Larry Elliott, editor de economía del rotativo británico The Guardian, muy cercano al globalista George Soros, reconoce que “Rusia está ganando la guerra económica y Putin todavía no está dispuesto a retirar a su ejército ”.
ALFREDO JALIFE RAHME, PROFESOR DE LA UNAM
A 100 días de la guerra en Ucrania, su presidente, comediante de profesión, Volodymir Zelensky se jacta de estar a punto de propinarle una derrota a la superpotencia de misiles hipersónicos nucleares, Rusia.
La esposa de Zelensky comentó sin rubor que su hijo de nueve años “daba consejos militares a su padre” (https://bit.ly/3taTSth). Esta tontería es claramente notorio en el campo de batalla: Ucrania ha perdido más de 20 por ciento de su territorio y está a punto de quedarse sin salida al mar Negro después de la caída de Mariupol y la inminente toma de Odessa.
El vicesecretario del Consejo de Seguridad, Dmitry Medvédev, advirtió que el empecinamiento de Zelensky a no negociar con Rusia desembocaría en mayores en pérdida de territorios y eventualmente podría provocar la “pérdida total de la soberanía de Ucrania.
Larry Elliott, editor de economía del rotativo británico The Guardian, muy cercano al globalista George Soros, reconoce que “Rusia está ganando la guerra económica y Putin todavía no está dispuesto a retirar a su ejército ”.
Ahora se entienden las jeremiadas de George Soros en el Foro Económico Mundial de Davos (controlado por el alemán globalista Klaus Schwab). Soros angustiado y asustado frente a la alianza de Rusia y China, las estigmatiza, sin sustento alguno, como enemigos de la civilización en las páginas de la revista del Project Syndicate, al que también lubrica pecuniariamente. La atroz incultura y la infatuación onanista de Soros ignoran que la civilización china es anterior a la de cualquier país de “Occidente” por lo menos en 4 mil años.
Fuera de las alucinaciones de Zelensky en Twitter y de la dupla filosionista Televisa/Univisión que aseveran que un “agónico” Putin recibe una paliza militar, la realidad de la guerra híbrida contrasta con la tóxica guerra de propaganda, que sí ha sido notablemente exitosa, hay que reconocerlo, la dupla anglosajona de EU/Gran Bretaña.
A confesión de partes, relevo de pruebas. Larry Elliot confiesa que desde que Occidente lanzó su guerra económica contra Rusia, la guerra no va de acuerdo con lo planificado. Al contrario, las cosas van muy mal.
Nada nuevo: aquí comenté la resiliencia de la economía rusa y del rublo (hoy la divisa mejor cotizada del planeta) lo cual resume y rezuma uno de los parámetros de mi tesis sobre la guerra híbrida en curso.
El editor económico de The Guardián confiesa que las sanciones han tenido un efecto perverso al incrementar el costo de las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, lo que de forma masiva ha impulsado su balanza comercial y está financiando su esfuerzo bélico. En los cuatro primeros meses de 2022, el superávit de la cuenta corriente de Rusia alcanzó 96 mil millones de dólares: ¡tres veces más que el mismo periodo del año anterior!
Tampoco Rusia tiene dificultad en encontrar mercados alternativos para su energía. Solo las exportaciones de petróleo y gas a China se incrementaron en abril en un 50 por ciento, lo cual tampoco es novedad, sin contar los descuentos de los que goza India. ¡Hasta el errático presidente Biden, en forma inverosímil, busca comprar petróleo ruso con un buen descuento (https://bit.ly/3mxZsSV), con tal de intentar frenar la ominosa estanflación que muy probablemente lo castigará en las urnas electorales en cinco meses!
En este escenario llama la atención que Lula da Silva, poderoso ex presidente de Brasil, máxima potencia de Latinoamérica, haya arremetido contra Biden por otorgar 40 mil millones de dólares a Ucrania para proseguir la guerra, en medio de la carencia de alimentos para bebés en Estados Unidos: Biden nunca ha hecho un discurso para dar un dólar a quienes padecen hambruna en África, lo cual es intolerable, ha dicho Lula.
¡Se le vino el mundo encima a Biden!