ALFREDO JALIFE RAHME, PROFESOR DE LA UNAM
Se está volviendo un deporte internacional prever la “defunción” de la otrora superpotencia unipolar . Recientemente, el galardonado historiador Alfred McCoy (AM) en su libro “El auge y declive del poder global de Estados Unidos” avizora una conspicua caída del imperio para el 2030. Hace algunos años el pensador noruego Johan Galtung, que predijo el colapso de la URSS, vaticinó el inicio de la caída de Estados Unidos a partir de 2020.
MacCoy es profesor de historia de la Universidad de Wisconsin-Madison y se dio a conocer con un explosivo libro “La complicidad de la CIA en el tráfico global de droga”.
Amén de su expertise como historiador,AM basa sus prospectivas en los trabajos del National Intelligence Council (NIC) y sus análisis de tendencias globales. MacCoy surfea en los estudios realizadas por el NIC que en 2012 vaticinó la emergencia de procesos alternativos y destructivos para 2030. Hay que aclarar que el NIC depende del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
En forma ominosa, en 2017, en vísperas de la toma de posesión de Trump, el reporte Tendencias globales del NIC puso en relieve el riesgo de una pandemia y la disrupción económica que podría causar. Desde 2008, antes que el desafío chino fuera claro para todos, los análisis del NIC anunciaron la transferencia de riqueza y poder de Occidente a Oriente.
Cuatro años más tarde, para su siguiente proyección, el NIC afirmó que “en los próximos años ninguna nación (Estados Unidos, China o Rusia) tendrá poder hegemónico” y sostuvo que el “declive relativo de Estados Unidos frente a las potencias emergentes será inevitable”. En ese informe, todavía, el NIC soñaba que en el ámbito militar Estados Unidos conservaría su supremacía.
A juicio de Alfred McCoy, las tendencias negativas del poder global de Estados Unidos probablemente se agregarán de manera rápida y pudieran alcanzar su masa crítica no más allá de 2030. Su tesis radica en que el desvanecimiento económico de Estados Unidos le exigirá a optar, cada vez más, por la opción militar.
Para el historiador la última esperanza de Washington sería el desarrollo de una suerte de robots aeroespaciales que le permitiría retener su poder. En medio de una evanescente y decadente influencia económica Estados Unidos, teóricamente, debería eliminar a China en forma expedita.
La fuerza militar de Estados Unidos radicaría en una panoplia de drones, satélites, naves espaciales y misiles ubicados en la baja estratósfera, la alta estratósfera y la exósfera. ¿Su propósito? Golpear cualquier objetivo en el planeta y extremar la vigilancia contra la superpotencia ascendente, China.
El historiador describe que el fin del siglo estadunidense, no necesariamente será un aterrizaje suave (de aquí a 30 o 40 años) ya que la “defunción” del imperio puede ser más rápida de lo que podamos imaginar. Entre otros factores destaca; el nacimiento de un orden mundial multipolar; el cambio climático; el declive económico; las fallidas aventuras militares, y una tercera guerra mundial.
A juicio de Alfred MacCoy , los futuros historiadores probablemente identifiquen la invasión de George W. Bush a Iraq como el inicio de la caída de Estados Unidos.MacCoy concluye que la pregunta no es si Estados Unidos perderá su poder global, sino qué; tan precipitado y desgarrador será su declive. ¿Quién da más?