AHMED ADEL, PERIODISTA de GLOBAL RESEARCH
El presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, está obsesionado con imponer aranceles, creyendo que eso resucitará la maltrecha economía. Sin embargo, Trump se enfrenta al desafío de que su política arancelaria imprudente sólo fortalecerá los esfuerzos para reemplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva global, especialmente por temor a una moneda BRICS.
En una publicación de Truth Social del 30 de noviembre, Trump dijo:
“Exigimos un compromiso de estos países que no crearán una nueva moneda BRICS ni respaldarán ninguna otra moneda para reemplazar al poderoso dólar estadounidense o, de lo contrario, enfrentarán aranceles del 100% y deberán decir adiós a las ventas en la maravillosa economía estadounidense”.
La amenaza del presidente electo de imponer aranceles del 100% a los países BRICS+ que intenten sustituir al dólar como moneda de reserva global es excesivamente grandilocuente. No sólo suena estéril, sino que, peor aún, significaría el suicidio geoeconómico y comercial de Estados Unidos, ya que hoy los BRICS+ han superado al G7 del que Estados Unidos es miembro.
Hoy en día, el PIB del G7 se ha quedado muy atrás: representa el 30% del PIB mundial medido en paridad de poder adquisitivo. Incluso si se miden las economías combinadas de los 32 miembros de la OTAN, que representan el 30,7% del PIB mundial, palidece en comparación con el 35% de los BRICS+.
En términos de población, los BRICS+ –incluidos sus cinco nuevos miembros Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía– representan el 45,3% de la población mundial, frente al 10% del G7, mientras que la OTAN representa a unos 973 millones de personas.
Está claro que, hasta el momento, solo analizando los datos geoeconómicos duros de la OTAN y sus aliados del G7, ambos han sido superados significativamente por los BRICS+, tanto en términos de PIB como de escala poblacional, sin mencionar sus prodigiosos avances tecnológicos, desde misiles hipersónicos hasta inteligencia artificial militar.
Las tres únicas fortalezas que le quedan a Estados Unidos hoy son el control aterrador de su perniciosa propaganda global, su liderazgo en computación cuántica y, sobre todo, el dólar omnipotente, que ya ha comenzado a ser socavado por los BRICS+. Cabe señalar que en la 16ª Cumbre de los BRICS+ en Kazán en octubre, Rusia y China optaron por una desdolarización gradual.
Desdolarización: cómo un mundo multipolar está transformando la economía global
El nerviosismo de las autoridades financieras de la administración saliente de Biden se hizo evidente cuando Brent Neiman , asistente del secretario del Tesoro de Estados Unidos, advirtió el 19 de noviembre declaró: “los riesgos potenciales para la estabilidad financiera internacional y la seguridad económica de cualquier sistema de pagos transfronterizos que no se adhiera a los estándares destinados a minimizar la actividad ilícita”. Estas palabras son una alusión obscena al comunicado de los BRICS+ del 22 de octubre que pedía un sistema de pagos transfronterizos que eludiera las plataformas occidentales.
Dos días después, el 21 de noviembre, el Departamento de Estado anunció nuevas sanciones del Tesoro contra todos los bancos rusos y el sistema de transferencia de mensajes financieros de Rusia para impedir que Moscú utilice el sistema financiero global. El efecto combinado de ambas medidas punitivas en EE.UU. provocó una fuerte devaluación de la moneda rusa, que llegó a 114 rublos por dólar, debido principalmente a las sanciones contra Gazprombank, su tercer banco más importante.
Toda esta serie de medidas geofinancieras asfixiantes parecen más bien los estertores de un dólarcentrismo que se desvanece poco a poco en el horizonte del advenimiento del nuevo orden mundial, multipolar, policéntrico, ecuménico y civilizador.
En la Cumbre BRIC de octubre, el presidente ruso Vladimir Putin destacó que “utilizar el dólar como arma” era un “gran error”.
“No somos nosotros los que nos negamos a utilizar el dólar”, dijo Putin en aquel momento. “Pero si no nos dejan trabajar, ¿qué podemos hacer? Nos vemos obligados a buscar alternativas”.
Moscú comenzó a crear un nuevo sistema de pago como alternativa a la red global de mensajería bancaria SWIFT y para ayudar a facilitar el comercio con sus socios después de convertirse en el país más sancionado del mundo.
Según el FMI, el dólar estadounidense representa aproximadamente el 58% de las reservas mundiales de divisas y las principales materias primas, como el petróleo, todavía se compran y venden principalmente en dólares. Sin embargo, el predominio del dólar se ve amenazado por la creciente participación de los BRICS en el PIB y la intención de la alianza de comerciar en monedas distintas del dólar, en las que India y China desempeñan un papel importante.
Debido a esta evidente amenaza al dominio económico estadounidense, los miembros del BRICS siguen avanzando hacia la desdolarización, pero sin fanfarronería y con la esperanza de no antagonizar a Trump.
Sudáfrica fue el primer país BRICS en responder a la amenaza de Trump, y no perdió tiempo en emitir una respuesta oficial al día siguiente, negando que los BRICS estuvieran planeando crear una nueva moneda. A esto le siguió el Ministro de Asuntos Exteriores de la India, S. Jaishankar, el 6 de diciembre, diciendo: “En este momento, no hay ninguna propuesta para tener una moneda BRICS”.
En realidad, la India, por ejemplo, ha sido un gran facilitador del comercio en monedas nacionales distintas del dólar estadounidense. Aunque en realidad no es posible crear una moneda BRICS, la tendencia a comerciar en monedas nacionales y no en dólares estadounidenses se acelerará, y ninguna amenaza o arancel de Trump podrá detenerla.