinton en Kamala Harris » cuya hermana fue una connotada consejera política del gobierno de Bill Clinton».
Una cosa está clara los grandes intereses económicos están instalados en el seno de la cúpula Demócrata. Su élite dominante no ha dejado el poder político desde hace décadas: hoy detrás Biden, se encuentra Obama, que está operando “de facto” su tercer mandato, detrás de Kamala están los Clinton – que ostentan, a lo menos, una fortuna de 8 millones de dólares en bienes raíces.
En este tablero de ajedrez del poder, Kamala es el siguiente relevo, pues todos la vislumbran como la sucesora de Biden: ya sea mediante la enmienda 25, ya sea después que Biden concluya su mandato.
El Fondo Buitre en el poder.
Estos nombramientos han enfurecido a los «progresistas demócratas”. Brian Deese, ahora director del Consejo Económico Nacional » es parte de los “genios” de BlackRock, el súper-banco que juega doble con sus inversiones: aposta al petróleo y también a las energías verde . Deese ayudó a Obama a rescatar la industria automotriz durante la grave crisis de 2008..Claro que este personaje no es un exhibicionista, su estilo es operar en las sombras, según The New Republic, «Deese, es una de las personas más poderosas, pero menos famosas» de la elite norteamericana.
Por su parte el nigeriano-estadounidense Wally Adeyemo asumió como Vicesecretario del Tesoro junto a la poderosa Janet Yellen. Adeyemo fue presidente de la fundación de Obama, Viceconsejero de Seguridad Nacional, y Vicedirector del Consejo Nacional Económico. Salvo en la «Fundación Obama», Wally Adeyemo, ha sido usado por el expresidente como un operador relevante desde un discreto segundo plano.
Otro dato interesante para entender los lazos que conforman la elite neoliberal estadounidense, es que los tres mosqueteros de BlackRock – Pyle, Deese y Adeyem – se graduaron en Leyes en Yale al igual que Joe Biden y Kamala Harris.
El papel de Black Rock va mucho más allá de un Fondo de Inversión. BlackRock participó en la privatización de Pemex, la otrora gigante empresa estatal mexicana y, la revista británica The Economist demostró las prácticas depredadoras de BlackRock, de hecho un Fondo Buitre que controla las principales transnacionales del Imperio.
Con todos estos antecedentes la situación es un poco más clara. BlackRock es más que una empresa, es un conglomerado económico que se propone controlar financiera y políticamente a medio mundo.