MK BHADRAKUMAR, DIPLOMÁTICO SENIOR DE LA INDIA
India corre el riesgo de quedar atrapada en el ojo de una tormenta creada por Estados Unidos. Sus problemas con China no son de rivalidad geopolítica y por ningún motivo India debería ser de “guardián de la hegemonía occidental”.
Esta semana augura una aceleración de los realineamientos estratégicos entre las potencias regionales de Oriente en medio de los crecientes signos de una nueva guerra fría a nivel mundial, con un enfoque particular en la estrategia de contención de Estados Unidos contra China que se desarrolla en la región del Indo-Pacífico. Dos eventos consecutivos pueden considerarse movimientos importantes en esta dirección.
En primer lugar, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha organizado una cumbre trilateral en Camp David este viernes con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, que espera finalice con la firma de un acuerdo de cooperación en defensa, seguridad y tecnología entre los tres países del Indo-Pacífico.
En segundo lugar, los ejercicios anuales de Malabar en los que participan las armadas de los EE. UU., India, Japón y Australia comienzan el viernes, organizados por Canberra por primera vez, de la cual está surgiendo una alianza de defensa marítima colectiva del QUAD en el Indo-Pacífico.
Según se informa, el acuerdo trilateral que se firmará en la cumbre de Camp David incluye sistemas de defensa contra misiles balísticos y el desarrollo de otras tecnologías de defensa. Desde la elección de Yoon el año pasado, las relaciones entre Corea del Sur y Japón han mejorado notablemente, lo que está ayudando a avanzar en una cooperación tripartita con Washington. Evidentemente, la administración Biden quiere aprovechar la recuperación de las relaciones Tokio-Seúl para institucionalizar los avances de diálogo que han logrado los tres países.
Es cierto que la relación de tres vías sigue siendo frágil, ya que los esfuerzos de Yoon no son populares en Corea del Sur, y Tokio, como era de esperar, sigue siendo cauteloso en un proceso que está lejos de ser irreversible. No obstante, en las conversaciones en Camp David, Biden, Yoon y Kishida pueden reconocer el imperativo de la seguridad colectiva para los tres países y acordar que una amenaza para uno de ellos sería considerada una amenaza para todos.
Las conversaciones de Camp David son un esfuerzo de EEUU para formar un nuevo bloque militar en Asia y un intento de alentar a Japón y Corea del Sur a unirse al mini bloque militar conocido como AUKUS [Australia-UK-US]. La intensificación de la cooperación técnico-militar y científico-tecnológica de Washington con Seúl y Tokio les facilitaría la interacción con proyectos realizados en el marco del AUKUS.
En lo que respecta a los ejercicios de Malabar, que Australia albergará por primera vez, su objetivo principal parece ser aumentar la capacidad operativa del QUAD dentro de una estrategia de seguridad marítima colectiva en cinco áreas de alta prioridad, incluida la guerra antisubmarina y el conocimiento del dominio marítimo.
En pocas palabras, al igual que el AUKUS, el QUAD también se está transformando. La inteligencia estadounidense está trabajando arduamente para crear una estructura de defensa mediante el fortalecimiento de un conjunto de formas de cooperación militar con la intención de hacer que el QUAD sirva los intereses de Washington.
Parte de esta maniobra está en la halagadora atención que el presidente Joe Biden está prestando a la India, y al primer ministro Narendra Modi, como una relación de gran importancia en la política exterior de los EEUU.
El nuevo activismo de la India
Curiosamente, EEUU y Australia perciben que el liderazgo indio por primera vez está mostrando un «activismo [que] desafía el escepticismo ante la política tradicional de Nueva Delhi por la no alineación y sus prioridades geoestratégicas que van en contra de una cooperación militar más profunda con sus socios del Quad».
Es decir, para citar a Corben del Nikei Press, los ejercicios de Malabar han «evolucionado para centrarse en formas cada vez más sofisticadas de cooperación naval de alto nivel, en particular sobre el dominio marítimo y la guerra antisubmarina… [y] existe una ventana de oportunidad política y estratégica». para que los cuatro países aprovechen este potencial”.
Corben es optimista: “los esfuerzos bilaterales continúan abriendo una ventana a una cooperación tangible de defensa marítima cuádruple”. ¿Qué implican sus opiniones?Corben hace algunos especulaciones , como la integración de India en las «iniciativas de fuerza» de EEUU con un enfoque colectivo de la seguridad marítima . Y a la vez lamenta que el QUAD “no esté a la altura de su potencial como contribuyente a la seguridad y defensa regional en el ámbito marítimo del Indo-Pacífico”.
Sin embargo, en una referencia oblicua al gobierno de Modi, un estudio de la inteligencia estadounidense explica las preocupaciones geoestratégicas que hasta ahora impedían que los países del QUAD adoptaran una agenda de seguridad colectiva: «estas limitaciones están comenzando a disminuir… a medida que sus miembros reconocen a China como un desafío militar común que requiere un grado de acción colectiva y coordinación de seguridad para abordarlo”.
El estudio recomienda que el “QUAD debería aprovechar esta oportunidad diplomática para seguir una estrategia de seguridad marítima colectiva en cinco áreas de alta prioridad: conocimiento del dominio marítimo; guerra antisubmarina; logística marítima; cooperación industrial y tecnológica de defensa; y desarrollo de capacidades marítimas”.
