MEDIO DIGITAL ESTADOUNIDENSE «MOON OF ALABAMA»
Las negociaciones del pasado lunes, sobre las demandas de seguridad rusas fueron, como se predijo, un fracaso.
La demanda central de Rusia, poner fin al avance de la OTAN hacia sus fronteras excluyendo la membresía de Ucrania y Georgia, fue rechazada. El titular del New York Times ni siquiera trató de ocultar el desastre: “Las conversaciones sobre Ucrania, EE. UU. y Rusia en punto muerto por la expansión de la OTAN”
El vicecanciller Sergei A. Ryabkov, principal negociador de Rusia, después del encuentro insistió que era “absolutamente obligatorio” que Ucrania “nunca, nunca, nunca” se convirtiera en miembro de la OTAN.
Su homólogo estadounidense, la subsecretaria de Estado Wendy Sherman, reiteró que Estados Unidos nunca podría hacer tal promesa porque “no permitiremos que nadie cierre de golpe la política de puertas abiertas de la OTAN”, y añadió, «los Estados Unidos y sus aliados no se quedaran en la orilla si Rusia busca cambiar las fronteras internacionales por la fuerza».
¿Y qué pasó en el encuentro con la OTAN?
La conversación entre todos los miembros de la OTAN y Rusia en Bruselas tuvo resultados similares. Las solicitudes rusas fueron rechazadas, en cambio la OTAN trató de desviar la atención de los problemas centrales y exigió de Rusia concesiones.
Esta es la respuesta del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg:
“Rusia planteó hoy las propuestas, que había hecho públicas en diciembre. Estas incluyen demandas para dejar de admitir nuevos miembros en la OTAN. Y retirar las fuerzas de los aliados del este. Los aliados por su parte reafirmaron la política de puertas abiertas de la OTAN. Y el derecho de cada nación a elegir sus propios acuerdos de seguridad”.
Bien entonces. Rusia ciertamente elegirá sus propias medidas de seguridad. Y, a la OTAN no le gustará verlos.
Entre las demandas de la OTAN para conversaciones futuras están estos elementos:
-A los aliados les gustaría discutir formas concretas de aumentar la transparencia de los ejercicios militares, prevenir incidentes militares peligrosos y reducir las amenazas espaciales y cibernéticas.
-Los aliados también se han ofrecido a analizar el control de armas, el desarme y la no proliferación. Incluyendo abordar las limitaciones recíprocas sobre misiles y las políticas nucleares.
-En cuanto a las líneas de comunicación, la OTAN está interesada en buscar formas de mejorar los canales de comunicación civiles y militares, y la posibilidad de restablecer nuestras respectivas oficinas en Moscú y Bruselas.
Ninguno de ellos tiene prioridad para Rusia y, como seguramente el gobierno ruso hará recordar, fue la OTAN la que en octubre inició la ruptura de los canales de comunicación civiles y militares al expulsar a 8 miembros de la misión rusa de la OTAN en Bruselas.
La alianza también ha reducido a la mitad el tamaño de la misión de Rusia ante la OTAN, en su sede en Bruselas. Rusia reaccionó a ese comportamiento escandaloso cerrando su puesto de avanzada en Bruselas.
Después de la reunión con la OTAN, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, número dos del Departamento de Estado, dijo que la reunión entre la OTAN y Rusia terminó con «un desafío sobrio». Para W. Sherman Rusia «debe disminuir las tensiones, elegir el camino de la diplomacia y continuar participando en un diálogo honesto para identificar soluciones que mejoren la seguridad de todos».
La subsecretaria indicó que la delegación rusa no se comprometió ni rechazó la oferta de la OTAN para realizar reuniones de seguimiento. La delegación rusa tampoco se comprometió a desescalar, dijo Sherman, pero agregó que no rechazaron la desescalada.
«Las acciones de Rusia han causado esta crisis y depende de Rusia reducir las tensiones y dar a la diplomacia la oportunidad de tener éxito… No hubo ningún compromiso de reducir la tensión. Tampoco hubo una declaración de que no lo haría».
¿Quien debe desescalar?
No hay nada que desescalar. Las tropas rusas estacionadas dentro de Rusia se están entrenando para proteger las fronteras rusas. Siempre lo han hecho y lo seguirán haciendo. Es EEUU, NO Rusia, quien está exagerando su número, hoy habla de “helicópteros adicionales” que nadie ha visto:
Si bien los movimientos de tropas se han desacelerado, todavía hay 100.000 militares cerca de la frontera y ahora los rusos han colocado aviones de ataque adicionales dijeron funcionarios estadounidenses. Los helicópteros de ataque y transporte, junto con los aviones de combate, serían una ventaja crítica para Rusia, en caso que Putin decidiera invadir Ucrania.
El experto británico Alexander Mercouris ha señalado que EEUU inició el conflicto cuando, en marzo de 2021, presionó a Ucrania para reiniciar una guerra contra las provincias rebeldes del este de Donbass. Rusia respondió mostrando una fuerza lo suficientemente grande como para destruir el ejército ucraniano.
Eso calmó el problema de Ucrania por un tiempo, pero EEUU y la OTAN continuaron presionando a Rusia con vuelos de bombarderos cerca de las fronteras de Rusia y buques de guerra en el Mar Negro. ¿Qué esperan sino una respuesta rusa? Se pregunta el analista británico.
No hay nada que Estados Unidos pueda hacer sobre el posicionamiento de tropas dentro de Rusia. Exagerar su número solo genera más presión. Los falsos lamentos sobre los ‘reforzamientos militares rusos’ no ayudan a calmar las cosas.
La ‘desescalada’ tiene que darse del lado estadounidense. De lo contrario, será Rusia la que tenga que escalar. Esa es la advertencia que Putin, le ha llegar a Joe Biden. Pero no parece que Estados Unidos haya llegado a entender eso.
Probablemente, las conversaciones fracasarán ya que el lado ‘occidental’ está rechazando las principales solicitudes de Rusia. Las ‘medidas técnico-militares’ prometidas se implementarán en Europa, Asia y probablemente también en América Latina.
Dado que, en la última década, Rusia ha exhibido una serie de diseños de armas revolucionarios, podemos esperar algunas sorpresas nuevas, que los Estados Unidos no podrá igualar en un buen tiempo.
El hecho es que Rusia es capaz de defenderse a sí misma (y a sus aliados) de los ataques militares y de los intentos de cosechar las revoluciones de color, instigadas por Washington en Bielorrusia y en Kazajstán.
Que a Estados Unidos no le guste esto no es problema de Rusia.