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PEPE ESCOBAR ESPECIALISTA EN GEOPOLÍTICA
Pekín es plenamente consciente que la guerra por delegación de la OTAN contra Rusia en Ucrania es el doble indisociable de la guerra de Estados Unidos contra su Iniciativa del Cinturón y la Ruta..
Imagínese al presidente Xi Jinping haciendo acopio de una paciencia taoísta para aceptar una llamada telefónica con el presidente- actor belicista de camiseta sudada de Kiev mientras intenta enseñarle algunos hechos de la vida, completada con la promesa de enviar una delegación china de alto nivel a Ucrania para hablar de «paz».
Esta «victoria» diplomática, al menos desde el punto de vista de la OTAN, oculta mucho más de lo que se ve a simple vista.
La pregunta es inevitable: ¿qué sentido tiene esta llamada? Muy sencillo: sólo negocios.
Los dirigentes de Pekín son plenamente conscientes que la guerra por delegación de la OTAN contra Rusia en Ucrania es el doble indisociable de una guerra directa estadounidense contra la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Hasta hace poco, y desde 2019, Pekín era el primer socio comercial de Kiev (14,4% de las importaciones, 15,3% de las exportaciones). China exportaba esencialmente maquinaria, equipos, automóviles y productos químicos, e importaba productos alimenticios, metales y también algo de maquinaria.
Muy pocos en Occidente saben que Ucrania se unió al BRI en 2014, y que un centro de comercio e inversión del BRI funciona en Kiev desde 2018. Los proyectos BRI incluyen un impulso para construir la cuarta línea del sistema de metro de Kiev, así como redes 4G instalado por Huawei. Todo está paralizado desde 2022.
Noble Agri, filial de COFCO (China National Cereals, Oils and Foodstuffs Corporation), invirtió en un complejo de procesamiento de semillas de girasol en Mariupol y en la terminal portuaria de cereales de Mykolaiv, recientemente construida. El próximo paso consistirá necesariamente en la cooperación entre las autoridades del Donbass y China a la hora de reconstruir sus activos que hayan podido resultar dañados durante la guerra.
Pekín también intentó implicarse fuertemente en el sector de defensa ucraniano e incluso comprar Motor Sich; eso fue bloqueado por Kiev.
La importancia de un gas: el neón
Así que lo que tenemos en Ucrania, desde el punto de vista chino, es un cóctel de comercio e inversión de BRI, ferrocarriles, suministros militares, 4G y trabajos de construcción. Y luego, un vector clave: el neón.
Aproximadamente la mitad del neón utilizado en la producción de semiconductores era suministrado, hasta hace poco, por dos empresas ucranianas: Ingas, en Mariupol, y Cryoin, en Odessa. Desde el inicio de la Operación Militar Especial (OME) no hay negocio. Eso afecta directamente a la producción china de semiconductores. Podemos apostar a que al Hegemón no le quita precisamente el sueño esta situación.
Ucrania representa un valor para China como encrucijada de la BRI. La guerra interrumpe no sólo los negocios sino, en un sentido más amplio, uno de los corredores comerciales y de conectividad que unen China Occidental con Europa Oriental. La BRI condiciona las decisiones clave de Pekín, ya que es el concepto global de la política exterior china hasta mediados de siglo.
Y eso explica la llamada telefónica de Xi, que desacredita cualquier tontería que propague la OTAN acerca de que China por fin presta atención al actor belicista.
Tan relevante como la BRI es la relación bilateral global que dicta la geopolítica de Pekín: la asociación estratégica integral Rusia-China.
Pasemos ahora a la reunión de Ministros de Defensa de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) celebrada esta semana en Delhi.
La reunión clave fue la que mantuvieron el Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y su colega chino en la India hace unos pocos días. Li Shangfu. Li estuvo recientemente en Moscú, y fue recibido por Putin en persona para una conversación especial. Esta vez invitó a Shoigu a visitar Pekín, lo que fue rápidamente aceptado.
Huelga añadir que todos los actores de la OCS y de fuera de ella, incluidas las naciones que por el momento son meros observadores o socios de diálogo, así como otras que ansían convertirse en miembros de pleno derecho, como Arabia Saudí, prestaron mucha atención a la camaradería Shoigu-Shangfu.
Y cuando se trata de los estratégicos «stans» de Asia Central, la actividad del hegemón representa una persistente maniobra, seis pies bajo tierra, que aliemnt a la ilusión estadounidense de utilizarlos en un esquema de «divide y vencerás» que enfrente a Rusia contra China.
Mensajes de la reunión entre los ministros de Defensa
El encuentro Shoigu-Shangfu también envió un sutil mensaje a los miembros de la OCS: India y Pakistán -dejen de discutir y, en el caso de Delhi, de cubrir sus apuestas- y a Irán, miembro de pleno derecho (en 2023), y a Arabia Saudí (próximo miembro) : aquí es donde está la cosa, esta es la mesa que importa.
Todo lo anterior apunta también a la creciente interconexión entre la BRI y la OCS, ambas bajo el liderazgo de Rusia y China.
El BRICS es esencialmente un club económico -con su propio banco, el NDB- y centrado en el comercio. Se trata sobre todo de poder blando. La OCS se centra en la seguridad. Se trata de poder duro. Juntas, son las dos organizaciones claves que allanarán el camino multilateral.
En cuanto a lo que quedará de Ucrania, esta nación ya está siendo comprada por mega-operadores occidentales como BlackRock, Cargill y Monsanto. Sin embargo, Pekín no cuenta con quedarse en la estacada. Han sucedido cosas más extrañas; puede que una futura Ucrania sea un socio comercial y de conectividad del BRI.