«Rusia apoya plenamente a China y seguirá apoyándola; pero ya es hora que China dé también pasos sustanciales, no sólo declaraciones, camine hacia una alianza real…«
ALASTAIR CROOKE, DIPLOMÁTICO SENIOR BRITÁNICO
En Asia Occidental y África hay un movimiento estratégico para sacar el comercio, sus corredores de transporte y los sistemas de pago de las fauces de Occidente
Desde el exterior, se ve a un Asia Occidental que retuerce su postura para mirar hacia el este. Sin embargo, no se trata simplemente de un desplazamiento geográfico hacia una orientación diferente de la brújula. Se trata, en parte, de una «reacción de empuje» ante la avalancha de sanciones, litigios, regulaciones y confiscaciones de activos de personas (no relacionadas, o muy poco relacionadas), con los Estados sancionados, que salen de la «fábrica» de sanciones de la UE y EEUU.
Pero el verdadero catalizador de este incipiente «pivote» es el impulso decisivo de una visión global: Rusia ha pareado el tablero del “Gran Juego”. Los Estados del «corazón del mundo» están intrigados y atraídos. También hay un tufillo a Bandung II en este asunto. La Conferencia de Bandung de 1955 también se lanzó sobre los principios de autodeterminación, respeto mutuo de la soberanía, no agresión, no injerencia en los asuntos internos, y de igualdad en la participación.
Por supuesto, la energía detrás de Bandung se disipó bajo el impacto de un nuevo colonialismo financiarizado, pero de alguna manera hay en el aire hoy un renacimiento tentativo de esos primeros sentimientos anticoloniales, dirigidos en contra de un «Orden Basado en Reglas» impuesto por Occidente.
En rápida sucesión hemos tenido un «pleno» de cumbres potencialmente redefinidoras de la estrategia: La del Caspio, la de Teherán y la de Rusia-Turquía. Todas estas reuniones tienen una gran importancia estratégica, y ya vemos algunos primeros «brotes» de crecimiento en el plan: el presidente Erdogan llamó al presidente Assad.
Este paso, de por sí, mitigará las tensiones regionales. Sin embargo, el restablecimiento por parte del presidente Putin del Acuerdo de Adana (1998), en el que Damasco garantizaba la contención de los movimientos kurdos con base en Siria, podría abrir un camino hacia un acuerdo definitivo sobre Siria con respecto a los yihadistas en el este, por un lado (con la cooperación de Erdogan), y el fin de la ocupación estadounidense del noreste de Siria, por el otro (con la facilitación rusa).
Esto último no es más que un ejemplo de la nueva dinámica política que empieza a cobrar vida. No obstante, estas aperturas se ven reforzadas por un sólido interés económico -centrado en la aparición de nuevos canales comerciales y económicos, para mitigar el aluvión de sanciones de Occidente-, al tiempo que se generan nuevas iniciativas comerciales para sacar a la región de su crisis.
Los pilares de esta visión son una enorme red de vías fluviales, este proyecto se ha consolidado en la conferencia del Caspio, junto con la red de oleoductos y gasoductos que la acompaña. En Occidente se han descuidado los corredores fluviales baratos desde hace tiempo. Pero, ahora asistiremos al despliegue de una extraordinaria red fluvial, que se extiende hasta el Mar Negro (enlazando así potencialmente con el Danubio) y (más directamente) hasta el Mediterráneo. En el norte, hasta la ruta marítima del Ártico; en el sur (a través del Caspio y el Corredor Norte-Sur) hasta Dubai y la India; y en el este (a través de la BRI) hasta China. Corredores más rápidos y menos costosos que las alternativas marítimas.
Todo ello se verá reforzado por los nuevos sistemas de pago que se utiliza en África (Sistema Panafricano de Pagos y Liquidación) y que encajará con los sistemas alternativos al Swift occidental:el Mir ruso y el Union Pay chino. Y también, con la extensión de zonas económicas especiales libres de impuestos que se están desarrollando en el Oriente Medio y el Norte de África, y por el renacimiento del ferrocarril que atraviesa el continente africano, tanto lateral como verticalmente.
En conjunto, esto representa un movimiento estratégico para sacar el comercio, sus corredores de transporte y todos los sistemas de pago de las fauces de las potencias marítimas occidentales.. El diario del establishment The Financial Times ya ha lanzado bengalas de advertencia sobre un “realineamiento de Turquía con Rusia”. Integrantes de la UE han insinuado que, en este último caso, Turquía podría ser sancionada por Bruselas.
El acontecimiento definitorio
Paradójicamente, el acontecimiento definitorio -que puede unir todas estas iniciativas rusas- tuvo lugar a miles de kilómetros de la Región: la visita de Pelosi a Taiwán que tanto enfureció a Pekín.
No se trata de una inmediata reacción militar china, ni de la cancelación por parte de China de una serie de canales de comunicación con EEUU, sino que el ritmo y la intensidad de la tensión entre EEUU y China va a aumentar, cambiando esa relación para siempre.
Parece que China se ha convencido que Biden les mintió. En tres ocasiones funcionarios del Departamento de Estado declaran que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán en caso de que los chinos tomaran la isla por la fuerza. Cada vez estas declaraciones fueron desmentidas por el personal de Biden: «Oh, ya saben, Biden realmente defiende la política de una sola China».
Eso no era cierto. Y bueno, los chinos abrieron los ojos. En primer lugar, ahora están seguros que EEUU tiene la intención de hacer todo lo posible para garantizar que nunca se produzca una reunificación pacífica. Esta percepción ha tocado el nervio, aún en carne viva, del llamado el «Siglo de Humillación de China”; el siglo que la potencias occidentales se apoderaron y ocuparon partes del territorio Chino(entre 1839 y 1949).
En segundo lugar, comprenden que de esta última idea se desprende que la reunificación debe ser forzada -de una manera u otra- en contra de los intereses de EEUU. Y en tercer lugar, que la ventana de oportunidad (o al menos, la oportunidad de hacerlo sin una gran guerra), se les cerrará gradualmente.
Estos dos puntos implican que las relaciones entre EEUU y China nunca volverán a ser las mismas. ¿Cómo repercute esto en Oriente Medio? Impacta de esta manera según un comentarista militar:
» China ha jugado el papel del «buen chico» para los EEUU, cuando se trata de las sanciones contra Rusia. Jake Sullivan (Consejero de Seguridad Nacional de EEUU) amenazó a los chinos en Ankara que no pasaran por alto las sanciones si valoraban sus mercados de EEUU y la UE. China compra la energía de Rusia, pero también lo hace EEUU, que la eximió de las sanciones, junto con otros recursos estratégicos”.
Fue necesaria la evidente humillación de la visita de Pelosi a Taiwán, para que China empezara a reconocer que tal vez debería haber algo más que la compra de energía y tecnología militar a Rusia, además del apoyo verbal en una asociación estratégica.
Rusia apoya plenamente a China y seguirá apoyándola; pero ya es hora que China dé también pasos sustanciales, no sólo declaraciones, camine hacia una alianza real y un ajuste de sus aspiraciones económicas a las realidades de la integración euroasiática, cuya seguridad estratégica descansa en Rusia.
Esto es clave: a la luz del engaño de EEUU sobre Taiwán, ¿dejará ahora China de lado la precaución y reconocerá que necesita la profundidad militar y estratégica tanto de Rusia como de Irán? Y ahora, en sus relaciones con Rusia e Irán, ¿apoyará sin reservas los diversos proyectos de integración euroasiática?
De ser así, dará un impulso a la región, justo cuando más lo necesita.