ALASTAIR CROOKE, EX DIPLOMÁTICO BRITÁNICO Y ESCRITOR
La aclamada novela “Birdsong” cuenta una historia llena de humanidad y compasión: una historia sobre túneles, sobre quienes los cavaron; sobre quienes fueron enterrados en ellos y sobre quienes emergieron de estas fosas espantosas para sorprender y matar al enemigo.
Los túneles fueron el arma secreta durante la Primera Guerra Mundial. Fueron la respuesta de los franceses al despiadado bombardeo aéreo desatado por la maquinaria militar alemana. De cada 800 soldados enviados a las trincheras quedaban entre 100 y 200 hombres vivos, después de los feroces bombardeos teutones.
Así nació la doctrina occidental del poder de fuego abrumador. En la siguiente guerra (Segunda Guerra Mundial), se bombardeo (indiscriminadamente) a poblaciones civiles (en Alemania y Japón) para romper, psicológicamente, su voluntad de luchar. Este enfoque se convirtió en la herramienta principal de la estrategia militar de Occidente. En Oriente Medio, Churchill utilizó la potencia de fuego aerotransportada británica. Hoy, la superioridad aérea sigue siendo el corazón de la estrategia de Estados Unidos y la OTAN.
¿Cuál es el punto aquí? Es que toda la estrategia militar, de los bombardeos aéreos masivos, que se remonta a la década de 1920 se ha utilizado ahora en la franja de Gaza. El problema es que está estrategia occidental ha colapsado.
Los túneles (ahora, mucho más sofisticados), han cobrado renovada vida como respuesta al bombardeo masivo de Palestina. Los misiles de enjambre y los drones inteligentes son los puntos de inflexión para la estrategia de los bombardeos; la «nueva» guerra utiliza los misiles inteligentes, estos son la fuerza aérea «alternativa» de Hamas, Hezbolá, de los Hutíes en Yemen y de Irán.
Está claro que los misiles de Hamas tomaron por sorpresa a Israel y a Washington. Puede que no se hayan hundido por completo, pero el conflicto palestino-israelí nunca volverá a ser el mismo. ¿Por qué?
Para ser muy claros, lo que ha sucedido es que, igual que las tropas de la Primera Guerra Mundial encontraron una respuesta a los bombardeos de la artillería alemana con túneles poco profundos, ahora Irán, Hezbolá, la resistencia iraquí y los Hutíes de Yemen han mejorado sus posiciones con túneles fortificados y más profundos.
En Gaza los palestinos han golpeado con eficacia el poder aéreo y han dañado irremediablemente la imagen de Israel . Su ataque a Gaza – que mató a 270 palestinos, incluidos 75 niños – ha puesto al mundo en su contra. Y, por primera vez, en Estados Unidos hay un debate serio sobre el apoyo que ofrece a Israel.
Pero, ¿por qué esto debería ser diferente a los episodios anteriores? ¿Que ha cambiado? Esta es la respuesta: ahora los estadounidenses y los europeos se empiezan a cuestionar sus propias acciones limpieza étnica y su inveterado colonialismo, sus pueblos piensan que son aberraciones tóxicas que deberían ser redimidas. Hoy es posible decir cosas en los Estados Unidos sobre Israel que antes habría hecho que el cielo y la tierra se derrumbaran.
Un número creciente de políticos que apostaron por la solución de Dos Estados están reconociendo que los acuerdos de Oslo son una fantasía. “El marco de Oslo, se acabó” dijo recientemente Marwan Muasher, el diplomático jordano que desempeñó el papel de liderazgo en la Iniciativa de Paz hace dos décadas.
La solución de Oslo son una quimera. Ahora Estados Unidos y Europa no tienen idea qué hacer con la situación, más allá de pedir “un retorno a la normalidad, que permita a los israelíes regresar a la playa y a los palestinos a su jaula “, como comentó cáusticamente un columnista británico.
Posiblemente, el aturdimiento occidental se explica por su sorpresa por los eventos de Gaza. Mientras Occidente dormía, Irán, Hamas y Hezbolá forjaban silenciosamente una respuesta diferente, una respuesta que cambiaría todo el paradigma de un Israel invencible .
