«El daño causado por las sanciones financieras de los EEUU está indisolublemente ligado a la política monetaria del Banco de Rusia, una política económica que ha sido ideal para los intereses estadounidenses».
SERGEI GLAZYEV, ECONOMISTA RUSO, MINISTRO DE INTEGRACIÓN EUROASIÁTICA
La intimidación a Rusia con nuevas ‘sanciones del infierno’ hace tiempo que dejó de preocupar a la opinión pública rusa. Desde 2014, el número de personas físicas y jurídicas sancionadas por los Estados Unidos y sus satélites se ha multiplicado muchas veces y no han tenido un impacto notorio en nuestro país.
Por el contrario, las medidas de represalias promovidas por nuestro Gobierno, que ha restringido las importaciones de alimentos de los países sancionadores, contribuyeron al crecimiento de nuestra producción agrícola nacional y, ya ha reemplazado casi por completo la importación de aves y carnes.
Las empresas de la industria de la defensa y la energía han aprendido a eludir las sanciones negándose a utilizar el dólar, en favor de las monedas nacionales de los países socios. El siguiente paso es el desarrollo de instrumentos de moneda digital que se puedan utilizar sin recurrir al servicio de los bancos que temen ser sancionados. Por otra parte, el pueblo ruso sigue con interés el retorno al país de los capitales exportados por los oligarcas, porque ahora estos millonarios, temen ser confiscados por los países de la OTAN.
Las sanciones estadounidenses han afectado no tanto a Rusia como a terceros países que han sido sometidos a la presión de Washington. En primer lugar, están nuestros vecinos europeos, que han truncado la mayor parte de los proyectos de cooperación en los ámbitos científico, técnico y energético. También afectaron a los bancos comerciales chinos, que, por operar en la zona del dólar, prefirieron dejar de atender a los clientes rusos. Naturalmente, el volumen de negocios de Rusia con la UE y los Estados Unidos ha disminuido, mientras que con China ha crecido. En el período 2014-2020, en términos monetarios, el volumen de negocios de Rusia con China aumentó un 17,8 %, de 88.400 millones de dólares a 104.100 millones de dólares.
El volumen de negocios del comercio exterior de la EAEU [Unión Económica Euroasiática]y de los países APEC [Conferencia Económica de Asia Pacífico] y SCO [Organización de Cooperación de Shanghái] aumentó durante este período del 29. 6% a un 36,4% y de 16,3% a un 24,1%. Por el contrario, la participación de la UE en el volumen de negocios del comercio exterior de la UEEA, disminuyó del 46,2 % en 2015 al 36,7 % en 2020.
El volumen de negocios del comercio con los Estados Unidos durante el período objeto de examen disminuyó un 18,1 %, de 29.100 millones de dólares a 23,9 USD mil millones. Mientras tanto, con la ayuda de las sanciones, Estados Unidos está tratando de expulsar los productos rusos de los mercados de sus países satélites, para reemplazarlo por los suyos. Esto se reveló con absoluta claridad en el mercado europeo del gas natural, donde la participación de los EEUU ha aumentado considerablemente, aunque todavía no le ha sido posible desplazar a Rusia de este importante mercado.
Los consumidores europeos han tenido que cambiar a proveedores de energía estadounidenses más caros, y sus productores simplemente han perdido el mercado ruso. Las pérdidas totales de la UE por las sanciones contra Rusia se estiman en 250 mil millones de dólares.
El principal resultado de las sanciones entre Estados Unidos y Europa fue un cambio en la estructura geográfica de las relaciones económicas exteriores de Rusia a favor de China, cuya expansión compensa completamente la reducción de las relaciones comerciales y económicas con la UE.
Otro resultado importante fue la caída de la participación del dólar en los acuerdos internacionales. Para Rusia, como para otros países – que han sido objeto de las sanciones estadounidenses- el dólar se ha convertido en una moneda tóxica. Durante los 8 años posteriores a la imposición de las sanciones, la participación del dólar en nuestros pagos internacionales disminuyó 13,5 puntos porcentuales (del 60,2 % en 2014 al 46,7 % en 2020).
