PEPE ESCOBAR, PERIODISTA DEL DIARIO “ASIA TIMES”
Se acabo
Por el soldado desconocido
The Doors
Comencemos con algunos hechos asombrosos sobre el terreno afgano.
Los talibanes están en racha. A principios de esta semana, su equipo de relaciones públicas afirmaba que controlaban 218 de los 421 distritos del estado afgano. Se disputan decenas de distritos, pero siguen capturando territorio todos los días. Básicamente, el gobierno de Kabul ha perdido provincias enteras; la administración pro-estadounidense se ha reducido a gobernar con dificultades unas pocas ciudades dispersas, bajo intenso asedio.
Ya el 1 de julio, los talibanes anunciaron que controlaban el 80% del territorio afgano. Una situación a la que vivía el país hace 20 años, unas pocas semanas antes del 11 de septiembre, cuando el comandante Ahmad Shah Masoud -me dijo en el valle de Panjshir- que los talibanes dominaban un 85% de su nación .
La ,ahora, inteligente táctica de los talibanes está funcionando. Primero, llaman a los soldados del Ejército Nacional Afgano (ANA) para que se rindan. A continuación, inician negociaciones son tan fluidas que los acuerdos se cumplen sin problemas. ¿ El resultado?, miles de soldados se han unido a los talibanes sin un solo disparo.
Los talibanes avanzan rápidamente en el oeste de Vardak, capturando fácilmente las bases del ANA. Esa es la precuela de un asalto a Maidan Shar, la capital provincial. Si obtienen el control de Vardak, estarán literalmente a las puertas de Kabul.
También, después de capturar el distrito de Panjwaj, estarán a tiro de piedra de Kandahar, (fundada por Alejandro Magno en el 330 a. C.) la ciudad donde cierto mullah Omar, con ayuda de sus amigos del ISI paquistaní, comenzó la aventura de los talibanes en 1994, que le llevó al poder en Kabul en 1996.
Además, la mayoría de la provincia de Badakhshan (mayoría tayika, no pastún) cayó después de cuatro días de negociaciones. Los talibanes incluso capturaron un puesto de avanzada, en la cima de una colina, muy cerca de Faizabad, la capital de Badakhshan.
Recorrí la frontera tayiko-afgana cuando viajé por la carretera de Pamir a fines de 2019. Los talibanes, siguiendo los caminos de montaña, pronto podrían llegar a la legendaria y desolada frontera con Xinjiang de China, en el corredor de Wakhan.
Los talibanes, también, están a punto de llegar a Hairaton, en la provincia de Balkh. Hairaton se encuentra en la frontera afgano-uzbeka, el lugar desde el cual partió el ejército ruso en 1989.
Los comandantes de ANA juran que la ciudad está protegida por todos lados, con una zona de seguridad de cinco kilómetros. Hairaton, se ha llenado de decenas de miles de refugiados. Tashkent no quiere que crucen la frontera.
Los talibanes también han avanzado hasta los límites de la ciudad de Islam Qilla, que limita con Irán, en la provincia de Herat, y es el punto clave en el concurrido corredor de Mashhad a Herat.
El rompecabezas tayiko
Las fronteras montañosas tayiko-afganas extremadamente porosas y geológicamente deslumbrantes siguen siendo un asunto delicado. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, después de una llamada telefónica con su homólogo ruso Vladimir Putin, ordenó la movilización de 20.000 reservistas y los envió a la frontera. Rahmon también prometió apoyo humanitario y financiero al gobierno de Kabul.
Los talibanes, por su parte, declararon oficialmente que la frontera es segura y no tienen intención de invadir el territorio tayiko. A principios de esta semana, incluso el Kremlin anunció, crípticamente, que Moscú no planea enviar tropas a Afganistán.
Se mantendrá el suspenso hasta finales de julio, ya que los talibanes anunciaron que presentarán una propuesta de paz por escrito a Kabul. Existe una gran posibilidad que Kabul se rinda y transfiera el control total del país.
Los talibanes parecen estar un avanzando de manera irrefrenable, especialmente cuando los propios afganos han visto cómo el «protector» imperial, después de casi dos décadas de ocupación, abandonaba la base aérea de Bagram, en medio de la noche .
