SAMMY ISMAIL, PERIODISTA DE LA AGENCIA DE NOTICIAS AL MAYADEEN
«El crecimiento de los movimientos sociales ha proporcionado una mercancía lucrativa a intelectuales ex -radicales que empezaron a vender sus capacidades a fundaciones públicas y privadas estrechamente vinculadas con las multinacionales y los gobiernos europeos y estadounidenses”...
El reciente libro de James Petras “ ONG: al servicio del imperialismo”, revela documentadamente la actividad imperialismo en las comunidades del sur global. Fundado por la explicita premisa que el capitalismo, y por extensión el imperialismo, está en constante evolución «en su esfuerzo por perpetuarse» James Petras toma a los neo-compradores como elemento de análisis para su estudio del imperialismo.
Este estudio como es parte una frustración con el discurso de cierta «izquierda» contemporánea que ha distorsionado el socialismo científico, bajo el pretexto de modernizar una “teoría obsoleta” y transformarla en una política institucionalizada por las ONG y patrocinado por fondos occidentales, mientras emplea lenguajes pseudo-revolucionarios.
Premisas de la concepción del imperialismo de Petras
Primera premisa: el imperialismo es un subproducto necesario del desarrollo del capitalismo. El capital se ha transformar de ser una institucionalización de la libre competencia a desarrollarse de manera monopólica mediante el empleo de bancos y luego con la deslocalización industrial con el objeto de maximizar las ganancias mediante la capitalización de mano de obra barata y los saqueados de los países.
Segunda Premisa: El imperialismo como época avanzada del sistema está precedida por el colonialismo. Los ejércitos de Gran Bretaña y Francia estuvieron a la cabeza en las conquistas de otras naciones: saqueando los recursos y explotando a los pueblos de estas naciones para sus propios fines a través de la ocupación directa.
Tercera Premisa: El imperialismo, como el capitalismo del que es producto, está condicionado por una contradicción en la manera de la explotación. La contradicción latente es trasladada para su resolución por una fuerza antitética de apariencia revolucionaria que apuntaría a negar al imperialismo y al capitalismo respectivamente y así cambiar el statu quo.
Cuarta Premisa: Lo que aporta de novedoso James Petras (y un puñado de académicos socialistas antiimperialistas) es registrar que las fuerzas reaccionarias (los actores y sus tácticas) están evolucionando dinámicamente para asegurar resultados óptimos: lo hacen asumiendo diferentes actores que apelan a diferentes demografías y emplean diferentes tácticas, la zanahoria y el garrote, para incentivar o aterrorizar a diferentes grupos demográficos.
El modo de producción capitalista se incrementa al modo imperialista dado que este último es un subproducto del primero. La explotación de los trabajadores por parte del capitalista desarrolla una dimensión internacional más allá de su dimensión nacional. La deslocalización de la explotación se llevó a cabo primero mediante la ocupación directa y/o los asentamientos occidentales (es decir, el colonialismo), para luego hacerlo mediante el control mediado (es decir, del compradorialismo) y de la cooptación de los movimientos sociales (neocompradorialismo).
Los “compradores” en el suroeste de Asia
Las colonias de colonos europeos se desmoronaron lentamente en todo el mundo producto de la lucha de los movimientos de liberación, pero también por ser combatientes contra el imperio estadounidense que emergía lentamente.
Sin embargo, el moderno imperialismo sucedió al colonialismo como régimen internacional de explotación sistemática. Las tácticas colonialistas de hegemonía fueron reemplazadas por tácticas imperialistas de hegemonía. En esta nueva etapa la táctica del imperialismo ha sido consolidar regímenes autóctonos subordinados al antiguo colonizador estableciendo a la burguesía local como una clase dominante que disfruta de una estrecha afinidad con los antiguos colonizadores. Esta fórmula de gobierno permitió a los colonizadores preservar sus intereses en sus antiguas colonias detrás de la fachada de autodeterminación.