Las sanciones se han convertido en un poderoso incentivo para el comercio internacional en monedas nacionales y el desarrollo de sistemas de pago nacionales. Así, en el comercio mutuo de los estados de la Unión Económica Euroasiática, la participación del dólar disminuyó en más de 6 puntos porcentuales (del 26,3 % en 2014 al 20,0 % a finales de 2020).
¿Una bomba atómica contra el Banco de Rusia?
Hace diez años, al considerar los peligros para el sistema bancario ruso pregunte – en una reunión del Consejo Nacional Bancario- al entonces presidente del Banco Central: “¿Se está considerando el riesgo que supone desconectar a los bancos rusos del sistema de transmisión bancaria internacional SWIFT, como hicieron los occidentales con Irán? “La respuesta fue: “No consideramos la posibilidad que una bomba atómica golpeé el Banco de Rusia”.
A pesar de esa declaración, el Banco Central tomo algunas medidas; actualmente Rusia tiene su propio sistema para transmitir mensajes electrónicos entre bancos (el SPFS del Banco de Rusia) así como su propio sistema de pago para tarjetas bancarias (Mir), interconectada con el sistema chino Union Pay y que se puede utilizar para pagos y transferencias transfronterizos. Ambos sistemas están abiertos a socios extranjeros y ya se utilizan ampliamente no sólo en los acuerdos nacionales, sino también en los internacionales. Sacar a Rusia del SWIFT ya no es una gran amenaza: en la practica, beneficiará el desarrollo de nuestros sistemas de pago e información financiera.
Sin embargo, sería infantil suponer que: ‘si somos derrotados, nos haremos más fuertes’. Aunque de hecho hemos fortalecido nuestra soberanía nacional en la esfera económica como efecto de las sanciones estadounidenses. Pero, esto no basta porque el daño ha aumentado significativamente como consecuencia de la política pasiva de las autoridades monetarias rusas.
Desde 2014, cuando, con la connivencia del regulador, los especuladores de divisas redujeron el tipo de cambio del rublo, manipulando el mercado, y nuestra moneda ha sido utilizada, por las sanciones, para afectar nuestra estabilidad macroeconómica. Al mismo tiempo, en 2014, en vísperas de unas sanciones estadounidenses ya anunciadas, el Banco de Rusia cambió el rublo a un régimen de flotación libre. Y solo después de eso, los Estados Unidos introdujeron sus sanciones, asegurándose que los especuladores multiplicarían su efecto negativo.
Cuando el rublo cayó casi a la mitad, Obama se complació en decir que ‘la economía rusa está hecha trizas’. Como resultado de esta manipulación, del mercado de divisas ruso, los ingresos y ahorros en rublos se depreciaron y los especuladores recibieron más de 35 mil millones en ganancias. Pero esto no sucedió por las sanciones, sino por la actitud complice del Banco de Rusia, que dejó el tipo de cambio a merced de especuladores internacionales, por recomendación de los organismos financieros de Washington.
Solo, personas muy ingenuas pueden creer en el modo de flotación libre del rublo. La exclusión de la regulación del rublo realizada por Banco de Rusia significa que los especuladores internacionales de divisas están involucrados en la adopción de esta medida.
Con el vaivén del tipo de cambio del rublo, que se ha convertido en una de las monedas más inestables del mundo los especuladores internacionales han recibido ganancias multimillonarias y los rusos, han visto la depreciación de sus ahorros e ingresos junto con vendavales de inflación. Al mismo tiempo, el clima de inversión se está deteriorando irremediablemente: la inestabilidad del rublo crea incertidumbre sobre los principales de los proyectos de inversión que utilizan equipos importados y productos orientados a la exportación.
Por lo tanto, el daño causado por las sanciones financieras de los EEUU está indisolublemente ligado a la política monetaria del Banco de Rusia, una política que es ideal para los intereses estadounidenses. Su esencia se reduce a una estrecha vinculación de la emisión del rublo con los ingresos de exportación y el tipo de cambio del rublo con el dólar. De hecho, se está creando una escasez artificial de dinero en la economía, y la estricta política del Banco Central ha conducido a un aumento en el costo de los préstamos, lo que mata la actividad empresarial y dificulta el desarrollo de la infraestructura en el país.