Esta situación habría que compararla con la evaluación que hizo el historiador Lester Grau , quien relató la salida soviética, hace más de tres décadas:
“Cuando los soviéticos abandonaron Afganistán en 1989, lo hicieron de manera coordinada, deliberada y profesional, dejaron atrás un gobierno en funcionamiento, un ejército mejorado y un estado económico que aseguraba la viabilidad continua del gobierno. La retirada se realizó con un plan diplomático, económico y militar coordinado que permitía a las fuerzas soviéticas retirarse en buen estado y al gobierno afgano sobrevivir.
La República Democrática de Afganistán (DRA) logró mantenerse a pesar del colapso de la Unión Soviética en 1991. Solo entonces, con la pérdida del apoyo soviético y el fortalecimiento militar de los muyahidines (guerreros santos) apoyados por Pakistán, el Afganistán Democrático se deslizó hacia su derrota en abril de 1992. El retiro soviético se hizo en buen estado, fue bien ejecutado y, puede servir como modelo para otras desconexiones en situaciones similares”.
Pero, cuándo se trata del imperio americano, es pertinente recordar al gran historiador romano, Tácito: “Hemos saqueado el mundo, desnudando la tierra con su voracidad … Hemos estado impulsados por la codicia, si su enemigo es rico; por la ambición, si es pobre…. Destrozamos, masacramos, nos apoderamos de todo con falsos pretextos y, lo presentamos como la construcción de un gran imperio. Y cuando a nuestro paso no queda nada, más que un desierto, a eso lo llamamos paz romana «.
Hoy, a raíz de la hegemonía estadounidense , los desiertos llamados paz incluyen países como Irak, Libia, Siria, así como los desiertos y las montañas de Afganistán.
Parece que el Think Tank Row (ubicado en Washington DC, entre Dupont y Thomas en la Massachusetts Avenue) realmente no ha hecho sus deberes. Nunca entendieron el código de honor de Pashtun, y les está ocurriendo la misma ignominiosa retirada del imperio británico de Kabul .
Esa línea de ratas de la heroína afgana
Aún así, es demasiado pronto para decir que se está gestando la «retirada» de Estados Unidos de Afganistán y que esto es reflejo del desmoronamiento definitivo del Imperio del Caos. Esto es especialmente cierto porque no se trata de un «retroceso o retiro»: es más bien, un reposicionamiento, con elementos añadidos de privatización militar.
Al menos 650 «militares estadounidenses» protegerán la embajada en Kabul. Hay que agregar 500 tropas turcas de la OTAN (para proteger el aeropuerto), más una cantidad no declarado de «contratistas»,conocidos desde siempre como mercenarios, y un número no especificado de fuerzas especiales.
En este escenario el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, ha llegado a un acuerdo importante, la embajada estadounidense será “protegida ” por una oficina especial ubicada en…Qatar.
Este clave con el emirato del golfo parte de un supuesto privilegio para Estados Unidos: el Imperio puede bombardear Afganistán siempre que lo quiera. La diferencia estará en la cadena de mando. En lugar del general Scott Miller, hasta ahora el principal comandante en Afganistán, el bombardero en jefe será el general Frank McKenzie, jefe de CENTCOM.
Por lo tanto, los bombardeos futuros vendrán desde Golfo Pérsico, lo que el Pentágono describe amorosamente como «capacidad sobre el horizonte». En contraste, Pakistán se ha negado oficialmente a ser parte de este acuerdo, y en el caso de ataques con aviones no tripulados, tendrán que sobrevolar el territorio pakistaní en Baluchistán.
Tayikistán y Kirguistán también se negaron a albergar bases estadounidenses.
Los talibanes, por su parte, no se inmutan. Su portavoz Suhail Shaheen insistió que las tropas extranjeras que no hayan salido antes del 11 de septiembre serán consideradas… ocupantes.
Que los talibanes establecerán su dominio no es un ningún misterio, la cuestión es ¿cuándo?. Y esto nos lleva a dos preguntas:
- ¿Podrá Estados Unidos mantener, lo que Seymour Hersh, describió como “las actividades encubiertas de la CIA financiadas por la heroína afgana ?
- Y si la CIA no puede continuar supervisando la producción de los campos de adormidera en Afganistán, ¿como se financiaran sus actividades encubiertas?
Todas las mentes pensantes de Asia Central y del Sur saben que el Imperio del Caos, durante dos largas décadas, nunca estuvo interesado en derrotar a los talibanes o luchar por «la libertad del pueblo afgano».
Los motivos clave fueron otras: mantener una base avanzada en el punto más vulnerable para China y Rusia (las «amenazas existenciales»), “contener” un Irán intratable y estar convenientemente posicionado para explotar la enorme riqueza mineral de Afganistán y, no menos importante, transformar el opio en heroína para financiar las operaciones de la CIA.
