GEVORG MIRZAYAN , PROFESOR UNIVERSITARIO Y REDACTOR DE LA REVISTA RUSA «VZGLYAD»
Está comenzando la primera ronda de conversaciones entre Rusia y Estados Unidos y la OTAN sobre garantías de seguridad. Y no comienza con ambiente agradable. Moscú ha dicho que no está satisfecho con las señales que estaba recibiendo de Washington y Bruselas.
“En resumen, reflejan un malentendido de lo que necesitamos. Necesitamos garantías legales de que la OTAN no se expandirá más, que eliminará todo el despliegue que la Alianza ha creado, impulsada por fobias anti-rusas y todo tipo de falsas nociones sobre cuál es la esencia de la política rusa”, explica a la prensa el Viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov.
En Estados Unidos dicen: No se firmarán compromisos. Los resultados de estas discusiones serán discutidos durante la próxima semana en Washington, así como con nuestros socios y aliados”
Está claro, los expertos rusos no esperan que después de las conversaciones de enero, Moscú y Washington se tomen de la mano, firmen un paquetes de acuerdos y se tomen una copa de champán de Crimea. Las relaciones entre ambos estados son tan malas y los temas discutidos son tan serios que las negociaciones tomarán al menos varios meses.
Rusia necesita «garantías legales» y a juzgar por las palabras de Vladimir Putin, espera una discusión constructiva. Conversaciones sobre hechos, no una «charla más sobre problemas».
A juzgar por el discurso público del secretario de Estado Anthony Blinken, este parloteo es lo que precisamente Estados Unidos pretenden hacer.
Anthony Blinken ha desestimado públicamente los temas clave que Rusia tiene la intención de plantear: “Moscú está promoviendo la falsa narrativa de que la OTAN está amenazando a Rusia, que la OTAN planea desplegar infraestructura militar en Ucrania para alimentar un conflicto con Rusia … Cada una de estas afirmaciones es falsa. La OTAN es una alianza defensiva y existe para defender, no para atacar”, ha dicho.
El secretario de Estado olvida y guarda silencio sobre el hecho de que la Federación de Rusia nunca ha amenazado con atacar a los países miembros de la Alianza, sin embargo, la OTAN proclama urbi et orbi que Rusia es su principal enemigo, un enemigo contra el cual la Alianza movilizará todas sus fuerzas.
“La OTAN nunca ha prometido no admitir nuevos miembros. No puede ni quiere prometerlo. La “política de puertas abiertas” fue una parte clave del Tratado del Atlántico Norte de 1949 en el que se fundó la OTAN”, advierte Anthony Blinken.
En respuesta, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores Ruso, María Zakharova, dirigió una carta a Anthony Blinken con una lista de los documentos en los que se registran las promesas incumplidas respecto de la expansión de la OTAN. El Secretario de Estado estadounidense no respondió.
“Quieren involucrarnos en una discusión sobre la OTAN para distraer el tema de discusión. No, nos distraemos de esta cuestión, porque lo que está sucediendo en Ucrania no solo concierne a Ucrania. Es parte de un patrón más amplio de comportamiento desestabilizador, peligroso y a menudo ilegal por parte de Moscú, los rusos buscan crear una esfera de influencia que abarque países que alguna vez estuvieron bajo el dominio soviético”, afirma Anthony Blinken.
Pone así en tela de juicio todo el proceso de negociación. Después de todo, si Washington no está listo para hablar sobre la OTAN y no está listo para dejar el espacio postsoviético, entonces las partes no tienen nada de qué hablar.
Sin embargo, los periodistas estadounidenses están seguros de que sí Biden quiere negociar. Separan el discurso público del secretario de estado con el proceso de negociación real.
Según la influyente revista The Hill, Estados Unidos podrá acordar no desplegar misiles y «armas ofensivas» en Ucrania. Además, Washington estaría listo para no efectuar ningún despliegue de otros tipos de armas cerca de las fronteras rusas, en el caso, por supuesto, que Moscú haga concesiones. La NBC, citando fuentes de la administración, informa que a Washington ni siquiera le importaría hablar sobre la presencia militar estadounidense en Europa del Este.
Por supuesto, las autoridades estadounidenses niegan todo esto. “La administración no está considerando reducciones de tropas en Europa, como sugiere la NBC. La administración no discute con Rusia el número de tropas estacionadas en los estados bálticos y en Polonia. La administración no discutirá cambios en el equilibrio de fuerzas en las próximas conversaciones «, aclara la Casa Blanca.
Sin embargo, es probable que estos temas estén en la agenda. No son críticos para la seguridad nacional estadounidense (como el almacenamiento de armas nucleares fuera de Estados Unidos), por lo que Washington debería estar listo para intercambiar concesiones con Moscú.
No obstante, aún no está claro cuáles serán los temas a debatir: a diferencia de Rusia, Estados Unidos no ha publicado su lista de preocupaciones y demandas. Solo se sabe que los estadounidenses están exigiendo la retirada de las tropas rusas de las fronteras ucranianas, y probablemente también pedirán ayuda al Kremlin para resolver sus problemas con Irán y China.
Y, como apoyo a sus demandas, los estadounidenses están tratando de intimidar a Rusia con las consecuencias del fracaso de las negociaciones. De hecho, el Secretario de Estado Anthony Blinken ha declarado que una guerra entre Rusia y Ucrania es posible: “Nadie debería sorprenderse si Rusia provoca un incidente y luego trata de usarlo para justificar una intervención militar”
A su vez, los medios estadounidenses publicaron nuevos datos sobre las sanciones que se impondrán a Rusia en caso del estallido de esta guerra : “Estamos más que preparados, junto con nuestros socios y aliados, para hacer que Rusia pague un precio extremadamente alto por sus acciones. Estamos hablando de sanciones financieras, controles de exportación en sectores clave de la economía, fortalecimiento de la presencia de la OTAN en el territorio de nuestros aliados y aumento de la asistencia militar a Ucrania «, dice Anthony Blinken.
Moscú, sin embargo, no presta atención a estas amenazas. Primero, Rusia está acostumbrada a vivir bajo la espada de Damocles con las constantes amenazas estadounidenses. En segundo lugar, entiende que tales sanciones por parte de Estados Unidos causarán un caos incontrolable en las relaciones ruso-estadounidenses, y este desbarajuste le costará caro a Estados Unidos, al menos con China, Irán y parte de las naciones europeas.
Por lo tanto, en la plaza Smolenskaya, avisan a sus colegas estadounidenses que no utilicen las medidas coercitivas en la negociación. «No haremos ninguna concesión bajo presión, ni aceptaremos que Occidente formule amenazas constantemente contra nosotros «, indica Sergei Ryabkov.
En los últimos ocho años el Kremlin ya ha demostrado a Estados Unidos que es inútil presionarlo y chantajearlo. Rusia está listo para una solución constructiva a los problemas ruso-estadounidenses, pero al mismo tiempo está lista para continuar viviendo en las condiciones de una “continua guerra fría”. Pero, ¿está Estados Unidos listo para continuar la costosa e inútil confrontación con Moscú, en medio de un montón de desafíos reales que enfrenta la administración Biden?
La respuesta a esta pregunta estará clara en unos días… cuando finalice la primera ronda de conversaciones Rusia- EEUU y Rusia-OTAN.