Resulta insoportable la hipocresía y arrogancia, de Joe Biden y sus cómplices de la OTAN, cuando exaltan la democracia, el orden basado en reglas. La dura verdad es otra: Estados Unidos y la OTAN son los verdaderos enemigos de la paz mundial.
De la revista Strategic Culture
En España, la alianza militar liderada por Estados Unidos llamada OTAN ha hecho explícitas sus ambiciones globales de guerra fría. Por fin, la organización belicista ha salido del armario en el que se ha estado escondiendo durante muchos años. Y, por lo tanto, desde ahora en adelante, esta organización bélica, debería sea condenada por todas las personas de buen voluntad en todo el mundo.
En la cumbre celebrada en Madrid, la Organización del Tratado del Atlántico Norte hizo público su nuevo Concepto Estratégico que declara a Rusia como una “amenaza directa” y a China como un “desafío” a “nuestros valores e intereses”. ¿Cuáles son exactamente esos valores e intereses? ¡Belicismo y dominación!
La última vez que la OTAN publicó un documento estratégico fue en 2010. Entonces se describía a Rusia como un “socio” y no se mencionaba a China.
La OTAN, con ya 30 miembros, ha invitado formalmente a dos nuevos estados europeos a unirse a sus filas: Finlandia y Suecia. Los dos países nórdicos están poniendo fin a décadas de neutralidad nominal en un movimiento de provocación calculado contra la seguridad de Rusia. Los nuevos miembros duplicarán la frontera terrestre de la OTAN con la Federación Rusa y aumentarán la presencia de la alianza con armas nucleares en la región del Ártico.
Moscú ha advertido contra esta nueva provocación. Se trata, acusa, de “una desestabilización del imprescindible equilibrio estratégico en Europa”. El hecho que el bloque siga adelante con la expansión habla de un temerario desprecio a la necesaria seguridad mutua y al mantenimiento de la paz internacional.
La cumbre de la OTAN también dejó en claro que el eje militar liderado por Estados Unidos está adoptando una posición de guerra contra China. ¿Por qué otra razón invitaría una organización atlántica a cuatro naciones del Pacífico que participan de la beligerante retórica estadounidense contra China? Los líderes de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur estuvieron en Madrid para formar los llamados “Cuatro de Asia-Pacífico” (AP4).
Con este acuerdo , más el Quad y el pacto AUKUS, Washington está convirtiendo al Pacífico en una zona de combate de la OTAN dirigida contra China, de la misma manera que en el océano Atlántico la OTAN dirige sus misiles contra Rusia. En última instancia, son los Estados Unidos y sus intereses imperiales los que están siendo servidos por Europa y la OTAN. Esto es lo que realmente significa el conjuro vago y aparentemente benigno de “nuestros valores e intereses”.
La declaración de Madrid 2022 ha sido coherente con el papel histórico de la OTAN. Esta organización terrorista se formó en Washington en 1949 como un instrumento ofensivo contra la Unión Soviética. Desde siempre la ideología de suma cero del imperialismo estadounidense ha estado inspirada en la idea de hegemonía y dominación. Para los estrategas del Imperio los paises son vasallos o son simplemente enemigos. Un mundo multipolar de asociación pacífica mutua es un anatema. De hecho, el concepto mismo de Naciones Unidas es un anatema. El mundo definido por la OTAN se divide entre «aliados y enemigos” Esta es la fórmula para que el capitalismo militarista anglosajón sobreviva.
La euforia inicial de una supuesta victoria occidental ante el colapso de la Unión Soviética duro muy poco tiempo. El historiador John Rachel ha documentado como EE UU aumentó con rapidez el gasto militar y los “dividendos de la paz” fueron dejados de lado sin vergüenza.¿Por qué este militarismo congénito? Porque los gobernantes estadounidenses y sus vasallos de la OTAN se dieron cuenta de que sin las guerras las políticas de extorsión se abrían terminado. Al más puro estilo de los gánsteres había que mantener el miedo entre las naciones.