Las sanciones han provocado una demanda extremadamente alta de financiamiento corporativo en el mercado interno. Con una tasa relativamente baja y un acceso a financiamiento más barato, los grandes bancos mantienen un margen de interés neto por encima del nivel promedio del mercado, 5.4% a 6%; mientras que, para los bancos más grandes de China, EEUU, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Japón, el margen de interés neto oscila entre el 0,8 % y el 2,3 %.
Sin embargo, estas ganancias inesperadas no están dirigidas a financiar proyectos de infraestructura, sino a la adquisición de negocios no esenciales. La mayoría de estos negocios siguen sin ser rentables incluso a nivel de las ganancias. A pesar de esto, todavía se gastan miles de millones de rublos en su desarrollo.
Las cifras de los negocios especulativos son comparables al volumen de inversiones de un gran proyecto de infraestructura en el sector real de la economía, un gran proyecto que debería generar empleo y desarrollo económico. Sin embargo, estas grandes inversiones sólo las desarrollan las empresas de materias primas del estado, mientras las corporaciones financieras prefieren destinar sus ingresos a la creación de quimeras especulativas.
De hecho, fue la connivencia del Banco Central lo que condujo a que Rusia y su industria quedaron desangradas e incapaces de desarrollarse.
Si el Banco Central cumpliera con su deber constitucional de asegurar la estabilidad del rublo – y tiene todas las posibilidades de lograrlo debido al triple superávit de las reservas de divisas- entonces, las sanciones financieras no serían nada para nosotros. Incluso podrían volverse, como en otros sectores de la economía, en beneficio del sector bancario, esto ocurriría, sin lugar a dudas, si el Banco Central reemplazara los préstamos de los occidentales por sus propios instrumentos especiales de refinanciamiento.
De esta manera se aumentaría la capacidad del sistema crediticio y bancario ruso en más de 10 billones de rublos. Además, se compensaría totalmente la salida del financiamiento externo, evitando una caída en la inversión, la actividad económica y sus consecuencias inflacionarias.
Los efectos de las “sanciones del infierno”
Claro que, si queremos evaluar en su totalidad las consecuencias de las sanciones contra Rusia, debemos ser transparentes; es imposible ignorar los efectos de romper los lazos económicos. Tal, como los estamos viendo cuando se ha terminado mutuamente con el régimen de libre comercio con occidente, Estados Unidos y Europa ha decidido imponer restricciones sobre una amplia gama de bienes que finalmente nos llevarán a la ruptura de los lazos que aseguraban la reproducción de algunos productos de alta tecnología.
El bloqueo de los bancos rusos ha conducido a la depreciación de las inversiones de los rusos. La negativa de las autoridades ucranianas a pagar el servicio de la deuda con Rusia provocó pérdidas de varios miles de millones de dólares. En total, se estima que cada una de las partes han perdido unos 100.000 millones de dólares. Este es un daño significativo y en muchos sentidos irreparable, que nosotros mismos hemos agravado con las sanciones de represalia.
Hasta la fecha, el resultado económico de las sanciones contra Rusia es el siguiente. Ucrania ha sufrido una pérdida mayor en términos absolutos (en relación con su PIB). Las pérdidas rusas, desde 2014, ascienden a unos 50 billones de rublos. Pero solo el 10% de ellos pueden explicarse por las sanciones, mientras que el 80% fueron el resultado de la política monetaria.
Estados Unidos se beneficia de las sanciones antirrusas, reemplazando la exportación de hidrocarburos rusos a la UE. Podríamos compensar por completo las consecuencias negativas de las sanciones financieras si el Banco de Rusia cumpliera con su deber constitucional de garantizar un tipo de cambio estable del rublo, y no siguiera las recomendaciones de las organizaciones financieras de Washington.
Las nuevas ‘sanciones del infierno’ y la desconexión de los bancos rusos del sistema SWIFT, aunque interferirá con los pagos internacionales en un principio, beneficiará a medio plazo, al sistema bancario y de pagos ruso.
La amenaza de prohibir las transacciones con bonos rusos también nos beneficiará, ya que su emisión no es más que una fuente de ganancias para los especuladores extranjeros. Y su rentabilidad se ha sobreestimado tres veces en relación con la evaluación del mercado de su riesgo.