El Levante
En el Líbano, la liberación de la colonización francesa dejó a su paso un manojo de familias de clase alta de las élites urbanas a cargo del poder. Algunas de las oligarquías estaban estrechamente vinculadas a los franceses debido a la afinidad religiosa, los lazos familiares y, lo que es más importante, a los intereses comunes. Igualmente en Irak y Jordania, las dinastías hachemitas sucedieron al colonialismo británico.
El Golfo
La sucesión de autoridad en el Golfo fue diferente. Arabia y Persia no fueron colonizadas, pero también fueron víctimas de compradores nativos con vínculos con Gran Bretaña. En Irán, la dinastía Pahlavi fue escogida para gobernar el país asiático central rico en petróleo. En el lado opuesto del golfo, el clan Saud se consolidó como el gobernante de la mayor parte de Arabia atacando y masacrando a las diferentes tribus de la península, constituyendo estrechos lazos con los británicos para extraer y exportar petróleo.
Palestina
Palestina es la única excepción a esta tendencia. El sionismo sucedió al colonialismo británico como la autoridad que gobernaba Palestina. A pesar de ser una entidad colonialista de colonos, “Israel” no cae bajo el paraguas del régimen i del colonialismo europeo, sino que cae bajo el paraguas del régimen internacional del Imperialismo de la “Pax Americana”; por lo que comúnmente se entiende que “Israel” actúa como “una base militar estadounidense avanzada” en la región.
Definición de “neo-compradores·
La descolonización neutralizó los imperios colonialistas de Francia y Gran Bretaña dejando a su paso una plétora de estados-nación relativamente autónomos. El imperialismo sucedió al colonialismo. Estados Unidos heredó el dominio de gran parte del mundo superando a las potencias europeas predecesoras.
La anterior clase compradora es la clase burguesa que fue cooptada por los antiguos colonizadores para actuar en su lugar. Descendientes de familias feudales, estos compradores eran naturalmente ricos e influyentes. Su autoridad se consolidó aún más mediante sus compromisos con sus supervisores del extranjero.
En cambio , la nueva clase neo-compradora, no está necesariamente condicionada por un carácter burgués (es decir, un neo-comprador no tiene que poseer medios de producción). Los neo-compradores son los estratos intelectuales de las clases medias y bajas. Ascienden en la jerarquía de las clases sociales a través de la afluencia de capital extranjero canalizado hacia ellos por sus manejadores del extranjero.
Líderes de las ONG
James Petras identifica a los neo-compradores como los líderes de las ONG patrocinadas por fondos occidentales como National Endowment for Democracy (NED) y otras variantes como Open Society Foundation, National Democratic Institute, European Endowment for Democracy, US Agency para el Desarrollo Internacional, el Instituto Republicano Internacional, el Instituto de Política de Oriente Medio y las versiones europeas como el Fondo Europeo para la Democracia, que sirven principalmente como fachada para la financiación gubernamental encubierta de organizaciones no gubernamentales.
El fondo NED fue establecido específicamente por el presidente estadounidense Lyndon Johnson en la década de 1960 durante la batalla ideológica de la guerra fría como una alternativa a la financiación encubierta de la CIA.
Después que se reveló que los periódicos privados y los partidos en Europa del Este estaban recibiendo fondos de la CIA, el presidente Johnson, para evitar una escalada con los países socialistas en los foros internacionales, optó por reformular esta relación patrocinador-receptor en el extranjero con un mecanismo privado en lugar de un mecanismo público-privado, creando una nueva institución: la NED.
Otro actor importante es el fundador de la Open Society Foundation, filántropo estadounidense Georges Soros, que ha desempeñado un papel clave en la ingeniería de las revoluciones de color en Europa del Este que provocaron la desaparición del socialismo en esos países .
Las ONG en cuestión cuyos líderes constituyen la clase neo-comprador son específicamente aquellas organizaciones dedicadas a dar forma e introducir narrativas en el discurso político, es decir, ONG tipo partido o think tanks, ciertamente no es el caso de una ONG como Médicos Sin Fronteras a la cual Petras respeta sin discusión
Clase improductiva
“Los líderes de las ONG son un sector neo-comprador que no produce ningún producto útil pero que funciona para producir servicios para los países occidentales donantes, principalmente comerciando con la pobreza a cambio de beneficios individuales” (J. Petras, 2007, pág. 430).
