El medio digital El Anti-diplomático conversa con el General Fabio Mini: «A más tardar en un año – o sucede algo llamativo que lleva al estancamiento de las operaciones – o, la OTAN intervendrá con sus militares sobre el terreno».
ENTREVISTA
General en la entrevista anterior con el Anti-Diplomático, usted declaró que, para salir del callejón sin salida, Italia, cito, debería: «Negociar, dejar el pensamiento único y la propaganda, ayudar a Ucrania a recuperar su razón y a Rusia a salir del “síndrome del cerco” no con chismes sino con acciones concretas. Y cuando se supere la crisis, Italia y Europa tendrán que hacer un compromiso serio para conquistar una autonomía, dignidad e independencia estratégica que garantice la seguridad europea al margen de los intereses de los demás”. 4 meses después, ¿qué agregaría añadir a esta declaración?
General: Sólo una observación: la superación de la crisis retrocede cada día. Cada vez hay menos iniciativas de paz y ahora caminamos hacia el desastre, el final del conflicto no es solo se ha transformado en un escarpado camino de montaña, sino que también está bloqueado por una enorme roca hecha de intereses en conflicto y de cinismo.
También en aquella entrevista con el ‘Anti-Diplomático, a propósito de las armas que Italia comenzó a enviar a Ucrania, con un cheque en blanco conferida al Gobierno por el Parlamento, usted profetizó cómo estos envíos de armamento habían hecho «más sangriento» el conflicto. ¿Fue así y en qué manos pueden terminar las armas italianas?
Me parece que los hechos hablan claro y en todo caso lo mío no fue una visión profética debida a una difícil digestión nocturna sino la anticipación racional de lo que podía suceder. Y sucedió. Nuestras armas están en manos de tropas territoriales mal entrenadas y muchas de ellas han terminado en manos de los rusos.
Los vehículos blindados terminaron en manos de las milicias del Ministerio del Interior de Ucrania, que son considerados como terroristas. La artillería y los sistemas más sofisticados entregados al ejército ucraniano se diluyeron entre las unidades como reemplazo de sus vehículos destruidos. Dado que los vehículos siempre tienen tripulaciones para cada vehículo destruido, se pierden hombres que nadie puede reemplazar.
He visto tripulaciones de tanques noruegos entrenadas en el campo con instrucciones escritas en inglés en hojas de papel pegadas a los cascos: la más sofisticada de las instrucciones es cómo pasar de la primera marcha para retroceder. Todos estos vehículos fueron entregados sin apoyo logístico y sin atención de mantenimiento y reparación.
El mercado negro de armas se ha activado. La enorme cantidad de sistemas portátiles antiaéreos y antitanques que llegan a Ucrania es cada vez más un negocio. Para los que los usan, para los que no los usan y para los que los cogen.
General, en su libro “Ucrania. La guerra y la historia” escrita junto al historiador Franco Cardini parte de una pregunta esencial: ¿Cuánto durará la guerra y cómo podría terminar?
Al ritmo actual de éxitos y pérdidas, el consumo y la reprogramación de ambos lados puede durar un año para Ucrania y tres para Rusia. Esto quiere decir que a más tardar en un año o sucede algo llamativo que lleva al estancamiento de las operaciones, o la OTAN tendrá que intervenir con sus militares sobre el terreno. Podremos comprobar cuán sincero y total es el compromiso occidental de luchar hasta el último ucraniano y luego luchar con nuestros soldados. Lo que significa tener en cuenta la guerra nuclear en toda Europa.
Recientemente, Vladimir Putin confirmó que la posición rusa es detener las acciones de la llamada liberación del Donbass, tal como lo describió en los objetivos rusos del 24 de febrero. ¿La decisión de retirarse de la Isla de las Serpientes, que hace imposible que los rusos desembarquen en Odessa, es una señal de distensión que las potencias Occidentales fingen no ver?
La retirada del islote es ciertamente una señal, no tanto de relajación como de racionalidad. Creo que los rusos han evaluado que no hay necesidad de perder hombres e infraestructura que pueden ser eliminados por misiles occidentales desde cientos de kilómetros. La importancia del islote es proporcional a la capacidad de conservarlo.
Si Rusia ha evaluado que no puede mantenerlo en las condiciones de riesgo creadas, significa que ha perdido su importancia inicial. Y entonces la eventual toma de Odessa ya no se llevará a cabo desde el mar. Por otro lado, al abandonar el islote, Rusia puede jugar, como lo hizo, a desbloquear el tráfico portuario de cereales, que ahora depende exclusivamente de Ucrania.
El objetivo limitado en el Donbass es relativo. Sin duda fue el proyecto inicial. Pero las condiciones iniciales gracias a nuestra «ayuda» han cambiado. No se excluye que si la conquista de Donbass, como parece, llevará al límite a las fuerzas ucranianas el ejercito ruso, ante una resistencia reducida, podría intentar cambiar a opciones sus estratégicas convencionales y nucleares: neutralizar Kiev y apuntar a crecer hacia Odessa y Transnistria.
En un pasaje muy significativo del reciente discurso de Vladimir Putin en el Foro de San Petersburgo, el presidente ruso dijo: “Estados Unidos, después de declarar la victoria en la Guerra Fría, también se ha declarado mensajero de Dios en la tierra, con intereses que han declarados sagrados. Los gobernantes estadounidenses no parecen haberse dado cuenta que se han formado en el planeta nuevos centros cada vez más asertivos”. ¿Es esta una visión correcta? ¿Y cuál es el riesgo de que Europa se ancle en esta visión de las relaciones internacionales de Estados Unidos?