El fin de las políticas promovida por las autoridades monetarias, demostrará que pedir dinero prestado a precios exorbitantes es objetivamente innecesario para nuestro presupuesto, terminar con este sistema nos permitirá ahorrar miles de millones de dólares. Si los sancionadores intentan prohibir la compra de bonos en moneda extranjera de las corporaciones rusas, será posible compensar la falta de financiación, para la compra de equipos importados, comprándolos a expensas de parte del exceso de reservas en divisas.
También existe un riesgo potencial de incautación de activos estatales rusos en el extranjero. Pero Rusia puede responder simétricamente imponiendo un embargo sobre el servicio de las obligaciones de la deuda, a los acreedores occidentales y también incautando sus activos. Las pérdidas de ambas partes serán aproximadamente iguales.
Queda, de hecho, una amenaza: quitarles los activos extranjeros a los oligarcas rusos. A pesar de su popularidad entre la gente común, esto estimulará el retorno del capital exportado del país, lo que también tendrá un efecto positivo para la economía rusa.
Al mismo tiempo, debemos protegernos tanto como sea posible de la siguiente escalada de sanciones entre Estados Unidos y Europa. El lugar más vulnerable de nuestra economía es su excesiva deslocalización. Hasta la mitad de los activos de la industria rusa pertenecen a no residentes. Hay más de un billón de dólares de capital exportado del país a otras naciones, la mitad de los cuales están involucrados en la reproducción de la economía rusa.
El congelamiento simultáneo de estos activos puede realmente empeorar dramáticamente la situación de un número de empresas estratégicamente importantes dependientes del mercado externo. Los estadounidenses demostraron cómo se hace esto, interviniendo a la empresa hidroeléctrica RUSAL bajo la amenaza de detener sus actividades de comercio exterior.
Podríamos responder a esto nacionalizando al menos las gigantescas centrales hidroeléctricas transferidas a esta corporación por motivos dudosos. Pero, por alguna razón, no se han protegido este sector estructural de nuestra economía de la incautación realizada por del Tesoro estadounidense.
Las contra-sanciones
De lo anterior, concluimos que es necesario tomar medidas efectivas contra la deslocalización de la economía, así como para adecuar la política del Banco de Rusia a sus deberes constitucionales. Debemos tomar medidas que endurezcan la regulación monetaria con el fin de detener la exportación de capitales y a la vez, expandir los préstamos dirigidos a las empresas que necesitan inversiones financieras. También, es recomendable introducir mayor tributación de la especulación cambiaria y a las transacciones en dólares y euros en el mercado interno.
Necesitamos, además, inversiones en I+D para acelerar el desarrollo de nuestra base tecnológica en las áreas afectadas por las sanciones, en primer lugar, en las industrias de la energía, del transporte, de la defensa y, de las comunicaciones. Es necesario completar la desdolarización de nuestras reservas de divisas, reemplazando al dólar, al euro y a la libra por el oro. En las condiciones actuales, con un crecimiento explosivo en el precio del oro, su exportación masiva al extranjero es similar a la traición y ya es hora de que el regulador detenga estas practicas
Es necesario introducir un rublo digital lo antes posible, que podría utilizarse para operaciones de pago y liquidación transfronterizas sin pasar por el sistema bancario sujeto a la presión de las sanciones.
Deberíamos apresurarnos con la creación de nuestro propio espacio de intercambio y mecanismos de fijación de precios en rublos para los productos básicos producidos en exceso en nuestro país. Es hora de invitar a nuestros socios en Asia a introducir una moneda de pago y liquidación global basada en el índice de monedas nacionales y bienes negociados en bolsa.
Es, también, posible levantar unilateralmente las sanciones a las empresas ucranianas, al mismo tiempo que se alivia la situación de la población rusa empleada por ellas. En un futuro, puede que sea posible plantear de nuevo la iniciativa de un espacio económico único desde Lisboa hasta Vladivostok, animando a este proyecto una parte de la élite empresarial y política europea.
En general, queda mucho por hacer para fortalecer la soberanía nacional en la economía. Las sanciones estadounidenses son la agonía del sistema económico imperial basado en el uso de la fuerza. Para minimizar los peligros asociados a él, es necesario acelerar la formación de un nuevo orden económico mundial que restablezca el derecho internacional, la soberanía nacional, la igualdad de los países, la diversidad de modelos económicos, los principios de beneficio mutuo, voluntariedad en la cooperación económica internacional”