MK BHADRAKUMAR, DIPLOMÁTICO SENIOR INDIO
Washington y Londres ahora están repitiendo conscientemente los crímenes de guerra que perpetraron en la ex Yugoslavia. El objetivo central de la oligarquía anglosajona es una escalada que necesariamente debe provocar una fuerte reacción de Moscú,
La baronesa Goldie es una política experimentada que se desempeñó como líder del Partido Conservador Escocés y como Ministra de Defensa del Reino Unido. Ella es cualquier cosa menos otra chica fiestera como Liz Truss que a menudo tenía que tragarse sus palabras que delataban su ignorancia en asuntos internacionales.
Ciertamente, la Baronesa Goldie entendió perfectamente las implicaciones de la aparentemente inocua pregunta en la Cámara de los Lores del conocido Lord Hylton: “ Quiero preguntar al Gobierno de Su Majestad si alguna de las municiones que se suministran a Ucrania contiene uranio empobrecido”. (Por cierto, Lord Hylton es actualmente el miembro con más años de servicio y un activista por La Paz).
También se ha hecho público que Ben Wallace, secretario de Defensa del Reino Unido, consultó con su homólogo estadounidense, el secretario de Defensa Lloyd Austin, antes que la baronesa Goldie hiciera una explosiva declaración: “ si, los británicos enviaremos municiones con uranio empobrecido a Ucrania”.
Tanto Wallace como Austin son militares y entienden por qué Kiev necesita municiones con “uranio empobrecido” si el régimen de Zelensky pretende lanzar una “contraofensiva creíble”. Igualmente, ambos titulares de Defensa son conscientes que la legalidad de la intervención de la OTAN en Yugoslavia sigue siendo un tema abierto y está entredicho por este peligroso asunto.
En su momento (el 20 de abril de 1999) la ex Yugoslavia, en respuesta a los bombardeos de la OTAN, incoó un procedimiento ante la Corte Internacional de Justicia, contra los diez miembros de la OTAN directamente involucrados en los ataques: Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Portugal, España, el Reino Unido y los EE. UU. Lo hizo citando las violaciones del derecho de las naciones (que incluía la obligación de no usar armas prohibidas como el uranio empobrecido).
Aunque la Corte Internacional rechazó una medida provisional declaró estar “profundamente preocupada por el uso de estas armas en Yugoslavia, que en las circunstancias actuales plantea cuestiones muy graves de violacion del derecho internacional”. Baste decir que los casos presentados por Yugoslavia contra la OTAN aún permanecen en la Corte Internacional, aunque el país peticionario fue desmembrado por la fuerza de las armas de la OTAN.
No hay lugar para equivocarse. Washington y Londres ahora están repitiendo conscientemente los crímenes de guerra que perpetraron en la ex Yugoslavia. El objetivo central de la oligarquía anglosajona es una escalada que necesariamente debe provocar una fuerte reacción de Moscú, tan predecible como que la noche sigue al día.
De hecho, eso es lo que sucedió cuando Putin anunció que Rusia desplegará armas nucleares tácticas en Bielorrusia. Putin vinculó esta decisión a una solicitud de Bielorrusia en reacción a la declaración de la baronesa Goldie en Londres hace una semana.
Más importante aún, Putin recordó que Estados Unidos ha colocado sus armas nucleares tácticas en los territorios de los países aliados de la OTAN durante décadas.
La UE y la OTAN aparentaron enfurecerse después de esta contundente revelación de Putin. El jefe diplomático de la UE, Josep Borrell, declaró que la respuesta de Moscú “era una escalada irresponsable y una amenaza para la seguridad europea”. Borrell, amenazo con imponer más sanciones… ahora contra Bielorrusia.
Una portavoz de la OTAN calificó la respuesta de Moscú de “peligrosa e irresponsable”. Sin embargo, la administración de Biden, curiosamente, eludió el tema. Se enfocó, en cambio, en que Estados Unidos no ha visto ninguna señal “que Rusia haya trasladado armas nucleares a Bielorrusia o a cualquier otro lugar”.
Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby, agregó: “De hecho, no hemos visto indicios de que él (Putin) tenga la intención de usar armas nucleares”.
Luego, Putin dejó en claro que Rusia completaría la construcción en Bielorrusia de una instalación de almacenamiento para las armas nucleares tácticas antes del 1 de julio.
Sin embargo los diplomáticos saben que Estados Unidos y Kirby, en particular, está fingiendo.
¿Cuál es el juego? En primer lugar, la oligarquía anglosajona espera que este espinoso tema deba crear más antagonismo contra Rusia por parte de la Unión Europea. Que, además, esta maniobra liderada por los británicos, uniría a los países europeos en un momento en que aparecen las primeras divisiones dentro de la alianza transatlántica. Alemania y Francia saben que una guerra prolongada en Ucrania podría ser catastrófico para sus economías.
Washington está en apuros. No ha sabido responder a Putin. El punto es que el compromiso de NO desplegar armas nucleares en terceros países fue una de las propuestas que Moscú hizo a Washington en diciembre de 2021, junto con el compromiso que Ucrania no se uniría a la OTAN. Como sabemos Estados Unidos ignoró la propuesta rusa y precipitó la operación militar especial en Ucrania.
El quid de la cuestión es que, al igual que con la crisis de los misiles cubanos de 1962, la decisión rusa sobre las armas nucleares tácticas en Bielorrusia es una respuesta que en el fondo llama la atención sobre los misiles estadounidenses estacionados cerca de sus fronteras. (Se estima que hay más de 100 armas nucleares almacenadas en bóvedas en cinco países europeos: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía).
Peor aún, el Pentágono. practica un acuerdo conocido como “intercambio nuclear”, según el cual instala armas nucleares en aviones de combate de países de la OTAN (no nucleares) y entrena a sus pilotos para llevar a cabo ataques nucleares con bombas estadounidenses. Esto a pesar que EE. UU., al ser parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), se comprometió ha NO entregar armas nucleares a otros países… Y los países no nucleares de la OTAN se comprometieron a NO recibir armas de estados con armas nucleares!
La OTAN declaró el año pasado que siete países de pacto Atlántico contribuyeron con aviones a la misión de intercambio nuclear. Estos países son EE. UU., Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos, Turquía y Grecia. ¡Y todos son signatarios del TNP!
¡Bienvenido al orden basado en reglas! Lo que es perfectamente permisible para el “Occidente colectivo” es una maldición cuando se trata de Rusia.
Finalmente, la pirueta diplomática tiene otra dimensión: la decisión de Gran Bretaña de enviar armamento con uranio empobrecido a Ucrania está confirmando su reputación como el estado más temerario y sin escrúpulos de toda la alianza de la OTAN.
Porque no hay duda que las municiones de uranio empobrecido son radiactivas y tóxicas y su uso en las guerras de Yugoslavia e Irak ha producido cánceres. Junto con el fósforo blanco,“ las tasas más altas de daño genético jamás estudiadas se produjeron por el bombardeo de Faluya en Irak, una ciudad sujeta a dos brutales asedios estadounidenses”.
Irónicamente, la toxicidad de las municiones de uranio empobrecido también ha sido reconocido por muchos países de la OTAN, y el Parlamento Europeo ha pedido que se prohíba su uso. Entonces, ¿qué pretende Gran Bretaña comportándose de esta manera?
El meollo del asunto es que Gran Bretaña está creando condiciones en Europa para colocar bombarderos con armas nucleares en Lakenheath, GranBretaña (que fueron retirados en 1991 por el acuerdo del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias).
En el fondo, en un momento en que el movimiento por la paz en Gran Bretaña está moribundo, el gobierno conservador del Reino Unido esperan que los bombarderos estadounidenses regresen a Lakenheath en un futuro cercano, aumentando así las amenazas contra Rusia.