Es importante destacar las actividades propuestas al QUAD por Estados Unidos:
- trabajar en una interfaz con un protocolo para el intercambio de información entre todos los socios del Quad, con especial atención en la similitud de los hardware y software o, al menos, la interoperabilidad de diferentes herramientas;
- integrar selectivamente las instalaciones costeras, los territorios insulares y las ubicaciones de acceso regional de los países Quad para llevar a cabo operaciones de MDA [Maritime Domain Awareness] más persistentes y coordinadas; y evaluar conjuntamente los requisitos para albergar y reabastecer los activos de MDA, como aviones de patrulla marítima;
- desarrollar la capacidad de guerra antisubmarina colectiva mediante el desarrollo de niveles más altos de interoperabilidad para incluir el seguimiento y «transferencia» de la responsabilidad de supervisión de los submarinos chinos que transitan por áreas geográficas de responsabilidad;
- desarrollar la capacidad colectiva para repostar, reabastecer y reparar sin problemas los activos marítimos de cualquier miembro con poca antelación, y comprometerse formalmente con esta agenda a nivel político y operativo;
- establecer una Célula de Coordinación de Logística QUAD dentro del Comandante de la Marina de los EEUU, y el Grupo de Logística del Pacífico Occidental que incorpore a los cuatro socios y realice la planificación logística para los océanos Índico y Pacífico, utilizando capacidades combinadas de mantenimiento y reabastecimiento de manera regular; y,
- apoyar un marco para colocar enlaces Quad en los buques logísticos de los demás.
‘Maquiavelismo’ verdaderamente radical
Contrariamente a la teatral diplomacia pública del gobierno de Modi (que defiende la autonomía estratégica de la India) se ha generado una percepción completamente diferente a nivel político y diplomático con sus socios de QUAD que afirma:” que el Barkis está dispuesto”.
De hecho, últimamente también se percibe un cierto distanciamiento de la India respecto de Rusia en la guerra de Ucrania. Con este viraje viene a la mente la famosa descripción de Max Weber al Arthasastra de Kautilya, uno de los libros políticos más importantes de la antigua India: «las élites indias cultivan un maquiavelismo verdaderamente radical».
Ni la India ni China quieren la guerra
La paradoja es que, contra un telón de fondo tan complejo o de doble discurso, un viento contrario al conflicto puede llegar a soplar: el factor optimista puede provenir de la 19.ª Reunión de Comandantes India-China que se celebró en el enclave fronterizo Chushul-Moldo. En este encuentro las dos partes estimaron la reunión como »positiva, constructiva y profunda».
Los protagonistas »intercambiaron puntos de vista de manera abierta y con visión de futuro» y también »acordaron resolver los asuntos restantes de manera expedita y mantener el diálogo y las negociaciones a través de canales militares y diplomáticos».
Es razonable pensar que ni la India ni China quieren una guerra y que ambos mantendrán un contacto constante mientras buscan encontrar una solución de la que ambos puedan salir ganadores. El núcleo de este análisis lo proporciona un hecho importante: los dos países se consideran socios, no adversarios.
Ahora, este equilibrio inestable alcanzado en el encuentro fronterizo Chushul-Moldo no durará si los ejercicios de Malabar se convierten en una herramienta geopolítica para que Washington transforme el QUAD a favor de su estrategia.
Estados Unidos está atrapado en la vieja política de la Guerra Fría a pesar de los cambios en las relaciones internacionales que han tenido lugar desde el colapso de la Unión Soviética. Especialmente en aquellos países que requieren el desarrollo de nuevos enfoques para mantener la estabilidad estratégica y construir una nueva arquitectura de seguridad internacional. .
El pensamiento de bloque es lo opuesto al desarrollo de relaciones estables, equitativas, constructivas y mutuamente beneficiosas basadas en la consideración de los intereses de cada uno y encaminadas a garantizar una seguridad igual e indivisible para todos.
Este concepto es la principal herramienta intelectual para dar forma a una política exterior que pone en evidencia que Estados Unidos. no está listo, no puede o no tiene la intención de construir relaciones pacíficas con actores mundiales como Rusia y China. Implícito en este raciocinio también hay un mensaje claro para la India.
No hay duda que Washington prevé una dimensión estratégica militar para el AUKUS y el QUAD, lo que significa una transformación de estas asociaciones en parte de un engranaje político-militar completo. Su base ideológica es un interés común percibido de sus participantes que pretende contrarrestar el ascenso de China [que Delhi llama eufemísticamente »Asia multipolar»].
Baste decir que, como en el caso de la OTAN en el teatro europeo, la función de confrontación es parte de la estrategia del,AUKUS y del QUAD, que inexorablemente aumentarán el potencial militar de Australia y EEUU en la región de Asia-Pacífico, provocando un cambio en el equilibrio de fuerzas regionales y generando tensiones globales.
India corre el riesgo de quedar atrapada en el ojo de una tormenta creada por Estados Unidos. Sus problemas con China no son de rivalidad geopolítica y por ningún motivo India debería ser de “guardián de la hegemonía occidental”.