JOE LAURIA, PERIODISTA, EDITOR JEFE DE CONSORTIUM NEWS
El miércoles estallaron entusiastas celebraciones en las calles de las ciudades de Gabón después que una junta militar anunciara por televisión que había puesto al presidente Ali Bongo Ondimba bajo arresto domiciliario y había tomado el poder.
La familia Bongo gobernaba la antigua colonia francesa desde 1967. Ali Bongo es el hombre más rico de Gabón con activos estimados en mil millones de dólares. El golpe se produjo justo después de que la comisión electoral del país declarara que había ganado un tercer mandato.
Es el quinto golpe en un país de África occidental que alguna vez estuvo gobernado directamente por Francia. En agosto de 2020 Malí cayó en manos de líderes militares , a este levantamiento le siguieron golpes en Burkina Faso (septiembre de 2022) Guinea (septiembre de 2021) Níger el mes pasado y Gabón el miércoles recién pasado.
La presión sobre París está creciendo porque los levantamientos están dirigidos contra la actual dominación neocolonial de Francia en África Occidental. La presión para sacar a Francia está siendo impulsada por una creciente confianza de los países en desarrollo en el surgimiento de un mundo multilateral en medio del acelerado colapso del unilateralismo estadounidense y de los restos neocoloniales europeos .
El gobierno de Mali ordenó que las tropas francesas salieran de su país antes del 18 de marzo de 2022. Francia aceptó y completó su retirada el 15 de agosto de 2022. El 26 de enero de 2023 Francia debió retirar sus fuerzas militares de Burkina Faso tras una solicitud del gobierno de ese país .
En Níger, la junta que tomó el poder el mes pasado hizo una demanda similar, pero el presidente Emmanuel Macron, que ha decidido jugar duro, se niega a retirar sus fuerzas y apoya una posible intervención militar de la CEDEAO.
Mientras tanto el gobierno militar de Níger cortó el suministro de electricidad y agua a la embajada francesa en la capital, Niamey, después de finalizar el plazo de 48 horas que le dio al embajador francés, Sylvain Itte, para abandonar el país.
La junta también ha ordenado a los proveedores que dejen de suministrar agua, electricidad y alimentos a la base militar francesa, advirtiendo que cualquiera que continúe suministrando bienes y servicios a la base será tratado como “enemigo del pueblo soberano”.