El problema es que todos estos «nuevos centros» son «potencialmente poderosos», pero aún tienen que demostrar que son asertivos. Para los estadounidenses, la “asertividad” se mide en términos militares o económicos y financieros siempre “militarizados». EEUU los utiliza como armas para doblegar la voluntad de cualquier oponente. No veo este tipo de “asertividad” ni de Rusia ni de China ni de las tres cuartas partes del mundo. En cambio, veo la “asertividad estadounidense”. Los centros mencionados por Putin siguen siendo «centros de víctimas» aún más degradados precisamente porque son «potencialmente poderosos». Europa ocupa el primer lugar en la lista de estos centros y parece que la UE ha decidido que ese papel le conviene.
En la reciente cumbre de Madrid, la OTAN abrió formalmente sus puertas a Suecia y Finlandia, con el riesgo real de abrir un nuevo frente con Rusia. De hecho, Moscú ya ha anunciado represalias en caso que la OTAN instale bases en los dos países escandinavos. ¿Cuáles son los riesgos concretos que corre Italia con su participación en la OTAN en un futuro próximo?, ¿Corremos el riesgo de ser el paraguas de la OTAN en lugar de estar bajo el paraguas de la OTAN, como ha dicho el profesor Andrea Zhok ?
Si yo estuviera en los zapatos de la OTAN, no estaría tan seguro de que la admisión de Suecia y Finlandia sea una fortaleza adicional para la alianza. Estos dos países, como todos los demás países bálticos y escandinavos, han emprendido un camino ya iniciado hace varios años por Gran Bretaña que pretende hacerse con el control de la «OTAN del norte» para dominar las puertas del Ártico. Los objetivos de la OTAN en el Indo-Pacífico también atraen a los británicos.
Estos dos países, después de años de neutralidad, ahora parecen dispuestos a ponerse bajo el paraguas de la OTAN, pero ciertamente no a convertirse en el objetivo de Rusia Como han declarado las autoridades rusas, ellos no tienen problemas en permitir que ingresen a la OTAN, siempre y cuando no alberguen activos militares en sus territorios que puedan amenazarla.
Será esta condición la que determinará hasta qué punto Suecia y Finlandia están dispuestas a sacrificar todo lo que tienen sólo por conseguir que la línea roja de la «seguridad existencial» rusa llegue a sus fronteras orientales. También en este caso surge una pregunta fundamental que ha rondado a los países de Europa occidental en los últimos setenta años: ¿Estados Unidos tirará de la cuerda hasta el enfrentamiento nuclear estratégico?
Nunca lo hicieron en todos los conflictos que involucraron la relación directa con Rusia, porque formalmente no eran países miembros de la OTAN. Lo que afirma del Prof. Zhock es muy importante. De hecho, los países europeos de la OTAN son en verdad el paraguas de los Estados Unidos. La guerra en Europa evita una amenaza estratégica al continente americano.
Según la narrativa dominante, la operación en Ucrania condujo al aislamiento de Rusia. Pero si uno mira a la comunidad internacional en su conjunto, ¿no es Occidente el que ha entrado en un callejón sin salida? ¿No está el resto del mundo siguiendo, como nunca antes, la perspectiva de «desacoplamiento» económico y político propuesta hace muchas décadas por Samir Amin?
Es cierto que hay un fuerte movimiento de desvinculación económica de la hegemonía estadounidense en el mundo. Y la posición estadounidense en el conflicto ucraniano, con la ayuda militar y sanciones contra Rusia, es tanto la premisa como la consecuencia del conflicto. Y es cierto que, a nivel financiero, muchas herramientas de intercambio ya se han desprendido del dólar o de los productos financieros occidentales.
Los chinos fueron los primeros en identificar el peligro de la dependencia financiera (como proveedores y acreedores) de Occidente. Sin embargo, el desacoplamiento fundamental es el económico que concierne a los recursos de los que depende el trabajo, el estilo de vida y los aspectos tecnológicos. Estados Unidos está empujando a Rusia hacia la India y China. Por su parte los chinos llevan años buscando recursos en Asia, en África y América Latina.
Independientemente del resultado del conflicto en Ucrania, este movimiento será cada vez más fuerte y esto es lo que atemoriza a los Estados Unidos y los obliga a usar el único martillo que tienen: la fuerza militar. La OTAN en Madrid dejo en claro que Europa está con Estados Unidos en este tipo de guerras y que coordinará con Washington la búsqueda de recursos básicos.
Queda por ver cuántos de los países poseedores de recursos están dispuestos a venderse a las antiguas potencias coloniales (que siguen siendo países europeos para ellos) y cuánto Estados Unidos y la OTAN podrán resistir las guerras necesarias para obtener estos recursos.
En esa línea de pensamiento hay que recordar que el parlamento de Tobruk en Libia fue asaltado e incendiado el viernes. En Libia estamos cerca de abrir un nuevo frente de lo que el Papa Francisco había definido correctamente la Tercera Guerra Mundial en pedazos hace ya unos años. Ante una posible nueva implosión del Mediterráneo y ante el conflicto en Ucrania que no parece llegar a una solución, ¿cuál es el peor escenario posible a tener en cuenta para los intereses estratégicos italianos?
El peor escenario para nuestros intereses es la desestabilización del Mediterráneo, que será tanto más acelerada y grave cuanto más se aleje la atención europea y de la OTAN del “mare nostrum”. Es el peor escenario y es también el más probable. Tenemos un precedente importante: en 2011 bastó el anuncio de Obama con el Asia Pivote (el cambio del eje estratégico hacia el Lejano Oriente) para resucitar las manías coloniales de países europeos. En ese momento, solo en apariencia los Estados Unidos delegaban la seguridad del Mediterráneo a los ejércitos de Europa occidental.