Entonces, surgió la Doctrina Wolfowitz para justificar a los Estados Unidos y a sus secuaces europeos que en la práctica declararon la guerra al planeta entero para acaparar los recursos naturales y mantener bajo control a unos “probables competidores”. Una Rusia resurgente y una China en ascenso no podían ser toleradas para la ambiciosa hegemonía estadounidenses.
En los últimos 30 años, desde el fin de la primera guerra fría, hemos vivido en medio de una orgía de belicismo. Las naciones más débiles con recursos energéticos han sido destruidas por el militarismo norteamericano y la OTAN. El derecho internacional y los derechos humanos han sido arrasados por guerras relámpagos dirigidas por Washington y el Pentágono.
Y las personas como Julian Assange que se atrevieron a exponer los crímenes contra la humanidad han sido perseguidas y torturadas. La libertad de expresión ha sido acosado y encarcelado.
Resulta insoportable la hipocresía y arrogancia, de Joe Biden y sus cómplices de la OTAN, cuando exaltan la democracia, el orden basado en reglas y el derecho internacional. La dura verdad es otra: Estados Unidos y la OTAN son los verdaderos enemigos de la paz mundial. Martin Luther King ya hizo esta denuncia hace casi 60 años. Meses más tarde fue asesinado por las agencias de seguridad de la nación “excepcional”. Los Estados Unidos y sus lacayos de la OTAN han estado anhelando una nueva guerra fría durante las últimas tres décadas.
El comienzo del fin de un mundo unipolar
En Múnich 2007, Vladimir Putin, desafió el unilateralismo y más tarde Rusia intervino militarmente para ayudar a Siria que sufría de un criminal asedio terrorista financiado por EE UU y la OTAN . Poner fin al gángsterismo imperialista marcó definitivamente a Rusia como el “enemigo principal” de occidente.
El golpe de Estado de Washington y la OTAN en Ucrania en 2014 ha sido otro hito importante. La estrategia de expansión de la OTAN, ha utilizado a los ucranianos neonazis como punta de lanza hasta las fronteras con Rusia . Pero, hasta aquí llegó esta política agresiva. Moscú trazó una línea roja. Pero, como sus repetidos llamamientos a una resolución diplomática no fueron escuchados por el occidente colectivo, Rusia se vio obligada a poner en marcha una “operación militar especial » para neutralizar la amenaza planteada por la OTAN y el régimen de Kiev.
China también ha demostrado que no está dispuesta a subordinar su independencia a los dictados del imperialismo. Por eso Washington está abandonando su acuerdo con Beijing de reconocimiento de “una sola China” . La provocación a Rusia, con una Ucrania armada por la OTAN, es parte de la misma estrategia que ahora provoca a China con un Taiwán armado por Estados Unidos.
Sin recurrir a una hipérbole ni a una exageración se puede decir que la cumbre de la OTAN fue la equivalente a una conferencia de planificación de la guerra. El eje liderado por Estados Unidos ha creado una nueva guerra fría global.
Esto en sí mismo es condenable. En un mundo acosado por la pandemia, la enfermedad, la degradación ecológica, la pobreza, el hambre y el desempleo, las potencias capitalistas están canalizando miles de millones de dólares y de euros a la maquinaria de la guerra avivando una confrontación basada en el miedo, la fobia y la demonización. Esta política belicista liderada por Estados Unidos ha creado gran parte de las crisis actuales del mundo, incluida esta nueva guerra fría.
Desde que se fundó la OTAN hace 73 años, el mundo ha cambiado drásticamente. De hecho, ahora existe el peligro de una guerra caliente. Sin embargo, también es muy posible que con esta nueva guerra la OTAN cave su propia tumba. Rusia y China, manteniéndose firmes, pueden ser suficientes para empujar al eje pro-estadounidense al funeral que se merece