En los próximos días, la batalla decisiva, que acaba de comenzar será en todo el frente de Donbass. El resultado determinará cualquier acuerdo de paz. Ahora, las fuerzas rusas tienen una clara ventaja en fuerza numérica y poder de fuego
MK BHADRAKUMAR, DIPLOMÁTICO DE LA INDIA
En una alocución pública el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró este lunes que las sanciones occidentales han demostrado ser “ineficaces” para cumplir su objetivo.
Estas son sus palabras:
“Ellos (EEUU y la UE) esperaban que estas sanciones produjeran rápidamente un efecto devastador en las finanzas y la economía de Rusia, sembraran el pánico en los mercados, provocaran el colapso del sistema bancario y crearan una gran escasez de productos en las tiendas.
Sin embargo, ya podemos decir con toda confianza que esta política ha fracasado en Rusia. La estrategia de desencadenar una guerra relámpago económica ha resultado ineficaz. Además, las sanciones afectaron a quienes las iniciaron. Me refiero al aumento de la inflación y el desempleo y al empeoramiento de las perspectivas económicas de los Estados Unidos y los países europeos, así como al deterioro del nivel de vida de los europeos y la depreciación de sus ahorros”.
Todo indica que la planificación de contingencia que Rusia había elaborado para sacar adelante un régimen de sanciones severas está dando sus frutos. La recuperación del rublo ha sido decididamente asombrosa. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se jactó de que convertiría el rublo en “escombros”, pero sucedió exactamente lo contrario. Inmediatamente después de las sanciones, la moneda rusa se desplomó a 121,5 rublos por dólar y las cosas parecían bastante terribles. Pero desde entonces ha vuelto a subir hasta donde estaba antes de que comenzara la operación especial de Rusia en Ucrania: alrededor de 80 rublos por dólar a mediados de abril. Irónicamente, ¡el rublo resultó ser la moneda con mejor rendimiento en marzo!
Putin señaló que los precios al consumidor “han crecido considerablemente en Rusia durante las últimas seis semanas, en un 9,2 por ciento”, y las personas “han sentido el impacto en sus ingresos familiares”. Por tanto, anunció la decisión del gobierno de: “ajustar todas las prestaciones sociales, pensiones y salarios del sector público, de acuerdo con la inflación”. Rusia puede permitírselo, ya que, en el primer trimestre de este año, “estamos presenciando un nivel récord de superávit presupuestario”.
En comparación, en los EEUU la inflación tocó su máximo en 40 años (sólo en un marzo llegó al 8,54%) Para los analistas si el conflicto en Ucrania continúa la inflación seguirá subiendo. Peor aún, este escenario puede alterar el plan de energía verde de Biden. En cuanto a Alemania, la economía más grande de la UE, se espera que la inflación de este año alcance los dos dígitos.
Curiosamente, Rusia disfruta de un “robusto superávit comercial” y en el primer trimestre del año, el superávit en cuenta corriente superó los 58.000 millones de dólares, “estableciendo un máximo histórico”. El efectivo extranjero está regresando al sector bancario y los depósitos de los hogares están creciendo”. De hecho, los factores detrás del rugido del rublo son evidentes.
Parece que la UE ha intuido que el aislamiento de Rusia respecto a Occidente le favorece al país euroasiático. El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, ha admitido públicamente: “en lo que respecta a las sanciones financieras, por supuesto, siempre se puede ir más allá, pero nosotros ya hemos llegado al límite de lo que podemos hacer. Hicimos todo lo que pudimos”.
De hecho, hay un cambio de énfasis de las sanciones tanto en Bruselas como en Washington. Si bien Bruselas ahora está más interesada en los aspectos humanitarios de la crisis de Ucrania con el claro objetivo de empañar la imagen de Rusia, Washington se concentra en derrotar militarmente a Rusia o al menos prolongar el conflicto tanto como pueda. La retórica se ha elevado a un crescendo. Pero es bastante evidente que no hay consenso dentro de la UE para imponer un embargo petrolero a Rusia.
El objetivo real de gran parte de la retórica de Washington es desviar la atención de la aplastante derrota en Mariupol, donde con paciencia y diligencia, las fuerzas rusas han atrapado al batallón neonazi y a sus asesores occidentales (incluidos estadounidenses y mandos militares de países de la OTAN). La operación final para tomar el control del enorme complejo Azovstal, donde están atrapados los neonazis y los extranjeros está en pleno desarrollo (Azovstal se extiende unos 11 kilómetros cuadrados).
Los países de la OTAN quedarán expuestos públicamente si los oficiales militares occidentales son atrapados y exhibidos. Rusia ha advertido que no serán tratados como prisioneros de guerra y es posible que deban ser juzgados. Posiblemente, episodios como los «asesinatos de Bucha» y el hundimiento del buque insignia ruso Moskva pueden repetirse para distraer la atención.
En los próximos días, la batalla decisiva, que acaba de comenzar será en todo el frente de Donbass. El resultado determinará cualquier acuerdo de paz. Ahora, las fuerzas rusas tienen una clara ventaja en fuerza numérica y poder de fuego. En los espacios abiertos se pueden desplegar tanques y armamento pesado y es posible maniobrar a gran escala. Este es un aspecto tradicionalmente fuerte para los rusos.
En comparación con la primera fase, la logística está a favor del Ejército ruso. Sus líneas de suministro desde el interior de Rusia están ya aseguradas. Su capacidad para impedir que los refuerzos lleguen a las fuerzas ucranianas también será un factor clave.
Mientras las operaciones en Donbass están en marcha, es posible que las fuerzas rusas den inicio a los preparativos para tomar el control de Odessa, lo cual es necesario para impedir que los buques de guerra de la OTAN accedan a Ucrania. En este sentido, Mykolaiv y Kherson son los nuevos focos post-Mariupol en el eje sur.
La importancia estratégica de Mariupol no debe pasarse por alto, aparte que es el puerto que conecta el Donbass – rico en recursos- con el mercado mundial es, además, uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Para la Flota del Mar Negro de Rusia, proporciona una base perfecta. La seguridad de Crimea nunca estará garantizada sin que Mariupol se reincorpore a Donbass.
Otro dato significativo es que el empresario ucraniano Rinat Akhmetov, propietario de Azovstal, dijo ayer a Reuters que tiene la intención de reconstruir Mariupol. El oligarca con activos multimillonarios debe haberlo dicho muy en serio. Esta declaración confirmaría las sospechas del presidente Volodymyr Zelensky que llegó a acusar a Rusia de un supuesto golpe respaldado para derrocar a su gobierno.
Es claro que Rusia tiene una amplia red de contactos con las élites ucranianas; de hecho, casi todos los empresarios ucranianos han tenido conexiones con Moscú. La mayoría de los observadores extranjeros no saben cuán rápido y sin problemas Moscú energizaría los contactos con Ucrania una vez que el conflicto haya terminado. Entre otros factores, entonces, podríamos advertir una transición política tan segura como el despuntar de un amanecer después de una larga y terrible noche.