No deberíamos olvidar que el opio, también, fue un factor importante en el surgimiento del imperio británico, y la heroína sigue siendo uno de los negocios sucios más importantes para financiar las operaciones de inteligencia turbias.
¿Cuál es el enfoque chino, en un conflicto cercano a sus fronteras?
A diferencia del Think Tank Row de Washington DC, la contraparte chinas parecen haber hecho sus deberes. Entendieron que la URSS no invadió Afganistán en 1979 para imponer una «democracia popular», sino que fue invitada por el gobierno de Kabul, bastante progresista y reconocido por la ONU, que esencialmente quería carreteras, electricidad, atención médica, telecomunicaciones y educación.
Dado que las instituciones occidentales no proporcionarían estos elementos básicos de la modernidad, la solución tendría que provenir de la Unión Soviética. Eso implicaría una revolución social, un asunto complicado en una nación islámica profundamente piadosa, y, lo que es más importante, ponía fin al feudalismo.
El contragolpe imperial del “Gran tablero de ajedrez” de Zbignew Brzezinski funcionó porque manipuló a los señores feudales afganos y su capacidad de control social – reforzado por inmensos fondos (CIA, saudíes, inteligencia paquistaní)- para darle a la URSS su Vietnam.
Ninguno de estos señores feudales estaba interesado en la abolición de la pobreza y el desarrollo económico en Afganistán.
China ahora está retomando el papel que quiso hacer la URSS. De hecho Beijing, esta en estrecho contacto con los talibanes desde principios de 2020. China, esencialmente quiere extender el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), uno de los proyectos insignia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a Afganistán.
El primer paso será la construcción de la autopista Kabul-Peshawar, a través del paso de Khyber y de la frontera actual en Torkham. Esto significará que Afganistán se convertirá en parte de la CPEC.
Se trata de una integración regional. Kabul-Peshawar será un nodo adicional que ya incluye la construcción del aeropuerto de Tashkurgan (en la carretera Karakoram en Xinjiang), a solo 50 kilómetros de la frontera con Pakistán y también cerca de Afganistán, así como del puerto de Gwadar en Baluchistán. .
A principios de junio, una reunión trilateral China-Afganistán-Pakistán llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores de China a apostar inequívocamente por la «recuperación pacífica de Afganistán». Los diplomáticos reunidos hicieron una declaración conjunta dando la bienvenida «al pronto regreso de los talibanes a la vida política de Afganistán» y se comprometieron a «ampliar los lazos económicos y comerciales».
Por lo tanto, no hay forma que los talibanes rechacen el impulso chino de construir proyectos de infraestructura y energía orientados a la integración económica regional; el acuerdo con los mulás es mantener el país pacificado y no sujeto a la turbulencia yihadista (de la variedad ISIS-Khorasan capaz de extenderse a Xinjiang).
La posición china es clara: los estadounidenses no deberían ejercer influencia sobre Kabul, porque Afganistán tiene importancia estratégica para la Franja y la Ruta, además esto es parte de los acuerdos de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que ha abogado desde hace 20 años, por una «solución asiática» para el drama afgano.
En la OCS consideran que la OTAN al proyectar en Afganistán un paraíso yihadista, controlado por Islamabad, no es más que una ilusión del Imperio sin sentido.
Será fascinante ver cómo China, Pakistán, Irán, Rusia e incluso la India llenarán el vacío en la era posterior a las Guerras Eternas en Afganistán. Es muy importante recordar que todos estos actores, son miembros de pleno derecho de la OCS (observador, en el caso de Irán).
Teniendo en cuenta que el imperio y la OTAN, a través de Turquía, no se irán realmente, una posibilidad futura distinta es que la OCS, aliado con los talibanes (Afganistán también es un observador de la OCS), asegure a la nación para que se concentre en el desarrollo de sus territorios. Pero, el primer paso parece ser el más difícil: cómo formar un gobierno de coalición nacional sólido en Kabul.
Las ironías de la historia; Washington quería que Afganistán fuera el Vietnam de la URSS pero, décadas más tarde, fue el propio Estados Unidos es el que está teniendo un segundo Vietnam. ¿qué más? – esta vez en forma de farsa. Se acerca rápidamente un “momento Saigón” y otra etapa del Nuevo Gran Juego en Eurasia