En la práctica, la guerra del Líbano de 2006 fue un «ensayo general». Marcó el principio de un nuevo modelo de guerra: la guerrilla de misiles. En esta última guerra de Gaza los misiles y los drones inteligentes son un paso adelante que representa la madurez de este tipo de enfrentamiento. Hamás estrenó esta nueva forma en Gaza a pesar que se trata de un movimiento concertado del eje de la resistencia (Irán, Palestina, Yemen, Irak, Siria).
En 2006, Israel también fue tomado por sorpresa. Amos Harel recuerda que cualquiera que estuviera presente en la sala con Dan Halutz – el orgulloso jefe de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI)- nunca olvidará el momento que le dieron la noticia del impacto de un misil de crucero que Hizbullah sobre el buque de la armada israelí “INS Hanit”.
Hizbullah había construido esos túneles para engañar a las FDI. Filtraron inteligencia falsa. Los silos de misiles reales estaban a salvo e intactos, y las descargas continuaron durante casi un mes. ¿Hizbullah transmitió este consejo estratégico a Hamas? Por supuesto que lo hicieron.
Hoy la historia parecida es parecida. Israel dice que ganó la guerra porque destruyó los túneles de Hamas, pero Benjamín Netanyahu sabe que deberá enfrentar el fracaso. Informes creíbles sugieren que la estrategia de las FDI dependía de haber cartografiado los túneles de Gaza. De modo que cuando el ejército lanzó el rumor de una inminente invasión terrestre de Gaza, calcularon que el liderazgo de Hamas se escondería en los túneles, que luego serían bombardeados por la Fuerza Aérea, enterrando vivo al movimiento palestino. Solo que esto no sucedió: los líderes de Hamas no estaban en los túneles y los misiles no cesaron de caer sobre las fuerzas israelitas.
El periódico israelí “Haaretz” resuma así las consecuencias del último enfrentamiento:
«Pueden alimentar al público con noticias que hablan con arrogancia de “los dolorosos golpes que hemos dado a Hamas”, pero, este maquillaje no puede ocultar la verdad: los militares de Israel no tienen idea de cómo paralizar a las fuerzas de Hamas. La destrucción de sus túneles con poderosas bombas reveló que las capacidades de Israel no causaron ningún daño sustancial a las habilidades de combate del enemigo.
Suponiendo que murieran 100, 200 o incluso 300 combatientes, ¿esto derribará el gobierno de Hamas? ¿O sus sistemas de mando y control? ¿O su capacidad para disparar cohetes contra Israel? El número cada vez menor de objetivos de calidad es evidente por el creciente número de víctimas civiles que provocó la aviación de nuestro país…”.
Bueno, hay israelitas que no están encerrados en la mentalidad de sus dirigentes: “El crítico más agudo de los altos mandos del ejército en los últimos años, advirtió que la próxima guerra se libraría en el frente interno y que Israel no tenía una respuesta para ataques con miles de misiles, un ataque que nuestras fuerzas terrestres no pueden combatir”. Esta advertencia de mayor general Yitzhak Brik fue ignorada y el general condenado al ostracismo.
La estrategia de bombardear a civiles (justificada diciendo que son terroristas), puede estar llegando a su fecha de caducidad. Hoy los Derechos Humanos se han convertido en la piedra de toque de las relaciones internacionales (además, está política empieza a dominar la política interna de Estados Unidos).
Este cambio de paradigma tiene implicaciones para Estados Unidos y la OTAN, tanto como para Israel. ¿Sería factible de nuevo el bombardeo de Belgrado por la OTAN con total impunidad en el clima actual de «valores»?
Se ha «acordado» un alto el fuego. Un alto el fuego puede marcar una pausa en la batalla de Gaza, pero de ninguna manera es el final.
La última razón por la que el conflicto palestino-israelí no volverá a ser el mismo es que una erupción colectiva en la Palestina histórica ha unificado y movilizado a su pueblo, bajo el liderazgo militar de Hamas. Esta organización político-militar es percibida como la única fuerza capaz de proteger la mezquita de Al-Aqsa, amenazada de ser quemada por los colonos israelíes; una amenaza con el potencial de enardecer a los musulmanes de todo el mundo.
Mientras Gaza se calma por ahora, la próxima fase probablemente se centrará en Al-Aqsa, Jerusalén y en las comunidades palestinas dentro de Israel. Los israelíes se enfrentan a una nueva realidad: Hamás está ahora en todas partes, también dentro del territorio del propio estado de Israel.