FINIAN CUNNINGHAM, PERIODISTA DE INVESTIGACIÓN IRLANDÉS
Los hechos apuntan que Estados Unidos ha estado planeando sistemáticamente una guerra contra Rusia y no está simplemente reaccionando a suministrando a Ucrania armas defensivas...
Una base aérea en lo profundo del territorio ruso ha sido atacada dos veces con drones en menos de un mes. La base aérea cerca de la ciudad de Sarátov alberga aviones bombarderos estratégicos rusos con capacidad nuclear.
El último ataque fue el 26 de diciembre en el que tres militares rusos murieron por la caída de escombros de los aviones no tripulados después que los drones fueran derribados. Sarátov se encuentra a 730 kilómetros al sureste de Moscú y, a cientos de kilómetros de la frontera con Ucrania.
El 5 de diciembre, esta base aérea ya había sido bombardeada por drones. El mismo día también fue atacada una base aérea en Rayazan, a menos de 200 kilómetros de Moscú. Al día siguiente, 6 de diciembre, se atacó una instalación militar en Kursk.
Las fuerzas ucranianas no se han atribuido abiertamente los ataques, pero los medios estadounidenses así lo insinúan. Tanto la Casa Blanca como el Departamento de Estado han negado cualquier participación, alegando que Estados Unidos ha instado a Ucrania a no atacar territorio ruso. “No estamos alentando a Ucrania a atacar más allá de sus fronteras”, dijo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado.
Sin embargo, existe una cuestión sin respuesta fácil ¿cómo los drones se han abierto un camino en el interior del territorio ruso para lanzar ataques contra objetivos estratégicos?
Parece inverosímil que vehículos aéreos no tripulados ofensivos puedan viajar sin ser detectados durante cientos de kilómetros sobre el espacio aéreo ruso y luego lanzar ataques en distritos militares altamente sensibles. Lo más probable es que las armas se hayan activado cerca de sus objetivos previstos.
Un informe reciente del reportero de investigación Jack Murphy puede arrojar algo de luz en este espinoso asunto. Aunque no se refiere a los ataques con aviones no tripulados contra las bases aéreas rusas cita a ex agentes de inteligencia estadounidenses que afirman que la Agencia Central de Inteligencia está dirigiendo equipos clandestinos de sabotaje dentro de Rusia.
Según este informe, la CIA está trabajando con un aliado europeo de la OTAN para activar células durmientes que se han infiltrado en Rusia y que tienen madrigueras de armas modernas. No hay estadounidenses sobre el terreno y el supuesto enlace con los agentes del aliado de la OTAN da una capa adicional que explica la negación de Washington. La investigación concluye que una negación “creíble” es un factor importante porque de esta manera el presidente Biden, puede aprobar operaciones de manera silenciosa operaciones encubiertas en suelo ruso.
EXTRAÑOS INCENDIOS EN EL TERRITORIO RUSO
Los numerosas noticias de explosiones misteriosas en Rusia, desde que lanzó su operación militar especial en Ucrania en febrero, dan credibilidad a este análisis. Varias instalaciones militares han sido destruidas por incendios que se deben a accidentes inexplicables.
Un instituto de investigación aeroespacial ruso en la ciudad de Tver fue incendiado el 21 de abril en el que, según los medios, murieron algunas personas. Varios otros depósitos de municiones también han sido atacados con incendios accidentales, aparentemente extraños.
La semana pasada, el 23 de diciembre, un centro militar en el lado este de Moscú resultó gravemente dañado por un gran incendio que ardió durante más de cuatro horas. El día anterior, el único portaaviones de Rusia, el Almirante Kuznetsov, se vio envuelto en llamas mientras se sometía a reparaciones atracado en Múrmansk.
Lo que estamos conjeturando es que es totalmente plausible que una serie de incidentes mortales en instalaciones militares en toda Rusia durante el año pasado no sea una coincidencia accidental, sino que sean producto de operaciones de sabotaje destinadas a sembrar confusión y problemas logísticos para la campaña de Rusia en Ucrania. .
Este patrón se relaciona con un informe de inteligencia anterior que afirma que la CIA ha estado ocupada infiltrándose en territorio ruso junto con un aliado europeo de la OTAN para este mismo propósito.
En particular, los ataques llevados a cabo contra bases aéreas de alta seguridad en las profundidades de Rusia sugieren que las armas utilizadas para tales incursiones ya estaban emplazadas en Rusia por las supuestas células durmientes de la CIA. Parece poco probable que los drones pudieran haber atravesado distancias tan largas desde el territorio ucraniano a lo profundo de Rusia sin ser detectados.
El uso de equipos de sabotaje detrás de las líneas enemigas no es nada nuevo para la CIA con respecto a Rusia. Después de la Segunda Guerra Mundial, la recién formada Agencia Central de Inteligencia reclutó a agentes inteligencia nazis para llevar a cabo ataques terroristas en los territorios soviéticos. El principal maestro de espías de Hitler, el teniente general Reinhard Gehlen, y su organización se convirtieron en valiosos activos de la CIA después de la guerra.
También es significativo que, según estos informes, la CIA renovó su papel activo de infiltración en Rusia después del golpe de Estado de 2014 que ayudó a implementar en Ucrania.
El trabajo de investigación de Jack Murphy explica los detalles : “ Según un importante ex oficial militar estadounidense la primera de estas células durmientes, bajo el control combinado de la CIA, y un servicio de espionaje aliado, se infiltró en Rusia en 2016, después de ese año, más equipos ingresaron a Rusia y algunos pasaron de contrabando nuevas armas y municiones”
Todo esto significa que los planificadores de guerra de Estados Unidos estaban anticipando completamente la guerra de poder actual en Ucrania contra Rusia.
Esto corrobora las admisiones de los jefes de la OTAN y la ex canciller alemana Ángela Merkel de que el régimen de Kiev se preparó para la guerra contra Rusia al menos ocho años antes del estallido de las hostilidades en febrero de 2022.
Si la CIA está detrás de los ataques contra Rusia en lo profundo de su territorio y el presidente Biden los ha aprobado, esta provocación tiene irremediablemente graves implicaciones sobre cómo se puede resolver este conflicto. Los hechos apuntan que Estados Unidos ha estado planeando sistemáticamente una guerra contra Rusia y no está simplemente reaccionando a suministrando a Ucrania armas defensivas.
En otras palabras, Washington ha logrado hacer de Ucrania “una tapadera con gatillo fácil” que le puede servir como pretexto para hacer estallar la agresión estadounidense contra Rusia.