El trabajo de las ONG es ‘trabajo improductivo’; está orientado al servicio y no produce ninguna mercancía. Sin embargo, incluso el tipo de servicios que brindan es peculiar. No sería adecuado agruparlos en la misma clase que los maestros, enfermeras o trabajadores sociales que brindan un servicio necesario para el desarrollo y progreso de la sociedad.
Si bien muchos líderes de ONG pueden presentarse como activistas de derechos humanos, esto no es un trabajo productivo ni necesario ni es un trabajo político. Es, como lo describe Petras, capitalizar la pobreza para obtener apoyo popular a movimientos que tienen como objetivo promover la seguridad y los intereses económicos del imperialismo a cambio de salarios estables que les permitan ascender en la escala jerarquía social, a pesar de no ser parte de la burguesía nacional.
Intelectuales que emplean el discurso de izquierda
Otra definición característica de los neo-compradores es el bagaje intelectual y el tipo de discurso que emplean para movilizar a la gente.
“Las ONG cooptan el lenguaje de la izquierda: ‘poder popular’, ‘empoderamiento’, ‘igualdad de género’, ‘desarrollo sostenible’, ‘liderazgo de abajo hacia arriba’, etc. El problema es que ese lenguaje está ligado a un marco de colaboración con donantes y agencias gubernamentales que subordinan su actividad” (J. Petras, 2007, p:434).
Al establecer las redes de neo-compradores, el imperialismo aprovecha sus propias acciones (es decir, las condiciones sociales de explotación del neoliberalismo) para dar impulso a sus soldados de a pie.
“El crecimiento de los movimientos y las luchas sociopolíticas radicales proporcionó una mercancía lucrativa a intelectuales ex -radicales que empezaron a vender sus capacidades a fundaciones públicas y privadas estrechamente vinculadas con las multinacionales y los gobiernos europeos y estadounidenses”. (J. Petras, 2007, p: 432).
La necesidad del imperialismo de este casta de neo-compradores convirtió el activismo político en un mercado laboral. Por el cual, los intelectuales desempleados y ciertos “izquierdistas” compiten para vender su experiencia y discurso “revolucionario” a los intereses imperialistas.
Los neo-compradores de las ONG aparecen en momentos de crisis para asumir posiciones antagónicas al gobierno de turno. Administran los movimientos sociales que surgen en oposición a la administración y van configurando un discurso a favor de los intereses económicos y de seguridad de sus manejadores.
Mientras los neo-compradores menos carismáticos sirven como informantes nativos (seleccionando los objetivos de las sanciones de sus controladores) los neo-compradores más carismáticos tienen la tarea de dar forma al contra-discurso. A menudo se presentan como activistas de derechos humanos que defienden causas populares como el feminismo, la liberación queer y/o el antirracismo.
En resumen, los neo-compradores constituyen una nueva clase socioeconómica que surge como subproducto del imperialismo de su última etapa. Y alivia económicamente a los intelectuales de clase media.
A diferencia de los compradores
“La financiación occidental de las ONG como críticos fue una especie de compra de un seguro en caso que los reaccionarios en el poder flaquearan”. (J. Petras, 2007, p: 432).
Si bien la clase neo-compradora es comparable a la anterior clase compradora, difiere en esencia. En el caso de los compradores, la burguesía se ve impulsada a colaborar con el imperialismo motivada por la necesidad de preservar sus intereses nacionales de una posible revolución.
En el caso de los neo-compradores, lo que impulsa a estos intelectuales a colaborar con el imperialismo son sus pésimas condiciones económicas. Ellos mismos son víctimas del imperialismo y del modelo económico neoliberal. Se ahorran la angustia del neoliberalismo al ‘rebelarse’ por contundentes cheques de pago.
Los compradores son parte de la clase burguesa, es decir, poseen medios de producción o de servicios. Los neo-compradores no son dueños de los medios de producción, su principal fuente de ingresos proviene de sus financiadores del extranjero.
Tanto los compradores como los neo-compradores actúan como dependientes del imperialismo. Ambos aspiran a realizar los objetivos económicos y de seguridad del Imperio. Los primeros lo hacen a través del aparato estatal mientras que los segundos lo hace en oposición al aparato estatal. Los compradores suelen emplear tácticas autoritarias para disciplinar a la población, mientras que los últimos emplean el populismo para neutralizar cualquier posible revolución antiimperialista y anticapitalista cooptando la disidencia nacional a favor de los objetivos imperialistas.
Los neo-compradores “se involucran en una actividad complementaria desde abajo, neutralizando y fragmentando el creciente descontento resultante del salvajismo de la economía capitalista”. (J. Petras, 2007, p: 440)
Dinámicas de Comprador y Neo-comprador: Contrastando los Casos de Irán y Líbano
Los neo-compradores suelen surgir como sustitutos de los compradores en el caso de una revolución popular.
En Irán, por ejemplo, Mohammad Reza Pahlavi, el último Sha de Irán, se desempeñó como el principal comprador de los Estados Unidos. durante la guerra fría y empleó a uno de los ejércitos más grandes de la región para vigilar el Medio Oriente contra la influencia del comunismo y el nacionalismo árabe.
El Shah desplegó tropas en Omán para sofocar la revolución socialista denominada ‘Rebelión de Dhofar’ que florecía contra el sultanato. También ofreció una amplia asistencia al gobierno de extrema derecha de Chamoun en la década de 1950 contra lo que consideraba una fuerte influencia del nacionalismo árabe radical: además instaló una oficina central para la SAVAK (Agencia de Seguridad e Inteligencia Nacional de Irán) en Beirut.
Después que el Shah fuera derrocado en 1979 por la revolución islámica consolidando un régimen antiimperialista para gobernar Irán el imperialismo estadounidense creó a las organizaciones neo-compradores para propagar sus objetivos económicos y de seguridad socavando al ahora gobierno iraní antiimperialista.
Los neo-compradores suelen ser concebidos como un sustituto de los compradores, sin embargo, en algunos casos coexisten.
En el Líbano, por ejemplo, las ONG habían comenzado a proliferar después de la guerra de julio de 2006, después de que Hezbolá lograra derrotar una invasión israelí a gran escala. Entonces, Hezbollah se convirtió en una amenaza para los intereses de seguridad estadounidenses y, simultánea y extrañamente, algunos partidos libaneses comenzaron a pedir el desarme del movimiento de resistencia libanés.
Inicialmente, los partidos de la coalición 14 de Marzo fueron las vanguardias de esta agenda. La coalición 14 de marzo se constituyó de compradores. La mayoría de ellos forman parte de la burguesía libanesa: dueños de bancos, petroleras y grandes accionistas. Junto con otros partidos una coalición de la burguesía “compradora”, dirigió el gobierno libanés durante 18 años. Esta coalición fracasó en lograr el objetivo de seguridad estadounidense que exigía desarmar a Hezbolá (pero no fue expulsada del gobierno.
Hezbollah siguió cohabitando dada la naturaleza co- confesional del sistema político libanés. En 2019, estallaron protestas a gran escala en todo el Líbano contra las políticas neoliberales empleadas por el gobierno y los bancos libaneses. Las protestas estaban dirigidas contra el “establecimiento” en general.
Esta atmósfera radical sirvió como caldo de cultivo perfecto para los neo-compradores estadounidenses. Lo que inicialmente comenzó como una disidencia contra el esquema Ponzi de los bancos libaneses y las políticas neoliberales, fue desfigurada por los partidos financiados por Occidente y por los medios que llamaron al desarme de Hezbolá.
Incluso en los casos que coexisten, los neo-compradores y los compradores se presentan como rivales. Este último grupo suele ser parte de la élite gobernante, es decir, una oligarquía, mientras que el primero está organizado en ONG, grupos de aparente oposición o de medios alternativos.
La gran mayoría de las ONG ha sido cooptada por lo que solían ser llamados intelectuales «libres» que abandonaron sus orígenes de clase y siguieron participando en movimientos populares. El resultado es una brecha temporal entre las profundas crisis del capitalismo y la ausencia de movimientos revolucionarios organizados significativos. (J. Petras, 2007, p: 440)